miércoles, 1 de agosto de 2012

PARA EL ADULTO MAYOR

No me impongas tus prisas
Ideas que salieron en una conversación con un jóven.
Cuando trates con personas de la tercera edad ten presente esta reflexión.
Yo soy de la tercera edad y tú crees conocerme porque has leído y escuchado sobre mí, pero no es cierto, no me conoces ni puedes comprenderme porque eres joven y siempre me verás y juzgarás con tus ojos y tus valores de joven, por eso en teoría crees conocerme, pero en la práctica quieres:
-Que no sea tan lento, que no me olvide, que no me enferme tanto, que no sean tan sordo, y que haga las cosas como tú las haces.
Pero eso no es posible, porque yo soy una persona mayor, esas son mis nuevas características, y los valores que me corresponden pueden ser algo diferentes de los de un jóven.
Recuerda que una forma de violencia y agresión psicológica es darme una obligación sin aceptar mis tiempos.
-Si insistes en imponerme tus prisas, mi preocupación aumentará, y mi hipertensión puede provocarme un derrame cerebral.
El que pide lo que no se puede, el que no percibe que las cosas son diferentes de cómo quisiera, se equivoca y fracasa, y a mí no me conviene que fracases.
Tienes que aceptar las limitaciones de mi edad, reconocer que he vivido y que el tiempo me ha cambiado. Mi cuerpo se ha deteriorado, pero en cambio mi experiencia interior, mi percepción y mi comprensión se han enriquecido, ahora es más amplia y puedo darme cuenta de cosas que a tu edad no percibía.
Yo sé que parece que mi interior debe estar tan mal como mi exterior, y tal vez a ti no te parezca que mi interior se haya enriquecido
-Porque no digo todo lo que quisieras escuchar y no hago todo lo que quisieras que haga, pero es que ahora comprendo que muchas veces es mejor callar y no hacer, sino en silencio esperar y dejar que hagas lo que quieres y lo que te toca hacer, porque el tiempo de hacer ahora es para ti, el mío pasó y ya hice lo que tenía que hacer.
Sin embargo, si me das la oportunidad y aceptas mis tiempos, de vez en cuando puedo asombrarte con algunas ideas.
-Porque ese es mi rol, ver lo que la juventud no puede ver.
-Entre la juventud y la tercera edad no cabe la competencia sino el mutuo respeto y la colaboración.
Si quieres conocer el camino a la montaña pregunta a los que regresan dice el aforismo. En este camino de la vida los que están de regreso son los que pasan de 60 años.
El efecto del tiempo es lento pero inexorable, irreversible y enriquecedor, parece que no hiciera nada, pero su hacer va marcando tu vida para siempre.
Mientras eres joven quieres hacerlo todo rápido para ver los resultados, para ver el después, para mostrar a todos lo que eres capaz de hacer, para sentirte orgulloso de tu trabajo.
Yo voy lento porque ya estoy en ese después, ya estoy en el tiempo de los resultados.
-Sólo que el resultado soy yo mismo, cuando vi que todo se iba comprendí que mi ganancia era vivir, estoy satisfecho por eso y ahora es mi tiempo de disfrutarlo, y debes ayudarme para que suceda igual cuando tu tiempo llegue.
El niño se mueve de un lado para otro porque no tiene experiencia y quiere verlo todo, y el joven tiene prisa por construir su futuro.
-Yo ya no tengo prisas porque ya vi todo lo que me tocaba ver,  tuve todas las experiencias que necesitaba, hice todo lo que tenía que hacer, mi futuro ya lo construí y ahora es mi tiempo de vivir.
Debes cuidarte porque si mueres prematuramente serás un proyecto de vida inconcluso, que no pudistes explorar todas las etapas que te tocaban, que no adquiriste todas las experiencias y aprendizajes que debías recoger, y que no hiciste lo que se esperaba para ti mismo, para tu familia y para la sociedad.
-Si mueres prematuramente pierdes la oportunidad de vivir, de aprender, de crecer, y de ayudar.
-No importa todo el dinero que tenías, ni lo mucho que sabías, ni todo lo que diste o hiciste, porque estabas para más pero te quedaste en el camino.
Si mueres antes de tu tiempo de alguna manera eres un perdedor, de alguna manera en ti se perdió una expectativa de vida, por eso siempre sentimos más pena, tristeza y lástima cuando un joven se muere.
Yo tuve la suerte de vivir todo lo que me tocó, desde ese punto de vista soy un ganador aunque no posea nada, y sólo te pido que aprendas a aceptar mi velocidad, mis tiempos, y mis maneras de hacer las cosas.
Generalmente no las aceptas porque eres diferente, eres joven:
-Pero si tienes la suerte de vivir lo suficiente comprenderás que es lo mejor para ti, para mí y para todos, hoy y cuando sea el tiempo de tu tercera edad.

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