1. Definición
La ansiedad se define como un temor anticipado de un peligro futuro, cuyo origen es desconocido o no se reconoce. Esto
produce síntomas físicos como tensión muscular, sudor en las palmas de
las manos, molestias estomacales, respiración entrecortada, sensación de
desmayo inminente y taquicardia.
Los trastornos de ansiedad son los trastornos mentales más comunes en los países occidentales.
El tratamiento más común para la ansiedad es la combinación de:
medicamentos, psicoterapia, modificación de conducta y otros
tratamientos de apoyo como las técnicas de relajación.
La ansiedad es, además, un componente importante de otros problemas:
problemas de alimentación, problemas sexuales, problemas de relación
personal, dificultades de rendimiento intelectual, molestias físicas de
origen psicosomático, etc.
La ansiedad por la comida, en nuestros días, es un problema muy común que nos puede llegar a causar graves desequilibrios. A menudo, la ansiedad por la comida es causada por factores como el estrés o exceso de preocupaciones.
Lo primero que debemos hacer es identificar el problema que nos está generando la ansiedad, para poder trabajar en el. Si el problema tiene solución, tomar acciones, y si no,debemos pensar que actitudes tomaremos ante éste.
2. Situaciones que contribuyen a agravar la ansiedad por comer
Dietas desequilibradas en las que se produce una
ingesta insuficiente de hidratos de carbono, vitaminas y sales
minerales, nutrientes todos ellos necesarios para el buen funcionamiento
del sistema nervioso.
Realizar sólo 2-3 comidas/día muy distanciadas entre sí.
Consumo habitual de bebidas alcohólicas o estimulantes y tabaco.
Falta de descanso.
3. ¿Cómo disminuir la ansiedad por comer?
Reducir excitantes como el café, el té, el azúcar, el chocolate, que
sólo harán agravar el problema, en cambio, tomar más líquidos como
jugos de frutas, infusiones como los tés relajantes como Valeriana,
Manzanilla, etc.
Coma varias veces al día, esto le
ayudará a controlar el apetito. Puede hacer 3 comidas principales y 2
meriendas una en la mañana y una en la tarde (consumiendo frutas o
galletas integrales). Esto evitará llegar al punto en el qué la
ansiedad por la comida es tal que empezamos a comer de forma compulsiva.
Comer sentado en la mesa, de un modo tranquilo y ordenado (sin mezclar platos).
Planificar los menús con tiempo para poder prepararlos adecuadamente.
No comprar ni cocinar cuando se tiene hambre.
En las meriendas consuma batidos de frutas con leche baja en grasa. Estos
dan sensación de saciedad y nos alimentan porque nos aportan vitaminas y
minerales. También se puede comer palitos de zanahoria y apio con
salsas light o a base de yogurt.
Los alimentos integrales ayudan a dar mayor sensación de saciedad, por lo que evitarán que comamos tantas veces seguidas.
Tomar mucho líquido durante el día,
hasta alcanzar 8 vasos de agua. Los líquidos en general ayudan a
disminuir la sensación de hambre ya que a menudo lo que estamos es un
poco deshidratados. O sea antes de comer cualquier cosa tomar primero
siempre uno o dos vasos de agua.
Disminuir el consumo de azúcar simple, en
postres, confites, chocolates, helados, jugos de frutas artificiales,
etc. Este tipo de alimentos ricos en azúcares simples hacen que el
apetito vuelva dentro de poco tiempo de haberlos consumido.
Si quiere algo dulce como un postre, lo cual se puede consumir de vez en cuando, escoja alimentos sin azúcar para disminuir calorías.
Hoy en día existen productos dietéticos que nos ayudan a darnos un
gustito sin pecar tanto. Por ejemplo, rebane unas 4 fresas y 1 banano
mediano con ½ taza de helados bajos en grasa y azúcar.
Cuando tenga un antojo de algún alimento, espérese 10 minutos antes de consumirlo, muchas
veces se producen por ansiedad ó tensión del momento y realmente no los
queremos consumir. Si esperamos un rato muchas veces olvidamos que
teníamos el antojo y no lo consumimos.
Realizar ejercicio, que se adecue a
sus posibilidades. El ejercicio es el mejor remedio para la ansiedad.
Practíquelo 3 ó 4 veces a la semana. Este le ayuda a descargar las
tensiones y a oxigenarnos con lo cual disminuye la ansiedad por la
comida.
Practicar la respiración o el Yoga también será beneficioso. Debemos
tomar conciencia de nuestra respiración y aprender a controlarla. Si
respiramos de un modo más pausado y profundo nuestro estado de ansiedad
también tiende a desaparecer.
Aunque no lo parezca es una de las pautas básicas para el tratamiento de
la ansiedad por la comida.
En la mayoría de los casos la ansiedad tiende a mantenerse, e
incluso a extenderse y generalizarse. Tratar de sobreponerse a base de
fuerza de voluntad, muchas veces, no es efectivo. Lo más conveniente es tratarse lo antes posible. La gran mayoría de los casos mejoran siguiendo el tratamiento adecuado.
Aprender a querernos un poco más, aceptándonos como somos y valorando nuestras virtudes es un primer paso para mejorar.¡Es
el primer paso para sentirnos llenos¡ Sintiéndonos satisfechos de
nuestra vida tendremos un mayor control sobre lo que comemos ya que no
dependeremos de algo externo para sentirnos por fin satisfechos.
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