martes, 28 de abril de 2009

CONSUMO DE CAFE EN EL ADULTO MAYOR

Muchos mitos se tejen alrededor del consumo del café y uno de ellos está relacionado a su consumo en los adultos mayores, pues afirman altera el sueño. Sin embargo, la clave no está en dejar de tomarlo, sino en reducir el volumen de la ingesta a fin de no perder los demás beneficios de su consumo.

A medida que los años pasan, los cuidados en la alimentación y en la salud deben ser más constantes y adecuados para esta etapa de la vida. Dentro de todos estos aspectos a tomar en cuenta, la influencia de la alimentación en el trastorno del sueño en los adultos mayores es un tema controvertido y muy discutido por médicos y nutricionistas.

Estudios antiguos afirman que, dentro de la alimentación de los adultos mayores, se debería eliminar el consumo de café debido a que este altera el sueño, y por lo poco que ellos duermen, un estímulo que los mantenga despiertos no es un buen aliado a esa edad.

Para el doctor Domingo Carrera, médico internista con una especialidad en nutrición, "es muy cierto que los momentos de sueño, en la medida que nos vamos haciendo mayores, tienden a ser cada vez menores, es parte del envejecimiento". Esto es una respuesta fisiológica normal del cuerpo ya que el tiempo que el cuerpo necesita para estar descansado es menor por que el metabolismo es más reducido, es decir, gastan menos energías, agrega.

Sin embargo, si la persona siente que su cuerpo no descansa y las horas de sueño no son reparadoras, e incluso comienzan los problemas de insomnio, es necesario hacer un repaso de las actividades del día y los alimentos que se consumen para tener un diagnostico de cuál es el problema.

En ese sentido, el doctor Carrera recomienda que no es necesario erradicar del todo el café sino disminuir la cantidad, ya que no hay que olvidar que también el café tiene muchos efectos positivos para las personas mayores, entre esos efectos el mantenerlos activos y alertas.

Se sabe que muchas personas que tiene 70 años o más toman, desde muy jóvenes, su tacita de café en las mañanas, y si les quitas esa taza quizá no se sentirían tan bien durante el día. Por eso, recalcamos que no hay que quitarlo del todo, pero tal vez reducir la cantidad o cambiar la forma en la que se consume. Por ejemplo, que el último café del día sea después del almuerzo o que la taza sea más pequeña. En cuánto a la preparación, una buena opción es cambiar el café expreso por un café americano que está menos cargado de cafeína o agregarle leche.

El consumo moderado y responsable del café estimula y mantiene a la persona alerta y concentrado durante el día. Convirtamos el consumo del café en una costumbre, y aprovechemos para tomarlo en familia.

1 comentario:

Lu. Mamá, psicóloga, blogger. dijo...

Hola Germania,

Escribí al correo que dejaste en mi web, pero me ha rebotado.

Me encanta tu blog es súper útil y dinámico. Te sigo leyendo.

Un fuerte abrazo,

Lu
Mamá de DOS chancletas