martes, 10 de agosto de 2010

LAS EMOCIONES EN EL ADULTO MAYOR

Una emoción es una alteración del ánimo que puede ser agradable o penosa y que produce cierta conmoción somática. También es un interés expectante en algo que está ocurriendo. Las emociones pueden ser positivas o negativas.
Pueden ser estimuladas por un evento, una palabra, una circunstancia, etc.
Las emociones no son solamente románticas. También vivimos emociones por recuerdos dolorosos, por situaciones financieras, por asuntos familiares, por éxitos o fracasos intelectuales, por causa de enfermedades físicas, y diferentes circunstancias de la vida.
Las personas que son guiadas solamente por emociones en la vida, tienen una vida muy inestable, debido a que las emociones no son controlables.
La mayoría de los seres humanos respondemos a los estímulos emocionales y generalmente definen nuestro comportamiento. Las emociones generan pensamientos y diálogos internos que posteriormente nos conducen a tomar decisiones.
Por ejemplo, una pareja se conoce y de inmediato se produce una emoción de atracción entre ambos. Esa emoción genera pensamientos y diálogos internos de gozo. Si continúan relacionándose, las emociones y los pensamientos se repiten y van generando un sentimiento que con el tiempo se va a convertir en la decisión de querer  vivir juntos. O puede darse el caso de una persona tiene una mala experiencia romántica que es una emoción negativa. Esa emoción genera pensamientos que pueden concluir en una decisión como: no me volveré a enamorar nunca!
Las emociones de la vida generalmente nos conducen a alimentar las obras de la carne en nosotros, pero nuestro Padre celestial nos enseña que debemos vivir más bien por convicciones creadas por su palabra en nosotros que alimentan nuestro espíritu para que tengamos una vida más estable y bendecida.
Gal. 5:16: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 19: Manifiestas son las obras de la carne que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Si tu vida está siendo gobernada por emociones que van en contra de la voluntad de Dios para nuestras vidas, las consecuencias van a ser catastróficas. Toda decisión que se tome en la vida que no esté en armonía con los mandamientos de Dios nos va a traer graves problemas.
No podemos evitar vivir emociones, pero si podemos decidir qué vamos a hacer con esas emociones. Si son emociones que nos van a inducir a salirnos de la obediencia al Señor, entonces debemos ejercer nuestro libre albedrío para rechazar las tentaciones y decidir obedecer al Señor y mantenernos en el camino correcto.
Esto no es fácil, pero es la mejor decisión que podemos tomar. Por esa razón necesitamos mantenernos en constante crecimiento espiritual que nos da la fuerza para no dejarnos llevar por las obras de la carne, sino por las instrucciones del Señor a nuestra vida.
Habla hoy mismo con tu cónyuge acerca de este tema. Identifiquen emociones negativas en sus vidas y tomen la decisión de controlar esas emociones y fortalecer su vida espiritual para no dejarse llevar por las obras de la carne, sino más bien por convicciones espirituales en función a la palabra de Dios.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!

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