El deterioro cognitivo                      es la pérdida o alteración de las funciones                      mentales, tales como memoria, orientación, lenguaje,                      reconocimiento visual, conducta, que interfiere con la actividad                      e interacción social de la persona afectada. Deterioro                      cognitivo y demencia son conceptos similares, diferenciándose                      sólo por el grado de la alteración, y estos                      términos se utilizarán indistintamente en el                      presente capítulo mientras no se hagan distinciones                      específicas. En forma similar, puede hablarse también                      de deterioro cognitivo demencial y no demencial.
                    
Suele atribuirse a Philippe                      Pinel haber introducido el término demencia en el siglo                      XVIII, para identificar la pérdida de funciones cognitivas                      de un cerebro previamente normal. Este concepto se                      mantiene hasta la actualidad. En tiempos de Pinel, el término                      amencia, hoy en desuso, se aplicaba a aquellos trastornos                      mentales en los que nunca se había alcanzado un nivel                      de cognición normal. Hoy en día denominamos                      a éstos oligofrenia. Por ello las oligofrenias                      o retrasos mentales, en particular moderados o severos, que                      son consideradas demencias en el sentido jurídico,                      no son sin embargo demencias desde el punto de vista médico.
                    
La incidencia y prevalencia                      de demencia se han acrecentado significativamente en la segunda                      mitad del siglo XX, en relación con el aumento de la                      esperanza de vida en las poblaciones occidentales. En ellas,                      se calcula que 2% de la población general y 10% de                      la mayor de 60 años está afectada de algún                      grado de deterioro cognitivo. La edad es el factor de riesgo                      más importante de deterioro.
                    
El síndrome                      demencial
                    
La demencia es un síndrome,                      es decir, un cuadro clínico que puede deberse a múltiples                      causas. Las más frecuentes son la enfermedad de Alzheimer                      y sus variantes (50%), la enfermedad cerebrovascular (20%)                      y la enfermedad de Parkinson (10%). Por ello, en la mayoría                      de los casos la demencia es irreversible. Pero hay muchas                      otras causas, y algunas reversibles cuyo diagnóstico                      es importante descartar, como la demencia de la depresión                      y las de causas extracerebrales clínicas.
                    
La demencia sigue siendo                      un cuadro de diagnóstico exclusivamente clínico,                      ya que hasta la actualidad no se han hallado "marcadores"                      de diagnóstico patognomónico, tales como por                      ej. la VDRL para la sífilis o el HIV para el SIDA,                      que permitan efectuar un diagnóstico de certeza de                      la demencia en cuanto síndrome. Es decir, un                      paciente puede tener una sífilis, un SIDA o una enfermedad                      cerebrovascular, pero no necesariamente estará por                      ello demente. Para poder afirmar esto, deberá ineludiblemente                      comprobarse el deterioro de sus funciones mentales mediante                      la evaluación clínica. Por ello, es fundamental                      subrayar los siguientes conceptos:
                    
-no se puede hacer diagnóstico                      de demencia con imágenes u otros estudios neurológicos                      complementarios. Con ellos, podrán describirse lesiones,                      atrofias, enfermedad vascular o alteraciones electroencefalográficas,                      pero tales métodos no permiten establecer si el paciente                      está o no demente
                    
-la necropsia per se tampoco                      establece el diagnóstico de demencia. Muchos pacientes                      de edad avanzada muestran los cambios propios de la enfermedad                      de Alzheimer o cerebrovascular sin que hayan estado dementes                      en vida. La necropsia sí puede confirmar la causa de                      demencia cuando ésta fue debidamente establecida con                      anterioridad.
                    
-es imposible por todo                      ello, como con frecuencia la justicia pretende, efectuar un                      diagnóstico de demencia en un fallecido, al no existir                      ya un paciente para evaluar
                    -tampoco es posible hacer un diagnóstico retrospectivo                      ("…a tal fecha…"), ya que la evolución                      es muy variable; la única manera de establecer tal                      cosa es poder contar con una evaluación formal efectuada                      en la fecha que se solicita. 
Diagnóstico
                    
El diagnóstico                      de demencia no es difícil cuando el paciente, por ejemplo,                      está claramente desorientado, con lenguaje incomprensible                      e incontinente, situación en la que el deterioro es                      evidente hasta para un no médico. Pero en muchos casos                      los neurólogos nos vemos ante el dilema de posibles                      casos de demencia incipiente, en los que las fallas cognitivas                      son leves y no han comprometido todavía (si es que                      lo hacen) la autovalidez del paciente. El envejecimiento cerebral                      normal puede manifestarse de modo idéntico al deterioro                      inicial, y con frecuencia no es posible afirmar o descartar                      el diagnóstico de demencia en las primeras observaciones,                      debiendo postergarse una definición y efectuar un seguimiento                      clínico ("diagnóstico longitudinal").                      Pueden verse con frecuencia alteraciones cognitivas en pacientes                      de edad avanzada que están aislados, o deprimidos o                      mal nutridos o en mala situación habitacional, factores                      corregibles y tratables ("seudodeterioro").
                    
Para precisar entonces                      la magnitud de las fallas cognitivas y en función de                      ello confirmar o descartar la presencia de deterioro, se llevan                      a cabo exámenes específicos que cuantifican                      las funciones mentales, denominados "examen neuropsicológico                      cuantitativo" o "examen, pruebas o tests psicométricos".                      Los hay de distinta complejidad y longitud, desde pruebas                      simples que pueden efectuarse "al pie de la cama"                      hasta baterías de tests que requieren varias sesiones                      para completarse. También varían en su orientación                      y objetivo, ya que hay pruebas diseñadas para el diagnóstico                      del deterioro en general, para el lenguaje, orientadas a la                      enfermedad de Alzheimer, al deterioro vascular, a la depresión,                      etc. Pueden ser efectuadas por médicos o no médicos                      (psicólogos, fonoaudiólogos), pero siempre deben                      serlo por personas entrenadas. La neuropsicología                      es la subespecialidad de la neurología y disciplinas                      afines que se ocupa de estas evaluaciones. Es importante subrayar                      que ellas difieren sustancialmente de las que se hacen en                      el llamado "Psicodiagnóstico", que tiene                      otro fin, orientado fundamentalmente a establecer trastornos                      de aprendizaje y conducta, y nivel intelectual en la infancia                      y juventud. En el apéndice se consignan algunas de                      las pruebas de uso frecuente en el diagnóstico cuantitativo                      del deterioro cerebral.
                    
Tipos o grados de alteración                      cognitiva
                    
Se reconocen los siguientes,                      aunque no todos suponen un trastorno patológico. Todos                      ellos tienen criterios diagnósticos debidamente tipificados                      sobre la base de las pruebas neuropsicológicas, que                      no es del caso detallar aquí.
                    
Trastorno de la memoria                      asociado a la edad: antiguamente llamado "olvido                      benigno del geronte". Se refiere a cambios de la memoria                      de fijación, en comparación con sujetos jóvenes.                      Se vinculan por lo tanto fundamentalmente a la edad. El sujeto                      es absolutamente autoválido, no tiene alteraciones                      suficientes para que pueda considerárselo portador                      de deterioro. Se trata de cambios propios del envejecimiento                      normal.
                    
Deterioro cognitivo                      leve: en este caso ya hay nivel de deterioro en la memoria,                      pero no suficiente para ser considerado propio de demencia,                      porque las funciones cognitivas globales se preservan. Este                      grado es motivo de profundo estudio en la actualidad. Un 10-15%                      de pacientes de este grupo evolucionan anualmente a la demencia.
                    
Demencia o deterioro cognitivo demencial: el deterioro está en niveles de demencia, y ésta puede a su vez clasificarse en distintos grados (ver apéndice).
Enfermedades más                      frecuentes causantes de demencia
                    
Enfermedad de Alzheimer:                      causa el 50% de las demencias en occidente. Tiene una anatomía                      patológica característica (placas seniles, ovillos                      neurofibrilares y degeneración granulovacuolar), pero                      que puede observarse también en la edad avanzada sin                      demencia. Biomolecularmente es una enfermedad por amiloidosis.                      Las placas seniles y los ovillos neurofibrilares contienen                      amiloide. Produce un deterioro llamado de tipo "cortical",                      caracterizado por trastorno cognitivo no acompañado                      de signos neurológicos motores en las etapas iniciales                      de la enfermedad. Comienza típicamente por alteración                      de la memoria reciente a lo que le sigue luego desorientación                      temporal, espacial, apraxia (trastorno del movimiento aprendido)                      y agnosia (trastorno del reconocimiento). Es común                      referirse a este cuadro como "Demencia tipo Alzheimer                      (DTA)" porque estrictamente no puede afirmarse la enfermedad                      si no hay anatomía patológica: 15 a 20% de los                      diagnósticos clínicos de DTA no resultan finalmente                      enfermedad de Alzheimer en la patología. El 10-20%                      de casos de demencia "cortical" son debidos al llamado                      "Complejo Pick" (enfermedad de Pick, atrofias frontotemporales                      y otras), en el que la manifestación inicial es de                      cambio de conducta (desinhibición frontal, irritabilidad,                      apatía y otras en forma variable) y no cognitiva. Ésta                      aparece más tarde.
                    
Biomolecularmente el Pick                      corresponde a las llamadas enfermedades por proteína                      Tau (tauopatías). El 90% de los casos de Alzheimer                      es esporádico y no familiar. Es irreversible pero hoy                      tratable sintomáticamente con anticolinesterásicos                      centrales.
                    
Demencia vascular:                      en oriente es más frecuente que la enfermedad de Alzheimer.                      Es la debida a enfermedad cerebrovascular (ECV). Sus manifestaciones                      son "corticales" (cognitivas) y "subcorticales"                      (lentitud psicomotora, junto a paresias, trastornos de la                      marcha, síndrome suprabulbar, etc. propios de la ECV).                      El deterioro se vincula a las lesiones y otros cambios cerebrovasculares,                      como la desmielinización periventricular vinculable                      a isquemia, llamada "leukoaraiosis". Es irreversible.                      La ECV es tratable y prevenible con antitrombóticos,                      hipotensores e hipolipemiantes. La demencia parece responder                      a galantamina.
                    
Demencia mixta:                      se denomina así a aquella en la que el paciente muestra                      un deterioro de tipo Alzheimer, pero también lesiones                      y signosintomatología cerebrovascular que pueden considerarse                      que contribuyen a su deterioro. Como entidad nosológica                      es controvertida.
                    
Demencia de la enfermedad                      de Parkinson: suele establecerse una vez diagnosticadas                      las manifestaciones motoras de la enfermedad. El trastorno                      cognitivo es "subcortical", típicamente con                      gran aumento en las latencias (lentitud psicomotora), aunque                      finalmente las respuestas a las pruebas cognitivas sean correctas.                      Biofarmacológicamente, el Parkinson es una enfermedad                      por depleción dopaminérgica y biomolecularmente,                      por sinucleína.
                    
Demencia de la depresión                      ("seudodemencia"): puede comprender hasta un                      20% de casos. Es muy importante de descartar, porque se trata                      de depresiones que se manifiestan como deterioro, y                      no con los síntomas clásicos de la depresión                      (tristeza, llanto, apatía, ideas de muerte, anorexia,                      pérdida de libido). Es reversible con antidepresivos.                     
                    Hay muchas otras enfermedades capaces de causar demencia,                      para las que el lector puede referirse a las lecturas recomendadas                      que se citan al final de este capítulo. En realidad,                      el diagnóstico diferencial de las demencias es otro                      de los grandes ejercicios clínicos de la medicina interna.
El síndrome                      confusional agudo
                    
Es un cuadro de instalación brusca, en el que el paciente, típicamente, tiene gran distractibilidad (dispersión atencional), acentuación psicomotora (excitación e inquietud), desorientación, disartria y alucinaciones visuales (trastorno perceptivo) y se debe en la mayoría de los casos a causas extracerebrales (trastornos hidroelectrolíticos y metabólicos, infecciones sistémicas, hipoxia). Es claramente diferenciable de la demencia, sobre todo por su comienzo repentino, y en general reversible con el tratamiento de las causas subyacentes.
La demencia y sus consecuencias                      medicolegales
                    
El deterioro cerebral                      debe haber alcanzado hoy repercusión y consecuencias                      sociales de importancia, para que al mismísimo Sumo                      Pontífice se le cuestionen su lucidez y capacidad para                      continuar conduciendo a la Iglesia Católica. El crecimiento                      del trastorno corre paralelo con el aumento exponencial del                      envejecimiento poblacional del mundo, cuya proyección                      a los próximos veinte años adquiere características                      de epidemia. La Argentina es el segundo país de mayor                      población de edad avanzada de Latinoamérica,                      superada sólo por Uruguay. En la Argentina, la proporción                      de personas mayores de 60 años es 15%, y en la ciudad                      de Buenos Aires, 20%. La frecuencia de demencia aumenta con                      el crecimiento de la población anciana. Son varias                      las consecuencias sociales y legales de esta situación                      a las que nos hemos visto enfrentados los médicos,                      algunas de las cuales pueden enumerarse a continuación:
                    
-la búsqueda por                      parte de la familia de inhibición legal ante una persona                      deteriorada que es inducida fraudulentamente a firmar compromisos                      legales como la venta de propiedades, contratos, pagarés,                      etc.
                    
-la situación opuesta,                      es decir, el interés, generalmente por algún                      heredero, en buscar una inhibición legal cuando la                      evaluación muestra resultados dentro del rango normal,                      dudosos o reversibles
                    
-la opuesta de la opuesta,                      o sea la de familiares que buscan negar un deterioro evidente
                    
-el sorpresivo hallazgo                      de indicios de deterioro en un paciente a quien su abogado,                      por ej. para poder testar, le solicita, por parte del médico,                      un certificado que abone "la plena posesión de                      sus facultades mentales". Ocurre con frecuencia que paciente                      y familia se indignen con el médico, en lugar de hacerlo                      con la enfermedad, si éste les hace saber de tales                      indicios y de la consiguiente imposibilidad de afirmar lo                      que se pide. "Yo no estoy loco" o "Lo que Ud                      dice no es cierto, ¡mi padre entiende todo!" son                      las expresiones habituales. Hay casos límite que impiden                      al médico expedirse con certeza, y que hacen necesario                      un examen neuropsicológico al que el paciente, que                      "no está loco", se niega. Es comprensible,                      muchas veces hay intereses económicos importantes de                      por medio, pero el médico no puede dejar de informar                      lo que encuentra. Es como pretender negar la existencia de                      un tumor de pulmón que es evidente en las radiografías
                    
-los casos de agresión                      verbal o física debidos a formas de demencia que comienzan                      con tales manifestaciones
                    
-el problema de que un                      paciente con deterioro maneje vehículos
                    
-los indicios de deterioro                      en personas con altas funciones políticas o de conducción.                      Ya se mencionó el caso del Papa. Otro caso sonado es                      el del ex-presidente Reagan, en EE.UU., que mostró                      síntomas cerebrales hacia el final de su mandato, y                      que hoy sufre una enfermedad de Alzheimer
                    
-las declaraciones ante                      tribunales de personas con deterioro no diagnosticado previamente.                     
                    
Estas situaciones y otras se irán presentando más y más en relación con el aumento de la población con demencia. Está la sociedad argentina preparada para ello?
1 comentario:
hola disculpen me pueden decir si debo llevarle la contraria a un enfermo con demencia cerebro vascular mi mamá lo padece y no se si llevarle la contraria a lo que dice o tratar de hacerla entender que ella cre no es correcto
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