Conservar el atractivo físico, pasados los sesenta años, no tiene porque ser virtud de unos pocos. La experiencia ha demostrado que un adulto mayor puede mantener su encanto por mucho más tiempo, si lleva una vida saludable y provista de cuidados personales.
En el 2005, la empresaria francesa Sylvie Fabrégon revolucionó el mundo de la publicidad al fundar Masters Models, una agencia de modelos integrada principalmente por adultos mayores. Cuatro años después, su compañía no solo ha logrado reclutar a cientos de agraciados hombres y mujeres de la tercera edad, sino que se ha convertido en la más solicitada por las firmas europeas de ropa y cosméticos.
Una visita por su página ) es un viaje directo al corazón de la belleza madura; aquella que ha remplazado las tradicionales y juveniles curvas, por las pieles meticulosamente hidratadas, las cabelleras bien cuidadas, y una coquetería y seducción particular.
Como los “chicos” de Fabrégon, muchos otros han logrado mantener la frescura de sus años mozos. Casos como el de los actores Sean Connery, Meryl Streep o Kelly Bishop, son mundialmente conocidos. Y sin ir muy lejos, los de figuras como Elvira De la Puente, Teddy Guzmán, Regina Alcover, Gladys Zender, Luis Ángel Pinasco o Fernando de Soria, por mencionar solo a algunos.
Ciertamente, el factor hereditario juega un rol importante, pues no todas las personas poseen las condiciones físicas ideales (piel naturalmente hidratada, fortaleza muscular, cabello sedoso, etc.) para resistir el paso de los años. Sin embargo, este pasa a un segundo plano cuando se carecen de otras condiciones, como buenos hábitos alimenticios o cuidados corporales periódicos en base a cremas y tratamientos.
Cuestión de piel
A partir de los treinta años, el cutis comienza a perder elasticidad, tonicidad, luz y las arrugas se vuelven más profundas. Tales efectos, suelen agravarse conforme se acerca la adultez mayor. Sin embargo, existen algunos consejos prácticos que los pueden reducir considerablemente, como bien apunta Nelcy Heldinger, cosmiatra del Centro de Cirugía y Estética Ricardo Ormeño: “aquél que desee mantener su piel en perfecto estado debe llevar una dieta sana, beber agua continuamente, realizar ejercicios, y usar cremas y protector solar de manera habitual”.
Adicionalmente, la profesional manifiesta que la base de cualquier método o tratamiento para contrarestar los efectos externos del envejecimiento, es la constancia: “hay señoras que compran una crema determinada y esperan resultados en dos o tres días, lo que es imposible. El tiempo mínimo de uso para obtener una mejora sustancial es de cuatro meses”.
Una buena limpieza facial es otro de los hábitos fundamentales de la salud cutánea, porque le permite a la dermis eliminar aquellas impurezas provenientes de la polución. Para lograr una mayor efectividad, este procedimiento debería realizarse todos los meses en un centro estético especializado. Sin embargo, de efectuarse en casa, sería recomendable repetirlo dos veces al día, utilizando un kid especial de productos emulsionantes, y no solo agua y jabón.
Previniendo la caída
Así como la degeneración cutánea, otro de los signos negativos de la tercera edad es la pérdida del cabello; la misma que, muchas veces, se produce por simple descuido.
Sucede que las personas suelen prestarle poca importancia a los efectos de algunos agentes nocivos, como la contaminación ambiental, el sol, o el cloro del agua; y no toman las medidas pertinentes para contrarrestarlos. En este sentido, métodos tan simples como cepillar las hebras todos los días, secarlas con delicadeza, o utilizar un shampoo adecuado, pueden hacer mucho por su preservación.
También es común que, sobre todo las mujeres, expongan su cuero cabelludo a procedimientos extremadamente agresivos, como el teñido o el rizado, debilitando las raíces de su cabellera y maltratándola permanentemente. Estos métodos, ciertamente, producen resultados agradables en el corto plazo, pero son perjudiciales en el largo plazo, pues tienden a originar calvicie parcial, e incluso total, en aquellos usuarios recurrentes.
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