Con actitud positiva, así hay que llegar a la vejez, la misma que debe
formarse desde pequeños. "Se dice que el pediatra debería ser el mejor
geriatra. Envejecer es un proceso de educación, hay saber que se va a
vivir mucho tiempo y es necesario prepararse recordando que es un
proceso que no se puede evitar ni atajar", apuntó María Francisca
Echeverri, presidenta de la Asociación Colombiana de Gerontología y
Geriatría.
Contrario a lo que algunos piensan la vejez no debe suponerse como algo dramático, al contrario, todo cambio que venga por cuenta de ese proceso de envejecimiento debe ser dinámico y reconocido como el proceso de involución normal que tiene el organismo.
¿Ya para qué?
En una vejez bien vivida esa expresión no tiene espacio. "¿Ya para qué uso este vestido? ¿Ya para qué me maquillo? ¿Ya para qué voy a esa fiesta?"
Expresiones como esas, suelen ser comunes en algunas ocasiones. Pero bastará decir que pronunciarlas resultan nocivas para una vejez feliz.
Llegar a viejo no es una enfermedad y mucho menos una discapacidad que limite el normal desarrollo de la persona. No obstante, entre las familias, incluso entre los adultos mayores, existen temores cuando se tiene algún diagnóstico especial: diabetes o hipertensión, que suelen ser los más comunes. Pero padecerlos tampoco los limita. Lo que se recomienda en esos casos, es acudir a los mecanismos de ayuda que existen hoy.
Con los adultos mayores la cuestión es proveerlos de los medios y aplicar la tecnología. "Están las alarmas del celular, hay dispensadores de pastillas que se pueden programar con la hora, hay relojes con alarma. Hay que usar los recursos que ya existen", recomendó María Francisca.
Enfrentar la vejez depende en buena medida de la sociedad de la que cada uno hace parte. "La nuestra vive tanto de la imagen que no acepta el envejecimiento porque lo ve como un deterioro. Uno no deja de ser por llegar a viejo, al contrario, es cuando está más especializado en lo que es. Hay que ser conscientes de los cambios que se presentan, hay que socializar, llevar una buena alimentación, sin excesos y hacer ejercicios que vitalicen. El agua y el baile son los mejores para cualquier persona mayor", indicó Echeverri.
Cambiar el chip
Esa es una de las recomendaciones de María Francisca, a la vez que sugiere retomar esa idea que se tenía antes de los adultos mayores donde se les apreciaba más la experiencia y la imagen que se tenía de ellos era positiva y valiosa.
"En este momento los niños están en contacto con una imagen muy deteriorada porque el proteccionismo, la falta de actividad, la falta de estímulo, el sentimiento de soledad, hace que ellos no tengan una imagen adecuada de envejecimiento", señaló la especialista.
Así pues, a la vejez hay que llegar sin miedos, pero conscientes de los cambios naturales por los que pasa el organismo. Viva bien desde pequeño, ese será su seguro para la mejor vejez.
Contrario a lo que algunos piensan la vejez no debe suponerse como algo dramático, al contrario, todo cambio que venga por cuenta de ese proceso de envejecimiento debe ser dinámico y reconocido como el proceso de involución normal que tiene el organismo.
¿Ya para qué?
En una vejez bien vivida esa expresión no tiene espacio. "¿Ya para qué uso este vestido? ¿Ya para qué me maquillo? ¿Ya para qué voy a esa fiesta?"
Expresiones como esas, suelen ser comunes en algunas ocasiones. Pero bastará decir que pronunciarlas resultan nocivas para una vejez feliz.
Llegar a viejo no es una enfermedad y mucho menos una discapacidad que limite el normal desarrollo de la persona. No obstante, entre las familias, incluso entre los adultos mayores, existen temores cuando se tiene algún diagnóstico especial: diabetes o hipertensión, que suelen ser los más comunes. Pero padecerlos tampoco los limita. Lo que se recomienda en esos casos, es acudir a los mecanismos de ayuda que existen hoy.
Con los adultos mayores la cuestión es proveerlos de los medios y aplicar la tecnología. "Están las alarmas del celular, hay dispensadores de pastillas que se pueden programar con la hora, hay relojes con alarma. Hay que usar los recursos que ya existen", recomendó María Francisca.
Enfrentar la vejez depende en buena medida de la sociedad de la que cada uno hace parte. "La nuestra vive tanto de la imagen que no acepta el envejecimiento porque lo ve como un deterioro. Uno no deja de ser por llegar a viejo, al contrario, es cuando está más especializado en lo que es. Hay que ser conscientes de los cambios que se presentan, hay que socializar, llevar una buena alimentación, sin excesos y hacer ejercicios que vitalicen. El agua y el baile son los mejores para cualquier persona mayor", indicó Echeverri.
Cambiar el chip
Esa es una de las recomendaciones de María Francisca, a la vez que sugiere retomar esa idea que se tenía antes de los adultos mayores donde se les apreciaba más la experiencia y la imagen que se tenía de ellos era positiva y valiosa.
"En este momento los niños están en contacto con una imagen muy deteriorada porque el proteccionismo, la falta de actividad, la falta de estímulo, el sentimiento de soledad, hace que ellos no tengan una imagen adecuada de envejecimiento", señaló la especialista.
Así pues, a la vejez hay que llegar sin miedos, pero conscientes de los cambios naturales por los que pasa el organismo. Viva bien desde pequeño, ese será su seguro para la mejor vejez.
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