sábado, 24 de octubre de 2009

BUENA ALIMENTACION DEL ADULTO MAYOR

La alimentación es muy importante en todas las etapas de la vida, pero se vuelve notoriamente más importante en situaciones especiales. Una de ellas es en la etapa del adulto mayor.

Es importante tener en cuenta los cambios que se producen en esta etapa, algunos de ellos son alteraciones en el gusto, olfato, perdida de piezas dentarias, disminución de la salivación (que condicionan una boca seca que obliga a modificar el tipo de alimentación para que puedan deglutir más fácilmente), producción de gran cantidad de gases, y en ellos es frecuente el estreñimiento.

Problemas orgánicos como: la hipertensión, cardiopatías, diabetes, reumatismos, hepatopatías, nefropatías, cáncer, etc. así como los medicamentos utilizados para el tratamiento de las mencionadas enfermedades originan con relativa frecuencia problemas gastrointestinales, además de interferir en ocasiones con la absorción de vitaminas, minerales u otros importantes componentes de los alimentos.

Si a todo esto agregamos los problemas psicológicos que pueden ocurrir por soledad, perdida de algún familiar querido, depresiones, etc. que favorecen la disminución del apetito. Así como la disminución de ingresos monetarios origina una alteración en la adquisición de alimentos, tanto en calidad como en cantidad. Las incapacidades físicas para cocinar son también un importante factor a considerar en la alimentación de este grupo de personas.

Todo ello hace que la alimentación no sea lo variada y equilibrada que debiera; por eso se da las siguientes recomendaciones:

En quienes tienen dificultades para la masticación, la trituración es el mejor método de preparar los alimentos. La carne se puede triturar en casa o sustituirla por carne picada, hamburguesas, albóndigas, etc. También se pueden triturar las verduras o darlas como jugos (tomate, zanahoria, etc.), así como en algunas frutas.

Las mejores formas de guisar los alimentos son: al horno, a la plancha o hervidos. Conviene evitar los fritos ya que producen sensación de plenitud y frecuentemente se digieren con dificultad.

A veces hay que recurrir a mezclar los alimentos en forma de puré para facilitar la deglución y conseguir una dieta equilibrada nutricionalmente. En ocasiones interesa enriquecer los purés con derivados de leche (queso, crema, etc.).Las principales características y recomendaciones para obtener una buena dieta son:
a) Individualizada, equilibrada, variada
b) Comidas fáciles de preparar, apetecibles, de fácil masticación y digestión.
c) Comer de todo, pero no en grandes cantidades. Conviene aumentar el número de comidas realizadas diariamente (se recomiendan 5).
d) Líquidos en abundante cantidad, preferentemente fuera de las comidas.
e) Conviene consumir alimentos ricos en fibra, como los cereales integrales.
f) Es importante el consumo de lácteos (leche, quesos, yogures, etc.).
g) Consumir alimentos de origen animal (carnes).
h) Favorecer la ingesta de alimentos ricos en grasas insaturadas como los aceites vegetales (oliva) y los pescados.
i) Es aconsejable evitar el alcohol.
j) Consumir ocasionalmente, y en pequeñas cantidades, algunos alimentos: dulces, repostería, bebidas azucaradas
k) Consumo de sal, menos de 2 gramos al día.
l) La persona mayor debe exponerse al sol, ya que favorece la formación de vitamina D, necesaria para la utilización del calcio de la dieta.

Todo esto nos lleva a concluir que debemos prestar especial atención a la dieta de los mayores, para que la calidad de vida sea la mejor ya que los factores que pueden desencadenar en un mal estado nutricional son numerosos si no se tiene los cuidados necesarios. Debe tenerse especial dedicación en la selección de la cantidad de alimentos, la forma en que se preparan y se presentan en el plato

Para los jóvenes y adultos, debe recordarse que la historia nutricional dirá como se llega a esa etapa, de aquí la importancia de comenzar desde ahora con una buena alimentación.

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