lunes, 22 de febrero de 2010

SER SOBRIOS EN LA FE

B. 2 Tim. 4:2, “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oir, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio”.

C. 1 Tes. 5:6, “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. 7 Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. 8 Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo”.

D. 1 Ped. 1:13, “Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”; 4:7, “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración”; 5:8, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”.

E. Hech. 20:28, “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. 29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. 30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. 31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno”.

1. Hoy en día existe el mismo peligro de que los hermanos mismos caigan en el error y causen divisiones. Rom. 16.17.

2. Efes. 4:11, “1 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error”. ¡He aquí la obra de los ancianos! Trabajan para perfeccionar a los santos, “para que ya no” sean niños fluctuantes que se puedan llevar por doquiera.

F. Para tantas responsabilidades serias y solemnes los ancianos deben ser hombres sobrios.

II. Prudentes, sofron

A. Con mente sana, sensato, templado, cordura, con dominio propio en todo aspecto de la vida.

B. 2 Tim. 1:7, “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (sofron)”.

C. Tito 1:8, “sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo”.

D. Tito 2:2, 5, “Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. 3 Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien”; 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes”. 2:12, “enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente”.

E. 1 Ped. 4:7, “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración”.

F. 2 Cor. 5:13, “Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros”. Aquí es obvio que esta palabra se usa como lo opuesto de locos. Significa, pues, “estar en cabal juicio” (WEV), pensar con cordura, estar en sano juicio (Lacueva).

G. Rom. 12:3, “que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura”

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