Algunas veces, el padre o la madre de un niño se sienten celosos de que sus propios padres sean los que se ocupen de su pequeño y les cuesta compartir las caricias, los besos y el amor de su hijo con los abuelos.
Sin embargo, deben dejar a un lado esos malos sentimientos y admitir que los abuelos están ahí para vigilar y ayudar a desarrollarse al pequeño cuando ustedes no puedan atenderle. Es reconfortante saber que cuentan con su colaboración.
Sus padres son una referencia del pasado importante para el niño, que solo vive el presente. Ellos siempre tienen muchas cosas que contar; sobre todo, recuerdos ligados a tu infancia, entretenidos cuentos y divertidas canciones. Todo esto permitirá al pequeño entender poco a poco lo que es una familia, la vejez y el paso del tiempo.
Pero los abuelos también pueden desempeñar otras muchas labores con el nieto: por ejemplo, cuidarle cuando están fuera de casa trabajando o faltas alguno de los dos por fallecimiento o separación. Entonces. su papel es distinto, porque deben además de jugar con el y mimarle como abuelos educarle como si fueran sus padres, protegerle y ayudarle a crecer fuerte y sano.
El contacto con los abuelos es muy positivo para tu hijo. pero siempre y cuando tus padres sepan estar en su sitio y no se metan innecesariamente en tu terreno. Es decir, cuando comprendan sepan ser tolerantes con tus decisiones y se muestren abiertos a nuevas iniciativas. Asi podrán aportar consejos sin dar ordenes colaborar sin sustituirlos y ayudarlos discretamente.
Los abuelos. generalmente. no tienen necesidad de mostrar a su nieto lo que debe o no hacer, porque su papel, es al lado sus progenitores, no es el de educarle sino de maleducarle con caprichos y consentimientos y proponerle una forma y un ritmo de vida distinto, lleno de distracciones. Sus historias y sus canciones le ayudan a desarrollar su inteligencia y su imaginación y le dan afecto y cariño para que sea un niño emocionalmente equilibrado. En otras ocasiones son su paño de lagrimas: cuando su nieto esta triste, le consuelan; y cuando le regañan, le hacen comprender por que lo han hecho.
Asi se explica el anhelo con el que esperan los niños la llegada de las vacaciones para estar con los abuelos y salir juntos. Y como casi siempre están mas disponibles que ustedes, algunas veces son los primeros en vivir su primera torre de construcción, su pipi de mayor en el orinal y en sentir su primer beso
Hay muchos abuelos que solo buscan la manera de ser queridos e importantes para sus nietos y útiles para sus propios hijos. No les dicen como deben actuar, sobre todo delante de los pequeños, y facilitan que la relación familiar sea armoniosa y llena de cariño. Si sus hijos les piden consejo, lo hacen basándose en el sentido común y en la experiencia que les ha dado la edad, y participan en la educación de su nieto, siguiendo las directrices de sus progenitores, reforzando asi su sentido de la moral y el respeto por las reglas de la convivencia.
No obstante, en ciertas ocasiones, también hay abuelos que interfieren y contradicen las pautas que sus hijos siguen para educar al pequeño. En esos casos, el dialogo puede servir para aclarar donde esta el lugar de cada uno y acabar con el problema.
Para que la relación entre padres y abuelos sea perfecta y cada uno pueda desempeñar su labor con el niño, debe existir un respeto mutuo y la aceptación de los criterios y teorías del otro. De esta manera, el niño vivirá feliz en un ambiente sin tensiones.
Las seis reglas de oro
El papel de los abuelos es muy importante y positivo para el niño, siempre que:
• No tomen el lugar de los padres, sin motivo justificado, porque el niño puede hacerse un problema sobre las diferentes imágenes de parentesco. Puede provocarle algún trastorno emocional.
• No critiquen a los padres delante del pequeño. Asi, solo conseguirán que el niño pierda el respeto a sus progenitores.
• No sean muy autoritarios y den ordenes a sus padres mientras el pequeño este presente, porque puede asustarse.
• No se muestren demasiado sobreprotectores y no defiendan siempre la causa del niño. Los pequeños no siempre tienen razón. En este caso, podrían convertir a su nieto en un niño consentido e insoportable.
• No le hagan muchos regalos y satisfagan todos sus deseos, porque solo entorpecerán la educación del pequeño y le prepararan mal para su futura vida social.
• No practiquen el chantaje: «Vente conmigo, que te voy a regalar caramelitos, y mama no». Asi solo lograran atraerse egoístamente los favores de su nieto y maleducarlo.
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