
Muchas personas logran seguir una dieta y bajar los kilos o libras
que tenían de más. Sin embargo, lo más difícil es mantenerse en el peso
deseado una vez que ésta termina y se vuelve a la normalidad. Para
evitar recuperar el peso perdido con tanto esfuerzo, hay programas de
alimentación especiales, algunos de los cuales pueden incluir asistencia
terapéutica y/o sesiones de grupo para compartir experiencias y
mantener el entusiasmo y una motivación elevada.
En verdad, hay muchas recomendaciones y diferentes técnicas. Entre
ellas, la dieta mediterránea ha demostrado tener éxito, y lo mejor de
todo es que no necesitas grandes sacrificios ni privaciones para
seguirla, pues sólo es necesario saber elegir correctamente los
alimentos entre una amplia variedad de opciones.
Así lo ha demostrado un estudio reciente desarrollado por unos
investigadores del Centro de Investigaciones Nucleares Negev en Dimona,
Israel. Los científicos evaluaron a tres grupos de personas que seguían
distintos planes para perder peso durante cuatro años: uno de ellos
seguía la dieta mediterránea, otro siguió una dieta baja en
carbohidratos y el tercer grupo no tenía limitaciones de calorías.
Al inicio del estudio, la mayoría de los participantes eran
considerados moderadamente obesos y luego de cuatro años, tras haber
terminado el estudio, quienes seguían la dieta mediterránea no sólo
fueron los que más peso habían perdido sino también quienes más
continuaban practicando ese plan alimenticio.
Además, según estos resultados que fueron publicados en la revista New England Journal of Medicine,
los participantes que siguieron la dieta mediterránea tuvieron mejores
niveles de colesterol total (es decir, la suma de los valores de todos
los tipos de colesterol en la sangre, los de alta y baja densidad más
el VLDL, la lipoproteína de más baja densidad), que los participantes de
los otros grupos.
La dieta mediterránea se basa en comer bastantes frutas, verduras y
granos integrales, alimentos que por naturaleza son bajos en grasa y
sodio, además de no contener colesterol. Del mismo modo, el pan y las
pastas generalmente se preparan a base de granos integrales (y no
refinados, así no pierden su valor nutritivo), y son una excelente
fuente de fibra y contienen vitaminas y minerales.
Asimismo, la alimentación mediterránea incluye el consumo de mariscos
o pescado al menos dos veces por semana, menos cantidad de productos
lácteos como queso y yogur, porciones pequeñas de frutos secos y
semillas a diario. Esta dieta se caracteriza también por consumir muy
pocos dulces y confituras, sazonar las comidas con especias y
condimentos especias en lugar de sal, realizar mucha actividad física y
comer en compañía de familiares y amigos.
Por supuesto, el aceite de oliva es uno de los condimentos
característicos de la dieta mediterránea. Este tipo de aceite contiene
grasas llamadas mono-insaturadas, que pueden ayudar a disminuir los
niveles de colesterol “malo” (LDL o de baja densidad) si se utiliza en
remplazo de las grasas saturadas.
Otras grasas sanas propias de la alimentación mediterránea son las
poli-insaturadas y los ácidos grasos omega 3 que se encuentran presentes
en los aceites vegetales, en los frutos secos (nueces, avellanas, etc.)
y el pescado, que son considerados beneficiosos porque ayudan disminuir
los triglicéridos (que son un tipo de grasa en la sangre), y a mejorar
la condición de los vasos sanguíneos al disminuir la cantidad de placa
que se acumula en sus paredes y los hace más estrechos.
La carne roja, a su vez, no es un componente fuerte de la
alimentación mediterránea. En cambio, se prefieren las leguminosas (un
tipo de alimento vegetal entre las que se encuentran los frijoles o
habichuelas, arvejas, chícharos o guisantes y las lentejas), que son
fuentes de proteínas, generalmente bajas en grasa y sin colesterol.
Parece abundante y sabrosa, ¿verdad? Pero eso no es todo. Seguir la
dieta mediterránea no sólo es bueno para mantener el peso deseado sino
también para verte mas joven
y mantener una buena salud a largo plazo. Unas investigaciones previas
han relacionado a la dieta mediterránea, por ejemplo, con una mejor salud del corazon, una mayor longevidad en las personas mayores y -atención muchachos- con una mejor calidad de la erección.
Como puedes ver, hay muchos motivos para seguir esta dieta. Anímate a
mantener un plan de alimentación saludable. Lo que funciona no es la
restricción, sino la selección adecuada de alimentos que favorecen tu
salud, lo que debe convertirse poco a poco en un hábito nuevo.
El grupo que siguió una dieta baja en carbohidratos también logró
buenos resultados para bajar y mantener su peso deseado. Puedes armar
varias combinaciones de acuerdo a tus gustos y tus posibilidades.
Consulta con un profesional calificado(a) para que pueda asesorarte,
sobre todo si tienes algún problema de salud que requiera una dieta
especial y luego, anímate a cambiar tu alimentación para vivir mejor por
más tiempo sin dejar de disfrutarla.
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