Dice Dolores en su artículo “El perfil más clásico de quien juega de modo patológico es el de una persona caprichosa, con problemas de ansiedad, dificultades de adaptación social y escasa tolerancia a las frustraciones”
Y también he encontrado en pacientes que padecen de esta enfermedad tendencia a la depresión y además una personalidad muy inmadura (ya Dolores menciona esta personalidad cuando habla de “persona caprichosa, sin tolerancia a la frustración, etc.”), característica patológica que lo lleva a mentir, engañar, estafar y endeudarse.
Entonces ¿qué es lo que pasa con un “jugador patológico: es decir esa persona a la cual no le es posible mediante su voluntad resistirse al impulso que le produce la acción de jugar, y que como consecuencia de esto, esa adicción le ha producido y produce problemas tanto en su vida personal, como en la familiar y en el trabajo, profesión, etc.”?
Siempre cuando viene a la consulta una persona con éstas características, tanto por sí, como “traído por alguien de su familia: esposa generalmente, hijo/a mayor, madre ya anciana que trae a su hijo de más de treinta años, etc. Siempre hago la entrevista orientándola a saber si no se trata de un episodio maníaco, pues a veces la conducta de juego está relacionada a una etapa maníaca de la persona, por lo que siempre hay que descartar esto, y se lo hace en la primera entrevista por el material que aparece en la misma.
Dice Jesús Castro en Juego Patológico o 1984 y el doble pensar “que la naturaleza de la ludopatía puede equipararse a otros trastornos como la tricotilomanía (arrancarse el cabello), la piromanía (hacer fuego o incendiar), la cleptomanía (robar cosas innecesariamente), en donde siempre hay un fracaso de la persona en cuanto a la imposibilidad que siente de contener o frenar el impulso a realizar la conducta “indeseable” entonces como los anteriores, el juego forma parte de los llamados “trastornos del control de los impulsos”
En la Terapia Psicológica de la Ludopatía, como así también en la del Alcoholismo, como en las citadas en el párrafo anterior siempre se debe tomar en cuenta que el “control de los impulsos” es lo que hay que lograr, y esto es imposible de lograr sin la total voluntad y autocontrol continuo del enfermo, en donde el terapeuta debe saber que “el juego” no es el problema a resolver, sino que si podemos averiguar, saber qué es lo que este le brinda al jugador, y un terapeuta avezado puede darse cuenta de qué es lo que el jugador recibe a través del juego, cuáles son esos aspectos puntuales de su personalidad (huecos:Gestalt) de sus vacíos existenciales, por los cuales el jugador ha sido ganado por la adicción, entonces durante la terapia son precisamente esos vacíos existenciales, los que hay que recuperar a la adicción y llenarlos precisamente con lo que se va a producir dentro del proceso terapéutico.
Este logro me lo permiten las herramientas de la “Terapia Gestalt”, y en cuanto a la modificación de la conducta adictiva aquí son las herramientas de la Terapia Cognitivo-Conductual de las cuales me sirvo. Y es la Terapia de Hipnosis la que me va a permitir profundizar más aún en la búsqueda de aquellos aspectos que condicionan y permiten esta conducta adictiva.
También es importante en el comienzo de la terapia, acordar con el paciente, si este prefiere que el resultado del tratamiento se dirija hacia la abstinencia total o parcial del juego pues si bien son mejores los resultados cuando se logra la abstinencia total, muchos jugadores sienten que prefieren primero controlar sus impulsos hasta lograr una abstinencia parcial, y luego intentar la total. Como el tratamiento psicológico en cuanto a resultado siempre va a depender del compromiso del enfermo, se debe respetar lo que él siente que puede hacer.
La metodología terapéutica que aplico es la desensibilización sistemática (en un orden jerárquico las se le hace trabajar con imágenes y relajación), la desensibilización imaginada (las imágenes no responden a un orden jerárquico) hasta llegar luego a la exposición en vivo con prevención de respuesta y control de estímulos (se lo orienta a probar en forma directa los resultados de los aprendizajes brindados en las sesiones de terapia).
Algo significativo que he notado en estos pacientes, es que es muy común que no tengan conocimiento sobre datos que marcan que lo que padecen forma parte de una adicción, de una patología, por eso es que en cuanto al procedimiento terapéutico cognitivo siempre hay una importante parte del tratamiento que les hago conocer sobre las diferencias entre jugador pasivo y jugador adicto, les hago que narren aspectos evidentes de la vida y conducta de jugadores compulsivos que son conocidos suyos, también es importante que conozcan aspectos legales, leyes que dicta el estado en donde se establece claramente los límites y protección del estado que de modo preventivo establece que hayan instituciones que permitan y fomenten la prevención a la adicción, como así también la formación de grupos terapéuticos y de autoayuda para prevenir y modificar el modo en que el juego se apodera de la voluntad de las personas.
Es realmente significativo ver cómo cuando toma conocimiento de las leyes, y de lo que éstas mencionan, y establecen como prevención y demás aspectos, van tomando conciencia de que lo suyo es una adicción, aceptándola de una manera muy real que indudablemente ayuda en gran medida en el resultado y éxito del tratamiento.
Otra cuestión cognitiva muy importante es el tema de las verbalizaciones, el jugador no dice soy adicto, dice me “gusta el juego” “me divierto” “juego para pasarla bien” “como en casa no me escuchan, no me entienden, entonces me voy a hacer lo que más me gusta”; es decir si bien llegan a la consulta generalmente porque han sido traídos por algún ser querido, familia o amigo, y aceptan venir, cuando están en la consulta ponen éstas palabras en su boca, no tienen una real aceptación de que están enfermos, no toman conciencia de ello. Y es precisamente trabajando en esto que el terapeuta logra en gran medida que comience el éxito del tratamiento, pues de esta toma de conciencia va a depender que el adicto al juego cumpla con las consignas de la terapia.
Otro hecho significativo a tener en cuenta es que quien es adicto ha ido reemplazando en su vida todas o casi todas las actividades sociales, tanto las que practicaba solo o en familia por la asistencia a lugares de juego, entonces hay que hacer durante el tratamiento que vaya recuperando esos espacios, porque de nada vale que trabajemos sobre su adicción si luego ante la necesidad de distracción, solo ve como posible un lugar de juego para desarrollar la misma.
Y en cuanto a la prevención de recaídas, es importante trabajar mucho sobre esto, de modo que durante las sesiones se pueda poner al paciente y mediante la relajación (que le permite el control de la ansiedad) y la desensibilización sistemática o imaginada pueda prepararse y visualizar todas y cada una de las opciones con las cuales se va a encontrar durante el momento en que sienta el impulso, enseñarle a controlar este, y luego hacer paulatinamente la exposición en vivo, el tiempo necesario hasta que logre controlar totalmente sus impulsos.
La Terapia Cognitivo-Conductual es la que aplico para esta patología fundamentalmente porque me permite junto al paciente desarrollar estrategias que le permitan aumentar su autocontrol, y también la posibilidad de prevenir recaídas pues durante las sesiones al enseñarle a controlar su ansiedad y a imaginar los distintos modos posibles en que se puede encontrar al visualizar en su imaginación de forma sistemática y reiterada, el paciente aprende a evitar esas situaciones de riesgo, y aplicar conductas de comportamiento que le eviten recaer en la conducta de juego.
En cuanto a las recaídas: Es importante preparar al paciente para que si en determinado momento sufre una recaída, debe saber que en esta adicción como en cualquier otra una persona puede recaer, el no hacerlo forma parte de aquello hacia lo que se tiende lograr, del reto de logro final, pero en el cual una recaída forma parte del proceso. Entonces ante esto si bien se le muestra y se trabaja para el éxito del tratamiento, el que sepa que puede haber recaídas hará que cuando las haya sepa también lidiar con eso y lo acepte como parte del camino a seguir, y no lo tome como un fracaso que sienta que va a impedir su recuperación.
Y para terminar me quiero referir ahora al modo de abordaje en que entiendo debe realizarse el tratamiento y desde lo familiar:
Como la Familia es parte de la situación que se vive como resultado del juego, es absolutamente necesario que esta sea incluida dentro del tratamiento, entonces para esto siempre el enfoque del mismo lo hago considerando la participación de la familia, realizo periódicas entrevistas en donde estén presentes todos los miembros integrantes de la misma y el enfermo.
Durante esas entrevistas, van apareciendo paulatinamente distintos aspectos relacionales y vinculares entre ellos, se va trabajando sobre esto, como así también se hace psicoeducación donde les brindo conocimientos de distintos aspectos relacionados con la adicción en sí, y el modo en que como familia deben actuar y conducirse para que el adicto pueda recuperarse, pues no es posible para el adicto lograr esto sin la intervención y el apoyo de su familia.
Por último me quiero referir al papel de los Grupos Terapéuticos y de Autoayuda.
Grupos Terapéuticos: En éste momento están siendo muy incentivados y fomentados por los distintos estados en los cuales hay casinos, como modo de prevenir la adicción al juego y remediar la adicción cuando esta se instaló. El Grupo Terapéutico: (siempre debe estar conducido por un profesional de la salud mental) se forma por varios individuos que padecen ya la patología, y en donde el terapeuta aplica las mismas técnicas conductivo-conductuales que en forma individual, pero el proceso es más rápido ya que al igual que en todo grupo terapéutico se da entre los distintos miembros identificaciones que hacen que el trabajo terapéutico se realice en menos tiempo.
El Grupo de Autoayuda: En estos grupos no es necesario que haya un profesional, se forma con la asistencia de quienes padecen de la enfermedad, y la finalidad y logro puntual es que le sirve al adicto a sostenerse en el grupo, y a requerir ayuda en todo momento y fundamentalmente cuando siente que sus fuerzas flaquean y está dispuesto a volver a “probar suerte”.
Comentario: Este artículo me ha llamado la atención porque realmente aporta ideas muy interesantes. En primer lugar quiero felicitar a la autora, Maria Cristina.
Existen casi dos millones de adictos al juego. Personas con un gran problema en el que arrastran a su familia, y en algunos casos a sus amigos. Al igual que otras drogas, el juego es un agente altamente adictivo.
La ludopatía se retroalimenta por el engaño. Un ludópata piensa que cuando juega hace lo correcto, no tiene conciencia del problema real que tiene, cree que resolverá la situación en cuanto se lo proponga, sobre todo los problemas económicos, esto no sucede se dejan arrastrar por la impulsividad, sin poder dar marcha atrás.
Los juegos de mayor poder adictivo son el bingo, las máquinas tragaperras, el juego virtual a través de internet. Los jóvenes de nuestro tiempo pasan horas en el ordenador, olvidándose del tiempo, y encontrándose ansiosos si se les impide estas actividades, algo que puede desencadenar en problemas de adicción. Los cibercafés, son uno de los lugares que también pueden potenciar la conducta adictiva y uno de los lugares más visitados por los chicos.
Es muy importante que tengamos en cuenta que las conductas adictivas pueden empezar a edades muy tempranas, y los padres no darnos cuenta o no tener conciencia de que realmente se están gestando ya en nuestros hijos conductas de riesgo.
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