sábado, 14 de marzo de 2009

LOS INTERROGANTES MÁS FRECUENTEMENTE PLANTEADOS, TENDIENTES A SABER CUÁNDO AYUDARLOS Y CÓMO HACERLO SON LOS SIGUIENTES:

• ¿Cómo me doy cuenta de cuando es tiempo de ofrecer ayuda a mis mayores?
• ¿Cómo les ofrezco ayuda sin ofenderlos?
• ¿Hay riesgo de que tenga un accidente en el hogar?
• ¿Cuándo las fallas de memoria pueden transformarse en una causa de accidentes?
• ¿Presenta problemas motrices que dificultan la deambulación?
• ¿Puede bañarse solo o necesita ayuda?
• ¿Necesita ayuda para vestirse?
• ¿Puede mantener una higiene personal adecuada?
• ¿Qué puedo hacer para asegurarme de que está ingiriendo una dieta balanceada, completa y variada?
• ¿Qué puedo hacer para ayudarlo en la preparación de la comida?
• ¿Tiene dificultades para efectuar la ingesta alimentaria sin ayuda?
• ¿Su apetito está conservado?
• ¿El estado de ánimo depresivo es una característica del envejecimiento?
• ¿Puede mantener la higiene del hogar?
• ¿Realiza compras cotidianas en forma adecuada?
• ¿Necesita ser acompañado en la realización de trámites o para visitar a su médico?
• ¿Cuánto tiempo estaré capacitado para cuidarlo antes de buscar a alguien que me ayude?
• Si la ayuda no la brinda un cuidador capacitado, ¿no estaré poniendo en riesgo a la persona que quiero cuidar?
• ¿Cómo puedo prevenir mi agotamiento y el de mi familia?

Si usted, en algún momento, se ha planteado este tipo de interrogantes no dude en buscar la mejor manera de ayudarlo y ayudar a su familia a transitar el desafío del envejecimiento.

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