Ellos, literalmente, viven de shopping. No por gusto, sino porque la vida no les deja mejores opciones. Se la rebuscan para escaparle al frío y, en el mejor de los casos, al hambre.
La familia se convirtió en un mito urbano que después de llamar la atención de los adolescentes que visitan el centro comercial, hizo su desembarco en Internet con un grupo en la red social Facebookbajo el nombre “Para los que vieron a los viejitos que viven en el Mc Donald del Alto Palermo”.
Son tres: madre, padre e hija. Vestidos con impecables prendas -se comenta que los locales más prestigiosos del shopping los visten para mantener la imagen del lugar-, pasan todo el día en las instalaciones comerciales y, como es de esperar, suelen quedarse dormidos en algunas de las mesas del patio de comidas.
Según publica el diario Crónica, existen dos teorías vigentes sobre este extraño suceso. En principio, que el padre de familia es arquitecto –este detalle no se pone en discusión- y que habría tenido gran participación en el proyecto de construcción del Alto Palermo. Otra de las hipótesis explica que el hombre es adicto al juego y que habría perdido millones de dólares. Como buen profesional de renombre, el arquitecto habría conseguido el favor de poder quedarse en las instalaciones del lugar aunque, una vez que cierra la última cortina metálica, la familia tiene orden de apartarse del shopping. Según se dice, se los habría visto durmiendo en las estaciones de la línea de subte D, aledaña a la zona del centro comercial.
El relato de los empleados de limpieza, en tanto, sorprende. Según le habrían confirmado a Crónica, la familia se baña con el agua de los inodoros porque “el agua es abundante y corre rápido”. Además, los encargados de la higiene del centro advirtieron que son las grandes marcas los que los visten y alimentan y que, contradicción mediante, el shopping no deja ingresar a los chicos de la calle.
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