A principios del siglo XX se comenzó a informar de alergias a los alimentos en Europa, y desde la década de 1940, estas alergias han sido reconocidas por los médicos en todo el mundo. Se estima que en Europa, la prevalencia de alergia a alimentos se sitúa entre el 1,4 y el 2,4%, en los adultos, en los niños entre el 0,3 y el 7,5% y entre los individuos atópicos alrededor del 10%. En España, según datos del estudio multicéntrico de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Alergológica 92), se recoge que el 3,6% de los pacientes que acuden a las consultas de alergia presentan sensibilización a algún alimento. Cerca del 8% de los niños y hasta un 2% de los adultos en los Estados Unidos padecen este tipo de alergia.
La alergia a los alimentos a menudo se manifiesta en las personas que tienen familiares con alergias, y pueden aparecer síntomas después de consumir incluso una mínima cantidad de alimento hasta el momento inocuo. Los anticuerpos circulan en la sangre y son una defensa de nuestro organismo. Las personas alérgicas tienen un anticuerpo llamado inmunoglobulina E o IgE. Cuando los alimentos entran por primera vez al cuerpo de una persona predispuesta a las alergias, se produce una serie de reacciones y se generan anticuerpos de tipo IgE específicos para ese alimento. Después de producirse, estos anticuerpos viajan a unas células llamadas mastocitos. Los anticuerpos IgE se adhieren a la superficie de estas células y la próxima vez que una persona alérgica tome contacto con dicho alimento, la IgE captura sus alergenos (del alimento). Esto inicia la liberación de sustancias conocidas como "mediadores de la inflamación", entre los que se encuentra la histamina, que producen los síntomas propios de la alergia, afectando a diferentes sistemas: respiratorio, cardiovascular, gastrointestinal y piel. |
Los alergenos de los alimentos (es decir, aquellas partes de los alimentos que causan las reacciones alérgicas), son generalmente proteínas. La mayoría de los alergenos todavía pueden causar reacciones incluso después de haber sido cocinados o digeridos. Los más comunes, responsables de hasta el 90% de todas las reacciones alérgicas, son las proteínas de la leche de vaca, los huevos, los cacahuetes, el trigo, la soja, el pescado, los mariscos y las nueces. Todos los alimentos provienen de alguna planta o animal, y se agrupan en familias dependiendo de su origen. Una persona alérgica a un miembro de una familia de alimentos puede ser alérgica a todos los miembros del mismo grupo. Esto se conoce como reactividad cruzada. Es muy importante saber que existen "alimentos ocultos", es decir fuentes de alergenos frente a los cuales se es alérgico y que pueden pasar inadvertidos al estar éstos enmascarados. Esto ocurre mucho cuando se consumen alimentos procesados. |
Muchas personas creen que los términos alergia e intolerancia frente a alimentos son equivalentes. Esto no es así. La intolerancia a alimentos es una reacción adversa inducida por un alimento que no involucra al sistema inmunológico. La intolerancia a la lactosa es un buen ejemplo, en donde el individuo carece del enzima que se precisa para digerir este azúcar de la leche. En este caso, tras la toma de derivados lácteos, aparecerán síntomas consistentes en aumento de gases en el intestino, retortijones, etc. También pueden desencadenarse reacciones de intolerancia a los alimentos con las sustancias químicas añadidas a algunos alimentos. Los síntomas pueden incluir nerviosismo después de consumir aditivos químicos presentes en quesos y chocolates, o diversas reacciones adversas a agentes químicos y conservantes, llamados aditivos alimentarios. Entre los aditivos alimentarios más comunes que pueden causar reacciones en personas sensibles cabe mencionar el aspartamo, los benzoatos, BHA y BHT, colorantes FD&C amarillo No. 5 y rojo No. 3, glutamato monosódico, nitratos y nitritos, parabenos y sulfitos. Las verdaderas reacciones alérgicas a los aditivos alimentarios son muy poco frecuentes. |
No existen unos síntomas característicos de alergia a alimentos. Puede presentarse un amplio abanico de ellos que abarcan desde el enrojecimiento perioral a una reacción muy grave conocida como anafilaxia. La relación próxima en el tiempo (unos pocos minutos a 1 hora) entre la ingestión del alimento y el inicio de los síntomas, habla a favor de una reacción alérgica. Ésta puede ocurrir al primer contacto con la sustancia, ir precedida de tolerancia previa o de síntomas mínimos. La repetición de la sintomatología, aunque no sea idéntica, con el mismo alimento o con alimentos relacionados (que pertenezcan a la misma familia de alimentos), apoya que estemos ante un cuadro de alergia a alimentos. La reacción alérgica más común de la piel a un alimento es la urticaria. La urticaria consiste en zonas rojas hinchadas de la piel, distribuidas por el cuerpo, que pican mucho y que pueden surgir repentinamente y desaparecer rápidamente. A menudo las lesiones se agrupan, apareciendo nuevos grupos al desaparecer otros. La urticaria puede aparecer sola o acompañada de otras manifestaciones. Los síntomas gastrointestinales incluyen vómitos, diarrea y calambres estomacales y, a veces, una irritación roja, picazón e hinchazón alrededor de la boca y garganta, náuseas, dolor de estómago y gases. Es común en los bebés tener reacciones no alérgicas transitorias a ciertos alimentos, especialmente frutas, leche de vaca, clara de huevo, cacahuetes y trigo. Los síntomas pueden incluir una irritación alrededor de la boca, debido a los ácidos naturales de los alimentos como los tomates y las naranjas, o la diarrea debida a exceso de azúcar en el jugo de frutas u otras bebidas. Sin embargo, otras reacciones pueden ser alérgicas y pueden ser causadas por mínimas cantidades del alimento problemático cuando se ingiera de nuevo. Al ir creciendo, algunos niños pueden tolerar comidas que antes les causaban reacciones alérgicas, con la excepción de las alergias a los cacahuetes y nueces. Un médico especialista debe realizar exámenes periódicos de estas alergias probando con los alimentos adecuados. |
Sí. En casos graves, consumir un alimento al cual uno es alérgico causa una reacción que puedecomprometer la vida llamada anafilaxia. Ésta consiste en una reacción alérgica sistémica que a veces puede ser fatal. Las primeras señales de la anafilaxia pueden ser una sensación de calor, sonrojo, hormigueo en la lengua o una irritación roja con picazón. Otros síntomas pueden incluir sensaciones de mareo, respiración entrecortada, fuertes estornudos, ansiedad, calambres estomacales, vómitos y diarrea. En casos graves, los pacientes pueden experimentar una disminución de la tensión arterial que ocasiona una pérdida de conocimiento y shock. Sin el tratamiento inmediato, la anafilaxia puede causar la muerte. |
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