- He llegado a esta hermoza edad 70 años, hasta ahora como digo muy bien, tengo la condición de ser diabetica y se hipertensa, pero tomando mis pastillitas que son muy pocas ni me acuerdo de ello, trato de cuidarme en los alimentos y de vez en cuando peco un poquito. Me gusta mucho la musica de todos los tiempos, como tengo mucha juventud a mi alrededor, mis nietas 6 los nietos 3, son yá jovenes, pero tambien algunas veces los disfruto, como tengo una vida sedentaria casi no salgo, pero como me gusta bailar con la musica juvenil, Dady Yanqui y otros, eso me encanta y la disfruto mucho, la vez pasada que fui a mi control medico cuando el Doctor me pregunto si salia ha caminar le dije que no pero que hacia ejercicio por medio del baile me dijo que estaba bien y yo feliz. Disfruto mucho la vida como viene, estoy muy agradecida a mi Padre eterno que siempre ésta conmigo, el es el que me hace sentir muy querida y privilegiada en todo momento le agradesco el ser mi compañero de vida junto a su hijo Jesus, su Espiritu Santo esa es mi forma de hablar con el, teniendo su trilogia.Tengo el Cariño de los mios que me dan felicidad, soy muy respetuosa del tiempo y todo lo demas de mi gente, me ven cuando me quieren ver, meto mi cuchara cuando me lo piden, creo mucho en el respeto a los demas. Lo que tengo es mucho Cariño, afecto para los que me aprecian. Este tiempo que Dios me regala es un plus y los disfruto. Bello tiempo amigas, amigos, Besos y fuerte abrazo.
- Con cariño, Germania Aspíllaga Arellano vda de Valera.
Musica
domingo, 10 de abril de 2016
Mis 70 Años, Feliz de disfrutarlos.
domingo, 20 de marzo de 2016
Tabu, el tema del sexo en la tercera edad.

Según un informe de la periodista Emma Jones para BBC Mundo, hay un rechazo de cierta parte del público y de las productoras de cine a tratar el sexo entre gente mayor por dos
razones: una cuestión psicológica (a las generaciones jóvenes les
cuesta creer que sus abuelos tienen sexo) y otra de mercado (dos
atractivos y jóvenes actores venden más que dos ancianos).
La
autora del mencionado informe señala que son escasos los títulos de
películas en las que se incluyan escenas eróticas entre personas de la
tercera edad. Además, explica que muchas veces los cineastas prefieran
abordar el tema desde el humor.
Por ejemplo, en Alguien tiene que ceder (Something's Gotta Give de
Nancy Meyers) hay un encuentro sexual interpretado por Diane Keaton y
Jack Nicholson, pero enfocado desde la comedia, ya que el personaje
masculino del film tiene que usar Viagra para hacer el amor.
De
todos modos, como contracara de esos films, podríamos citar algunas
películas que abordaron la temática de forma atinada, despertando cierto
debate al respecto e, incluso, logrando reconocimiento de la crítica en
diferentes festivales de cine en el mundo.
Wolke 9, (En el séptimo cielo, en español), del reconocido director alemán Andreas Dresen (premiado
en el Festival de Cannes de 2011) cuenta con escenas explícitas de sexo
entre adultos mayores. En la película se narra el affaire entre dos berlineses.
"Siempre
me había preguntado por qué a la gente mayor tan sólo se les permite,
tanto en el cine como en la televisión, una visión más sentimental de la
vida o historias entre románticas y apacibles", opinó Dresen al dar su mirada sobre este tipo de films.
En la película 45 años,
dirigida por Andrew Haigh y protagonizada por Tom Courtenay y Charlotte
Rampling (que ganaron el Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín
de este año por su excelente interpretación) también hay un abordaje
desprejuiciado respecto de las relaciones sexuales en la tercera edad.
"La
idea de que a medida que envejecemos ya no tenemos deseos sexuales es
para mí, con 42 años de edad, una situación muy triste", manifestó Haigh al enterarse de la revolución que la historia produjo en el público en las redes sociales.
Al
parecer, en el séptimo arte hay poco espacio para nuestros mayores y
una cuestión tan normal para cualquier persona - sin importar la etapa
de la vida en la que esté - como lo es el sexo. Afortunadamente, este
tipo de propuestas del cine europeo buscan romper con los estereotipos y
dar protagonismo a una generación cada vez más vivaz. En definitiva, el
sexo sigue siendo sexo, se tenga la edad que se tenga.
jueves, 3 de marzo de 2016
Tips para la soledad.
Pasos útiles
Ya que la soledad es innegable y será experimentada
por todo ser humano, pues en algún momento se tendrá la sensación de que
"algo falta", es posible llevar a cabo algunas medidas para mejorar el
estado anímico:
- Ser muy sincero y buscar dentro de uno mismo qué tipo de soledad es la que se sufre y a qué circunstancias se deben.
- Perder el miedo a mirar dentro de nosotros, y afrontar la necesidad de saber cómo somos: nuestras ilusiones y ambiciones, limitaciones y miedos, además de evaluar honestamente la autoimagen.
- Tomar la iniciativa para entablar nuevas relaciones; se puede determinar qué personas nos interesan, y luego elaborar una estrategia para contactarlas.
- Considerar que no hay nada qué perder y que el miedo al rechazo es un freno para entablar nuevas amistades o amores.
- Hacer a un lado la actitud de víctima, pues aunque el mundo resulta en ocasiones cruel y materialista, seguro que hay personas que desean conocer a alguien como nosotros.
- Evitar encerrarse en uno mismo cuando se tenga fuerte sensación de soledad, ya que puede generarse mayor daño. Es mejor contar con quién hablar e intimar y a quién querer.
- Pensar que no somos tan raros como pensamos; para comprobarlo no hay más que hablar a profundidad y confianza con alguien. Tenemos la capacidad de "llenar" a más gente de la que creemos, y nos pueden resultar atractivas muchas personas que tenemos muy cerca.
- Iniciar o retomar alguna actividad deportiva o artística también suele ayudar a mejorar el estado de ánimo, además de que facilita la convivencia con quienes poseen aficiones similares.
La sensación de soledad es una situación que puede
convertirse en momentánea y que no es forzosamente mala, ya que es
posible transformarla en un espacio de reflexión para conocernos a fondo
y encontrar sinceramente nuestra propia identidad.
Existe un tiempo para comunicarse con los demás y otro para
establecer contacto con lo más profundo de nosotros mismos, en el que la
soledad es indispensable; ahí podemos "hablar" con nuestros miedos, a
los que no podemos ignorar.
Finalmente, queda señalar que si a pesar de todo no se tienen fuerzas
ni tranquilidad para afrontar el problema, no hay que dudar en
consultar a un psicólogo o psiquiatra a fin de que ayude a un benéfico
reencuentro con uno mismo para, posteriormente, poder comunicarnos
adecuadamente con nuestros semejantes.
martes, 1 de marzo de 2016
La Vejez una buena etapa.
Es importante desechar la idea de que ciertas cualidades y emociones
son propias y exclusivas de la gente joven. Es sumamente común escuchar
frases como “soy mayor, pero de espíritu joven” o “me siento feliz como
si tuviera 20 años”. En cambio, es sano pensar que la felicidad, la
alegría y el entusiasmo pueden experimentarse y se experimentan a
cualquier edad, sólo hay que decidirse a vivir estas emociones con
plenitud.
Para nadie es desconocido que la vejez conlleva limitaciones, que las hay sin duda. No obstante, para muchos, esta etapa puede ser sinónimo de libertad:
Cuando tomamos la decisión de llegar a la vejez con una vida plena hasta el último aliento de vida, podríamos llegar a transmitir una imagen de vejez que sea envidiada y deseada.
Para nadie es desconocido que la vejez conlleva limitaciones, que las hay sin duda. No obstante, para muchos, esta etapa puede ser sinónimo de libertad:
- Es la etapa en la que ya no hay que complacer a nadie.
- Es el tiempo de comprobar los afectos definitivos.
- Ya no hay espacio para las relaciones impuestas o por conveniencia.
- Los horarios ya son relativos.
- Se está libre de conflictos sexuales, de luchas y competencias.
Cuando tomamos la decisión de llegar a la vejez con una vida plena hasta el último aliento de vida, podríamos llegar a transmitir una imagen de vejez que sea envidiada y deseada.
La importancia de ser mayor y quererse
Las nuevas condiciones de vida generadas
por la vejez suponen más de un problema para algunos adultos mayores.La cultura general lejos de valorar esta nueva etapa, genera barreras
que impiden vivirla con inteligencia emocional y armonía.
Las arrugas surcan la piel, nuestro cuerpo cambia
su contextura y el cabello se vuelve cano, como si inaugurase la última
fase de la vida. Los cambios impulsados por la vejez trascienden la
estética e implican aspectos emocionales y psicológicos que muchas veces
pasan desapercibidos. Muchas personas mayores desarrollan cuadros
depresivos, cuadros ansiosos, estrés y somatizaciones. La enfermedad más
común de este tipo es la depresión.
Los adultos mayores que más se deprimen son los hospitalizados quienes residen en hogares de ancianos las mujeres , en contraste con los hombres.
El principal rasgo depresivo de los adultos mayores es la apatía, es
decir, el desgano que los lleva a abandonar actividades, a dejar de
salir o de compartir con los demás, anteponiendo cualquier excusa para
evitar estas situaciones.
Cuando una persona mayor muestra una preocupación excesiva por todo,
es decir, está hiperalerta y cualquier cosa lo asusta o estresa, podemos
estar ante el caso de un cuadro ansioso, mientras que la somatización
se refiere a variadas e inespecíficas dolencias que experimenta un
individuo, ya sean mareos o dolores de espalda, cuello y de estómago,
por nombrar algunos. El origen de estos malestares no es físico, sino
psicológico. "Si nosotros no le damos cabida a nuestras penas o frustraciones, el cuerpo lo expresa en forma de dolor físico" quien afirma que detrás de estas manifestaciones, muchas veces se encuentra la depresión.
El impacto que tienen estos trastornos psicológicos sobre la salud es
enorme, ya que son agravantes de enfermedades físicas (hipertensión,
diabetes, entre otros) y fomentan la aparición de trastornos cognitivos
(pérdida de memoria, dificultades del lenguaje, problema atencional).
En algunos casos, el adulto mayor se autoabandona de tal manera que se
niega a realizar tareas tan básicas como bañarse, comer o limpiar su
hogar, debido a la desmotivación que lo embarga. En definitiva, los
problemas físicos empeoran y el afectado descuida su vida general, lo
que sin duda, sólo acarrea consecuencias negativas.
Difícil de aceptar
La transformación de la apariencia que conlleva el paso de los años
cuesta ser aceptada en nuestra sociedad, donde se rinde culto a la
juventud. También cambiamos a nivel cognitivo, como sucede con la denominada "memoria de trabajo". La psicóloga la describe "como
la memoria RAM del computador, que es la que nos permite hacer cosas
simultáneamente, ya sea más de dos o tres acciones a la vez." Esta
capacidad disminuye al pasar los años, volviendo a la gente más lenta.
No disminuye la memoria ni la facultad de razonar, simplemente, no
podemos hacer tantas tareas al mismo tiempo, lo que estresa a aquellos
que siempre fueron activos. En vez de frustrarse, la psicóloga
recomienda "hacer menos cosas y tomar conciencia de que eso es normal".
Quienes lo pasarán mal son las personas que se resisten al progreso
natural de su vida, tanto por motivos físicos como sociales. La
aparición de enfermedades o los accidentes (como caídas que terminan en
fracturas) afectan la moral de la tercera edad, pues es indudable que
merman su calidad de vida. La jubilación, la muerte del cónyuge y de
otros seres queridos o inclusive un cambio de casa puede afectarlos
significativamente porque significa amputarlos del espacio atiborrado de
su historia, sentimientos e identidad. La dificultad de adaptarse
provoca en muchos casos problemas de memoria, trastornos cognitivos y
cambios conductuales.
El flagelo de la cultura antisenil
La idea de convertirse en una persona mayor no genera
entusiasmo. Por el contrario, posee una connotación negativa que sólo se
explica con la cultura que desconoce y rechaza una etapa vital tan normal como sus antecesoras.
Si la celeridad y el ritmo vertiginoso de la sociedad actual son estresantes para los más jóvenes, la peor parte se la llevan las personas mayores. La ciudad es un ejemplo de lo poco amable que es el entorno: estaciones de metro con escaleras interminables y sin ascensores, semáforos que cambian con rapidez, calles anchas y difíciles de cruzar, etc.
Los prejuicios de la sociedad hacia la vejez crean una especie de cerco, como si se tratasen de "otros" cuya realidad es incompatible con la nuestra, pese a que tendremos el mismo destino. La profesional del Servicio de Geriatría comenta con asombro cómo algunos de sus pacientes no se asumen siempre como personas mayores.
Si la celeridad y el ritmo vertiginoso de la sociedad actual son estresantes para los más jóvenes, la peor parte se la llevan las personas mayores. La ciudad es un ejemplo de lo poco amable que es el entorno: estaciones de metro con escaleras interminables y sin ascensores, semáforos que cambian con rapidez, calles anchas y difíciles de cruzar, etc.
Los prejuicios de la sociedad hacia la vejez crean una especie de cerco, como si se tratasen de "otros" cuya realidad es incompatible con la nuestra, pese a que tendremos el mismo destino. La profesional del Servicio de Geriatría comenta con asombro cómo algunos de sus pacientes no se asumen siempre como personas mayores.
El evidente problema cultural motivó incluso la creación de la Geriagogía, especialidad que enseña a la gente a envejecer y a no morir en el intento. "Nunca se nos prepara a ser viejos",debemos prepararnos psicológicamente y pensar cómo viviremos esta fase.
La mejor forma de disfrutar los años
Cuerpo y sociabilidad: comer bien,
hacer ejercicio físico, no fumar, evitar el consumo excesivo de alcohol,
y tener una vida social activa son las bases para una salud integral.
Independiente si la persona es sociable o solitaria, la presencia de un
solo amigo basta para tener relaciones sociales enriquecedoras que
influyen poderosamente a nivel físico y psicológico. "Si te toca la
mala pata de enfermarte, debes hacerte cargo de los factores de riesgo y
cuidarte. Si te estás quedando solo, genera nuevos lazos, preocúpate de
tomar un curso, muévete. Tomar la iniciativa es súper importante", señala categórica la neuropsicóloga.
Apoyo e ingenio familiar: el primer requisito para
que una familia sea efectivamente un pilar de apoyo, es que respete la
forma de ser de sus adultos mayores. Si quiere obligar a su mamá a que
se integre a un curso de yoga aunque ella insista en que le parece
aburrido, va por mal camino. "Muchas veces asumimos como familia lo
que deben hacer y es súper importante respetar lo que ellos quieren y
buscar en ellos mismos los intereses",hace un llamado a respetar su voluntad siempre y cuando no
transgreda su salud (por ejemplo, si se niega a comer). Otro punto
importante es integrarlos como siempre se ha hecho, ya sea en reuniones
familiares, conversaciones o al entorno, respetando su ritmo. Si un
adulto se cambia de casa y lleva a su madre consigo, lo ideal es que la
ayude a ambientarse a la nueva ciudad o barrio y hacer de este cambio
una experiencia agradable.
¿Hogar de ancianos?: no hay que entrar en paranoia
debido a las denuncias televisivas sobre maltratos en residencias de
adultos mayores. La principal labor de estos lugares es prestar un
servicio a las familias que realmente no pueden hacerse cargo de sus
parientes. A pesar de la sensación culposa que genera, existen muchos
recintos que cuentan con todo el equipamiento material y humano para
acogerlos. Lo importante es escoger la mejor alternativa y visitar
periódicamente a los familiares. Muchas personas mayores prefieren estos
lugares, ya que ahí pueden compartir con otros.
Generaciones unidas: potenciar relaciones
intergeneracionales, es decir, entre individuos de diferentes edades, es
sumamente beneficioso para todos los involucrados. Es bueno incentivar a
los nietos a compartir con frecuencia con sus abuelos. Incluso, en
algunos países se efectúan jornadas donde personas mayores van a leer
cuentos a niños de jardines infantiles, para generar este intercambio y
fomentar, paralelamente, hábitos de lectura.
"Es responsabilidad nuestra generar instancias de interacción
entre las generaciones. Yo aprendo de una persona que ha vivido toda una
vida y que ha resuelto miles de problemas, que ha vivido bien o mal,
pero tiene una sabiduría que yo no tengo"-asegura la neuropsicóloga, quien concluye, convencida- "Es súper enriquecedor".
lunes, 26 de enero de 2015
Importancia de los Amigos en la tercera edad
Aprender de LA TERCERA EDAD Y LA IMPORTANCIA DE LA AMISTAD para personas mayores
En
su libro “Coping with Old Age” (Como asumir la Tercera Edad), Pat Blair
escribe “Muchas veces cosas como sentirse querido, deseado y necesitado
por otros hacen que seguir viviendo merezca la pena. Sin el contacto
con otros seres humanos, los problemas pueden crecer, las enfermedades
toman una nueva dimensión y no disponemos de un baremo que nos permita
poner en perspectiva nuestros problemas”.
Lo malo es que cuando uno envejece, ya no hay tantas personas a su
alrededor con las que pueda entenderse y relacionarse. Algunos de
nuestros amigos se han muerto. Tal vez has tenido que trasladarte del
lugar donde antes vivías a otro. Además, a nuestra edad es más difícil
hacer nuevas amistades: ya no tienes compañeros de trabajo,
probablemente tengas una vida social menos activa que antes, y desde
hace muchos años careces de foros de amistades tradicionales como por
ejemplo la puerta del colegio de tus hijos.
Por todo ello, en la tercera edad valoramos especialmente los viejos
amigos, y nuestro lenguaje social e historia común nos unen más que
nunca.
En los últimos años, Internet nos permite localizar personas con las
que hace años perdiste el contacto. También existen todo tipo de clubs,
sociedades y asociaciones para la tercera edad en todos los lugares. En
la ciudad donde yo vivo, hay tantos clubes de comida para gente mayor
gestionados por las iglesias locales, que uno podría comer fuera en uno
de ellos cada día de la semana si quisiera. En estos sitios la
posibilidad de hacer amigos es tan importante como la calidad de la
comida servida.
Además, siempre existe cierta demanda para voluntarios en diversos
sectores. En el hospital de mi ciudad, a veces uno no puede ni moverse
por los pelotones de simpáticas personas mayores esperando para llevar a
pacientes en sillas de rueda a su habitación, atender y ayudar en la
cafetería gestionada por una sociedad de voluntarios llamado Hospital
Friends, o ayudarte encontrar un rincón escondido del hospital que, sin
su ayuda, te sería imposible encontrar. A través del proceso de ayudar a
los demás, pueden surgir nuevas amistades.
Un tipo de amistad muy especial es aquel que se forma traspasando
generaciones. Abuelos y nietos comparten una afinidad tan especial que
debe ser apreciada y celebrada, y si no gozas del privilegio de ser
abuelo, tal vez podrías convertirte en “tío” o “tía” adoptiva de un
niño. Los miembros de la tercera edad, con nuestras arrugas e historias
de un lejano pasado, resultamos muy fascinantes para los niños.
No existen unas reglas sobre cómo hacer amigos aplicables a todo el
mundo. Todos somos diferentes, y algunos somos más tímidos que otros.
Además, con la edad es cada vez más difícil para muchos de nosotros
saber cómo “presentarnos” a otras personas. Estamos más inseguros sobre
qué podemos ofrecer a una relación de amistad, y tenemos más miedo ante
un posible rechazo.
Tal vez sea difícil hacer amigos. Pero probablemente es más difícil todavía vivir sin ellos.
jueves, 22 de enero de 2015
Diabetes.
domicilio
7 de enero de 2015 • Tecnologia para Diabeticos, dentro de telemedicina cuyo propósito es hacer un
seguimiento de algunos parámetros biológicos del paciente desde su
domicilio. En esencia es un proceso similar al que se hace en una Unidad
de Cuidados Intensivos, donde el paciente tiene conectado un monitor y
un profesional sanitario hace el seguimiento de unos parámetros: pulso,
etc.
En el caso de la telemonitorización el
paciente está en su casa y de forma periódica (diaria, semanal, etc)
envía sus datos biológicos a un centro sanitario. Además de estos datos,
el paciente responde a unos cuestionarios sobre su estado de salud.
Cuando un parámetro presenta alguna anormalidad, el profesional
sanitario se pone en contacto con el paciente, generalmente mediante
teléfono, para indicar lo que tiene que hacer. Esta comunicación la
inicia el profesional y el objetivo es actuar ante una alerta y por lo
tanto no hay que confundirlo con una visita telefónica, que es otra
fórmula diferente de telemedicina.
Muchas veces la telemonitorización se
acompaña de instrucciones para el paciente sobre la forma de utilizar el
equipo y a veces se aprovecha la oportunidad para hacer educación
sanitaria sobre su enfermedad. La educación sanitaria es un buen
complemento de la telemonitorización, y por sí misma es otra fórmula
independiente de la telemedicina: educación a distancia del paciente.
La telemonitorización es una
especialidad joven, se inició hace unos 20 años en EEUU, y desde
entonces ha evolucionado rápidamente de acuerdo con el progreso de la
tecnología. Al inicio fue una técnica hospitalaria, para pasar después a
ser una herramienta del “managed care”, y llegar a ser en la
actualidad un elemento clave de los planes de crónicos. La
telemonitorización nació en el hospital tomando como modelo la que se
hace en las Unidades de Cuidados Intensivos a los pacientes críticos.
Algún servicio clínico, especialmente el de cardiología observó que al
darles de alta a algunos pacientes, se reagudizaban y volvían a ingresar
al hospital. La solución fue crear el hospital a domicilio, con el
objetivo de seguir al paciente en su casa y evitar el reingreso a través
de
urgencias. Este seguimiento a domicilio se hacía con personal propio del hospital que se desplazaba al domicilio con un coste importante. Una alternativa menos costosa fue enseñar al paciente a medir algunos parámetros biológicos y comunicarlos por teléfono al hospital. Un paso más en la tecnología fue el conectar el aparato de medición del paciente directamente a través de internet con el centro sanitario, de manera que el paciente no tuviera que introducir datos. La fórmula de la monitorización desde el hospital es la más utilizada en telemonitorización y es donde tenemos mayor número de estudios. Las especialidades que se han volcado más en esta fórmula son la cardiología y el aparato respiratorio y especialmente los pacientes de insuficiencia cardíaca y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
urgencias. Este seguimiento a domicilio se hacía con personal propio del hospital que se desplazaba al domicilio con un coste importante. Una alternativa menos costosa fue enseñar al paciente a medir algunos parámetros biológicos y comunicarlos por teléfono al hospital. Un paso más en la tecnología fue el conectar el aparato de medición del paciente directamente a través de internet con el centro sanitario, de manera que el paciente no tuviera que introducir datos. La fórmula de la monitorización desde el hospital es la más utilizada en telemonitorización y es donde tenemos mayor número de estudios. Las especialidades que se han volcado más en esta fórmula son la cardiología y el aparato respiratorio y especialmente los pacientes de insuficiencia cardíaca y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El paso siguiente de la historia fue la
adopción de la telemonitorización por parte del “managed care”
o cuidados gestionados. Esta fórmula típicamente americana consistió en
hacer un seguimiento del paciente mediante un “call centre” atendido por
personal de enfermería. El objetivo era aplicar protocolos y guías
de práctica clínica y hacer un seguimiento del proceso del paciente para
evitar costes. Algunos de los estudios más importantes sobre
telemonitorización se realizaron en el marco del “managed care” por
parte de las instituciones pioneras de esta fórmula en los EEUU, Kaiser
Permanente y la Administración de Veteranos.
En España la telemonitorización la
adoptaron los planes para el cuidado de los pacientes crónicos.
Un ejemplo notable de esta fase es la creación del programa OSAREAN en
el país Vasco. El modelo de OSAREAN se basó en un “call centre” atendido
por personal de enfermería. Este modelo crea un centro de servicios
“adicional”, independiente del hospital y de la atención primaria. En
otras CCAA se ha preferido integrar la telemonitorización en la atención
primaria cuyo primer exponente fue el programa valenciano VALCRONIC,
seguido por el TELEMAC del Institut Català de la Salut. El Programa
Palante de la Unión Europea agrupa diferentes experiencias en varios
países europeos y el programa que se desarrolla en Andalucía es
precisamente el de diabetes. En Bilbao se lleva a cabo un programa
denominado TelBil de monitorización a domicilio.
En este momento en España coexisten los
tres modelos de telemonitorización, es decir 1) la extensión
del hospital, con programas en varios hospitales, por ejemplo el
Hospital Clinic de Barcelona en EPOC, el del Hospital del Mar también de
Barcelona en cardiología y el de Hospitalización a domicilio de La Fe
de Valencia 2) el modelo de “call centre” en el programa OSAREAN del
País Vasco y 3) finalmente el programa integrado en la primaria:
programas
Un estudio americano reciente calcula
que hay 3 millones de pacientes telemonitorizados en EEUU, de los cuales
dos tercios monitorizan el ritmo cardíaco. O sea que dos millones de
americanos tienen algún aparato en su casa que monitoriza el
funcionamiento del corazón, lo cual hace de la enfermedad cardíaca la
,que más utiliza este servicio. En paralelo a la ampliación del campo de
utilización de la telemonitorización, ha evolucionado la
tecnología para recoger y trasmitir datos. Al principio el sistema
consistía en que el paciente se medía unos parámetros determinados y
llamaba por teléfono al centro sanitario para informar de los datos
recogidos. Posteriormente se empezó a utilizar el internet como medio de
envío de datos, y recientemente con el desarrollo de los teléfonos
móviles y las tabletas se utiliza la mHealth.
La mayoría de aplicaciones de
telemonitorización se orientan a una sola enfermedad, tanto en la
fase hospitalaria como en el “managed care”. En cambio en los pacientes
crónicos, el enfoque es
pluripatológico, y el seguimiento se hace de varias enfermedades. Desde el punto de vista tecnológico este planteamiento ha facilitado el uso de plataformas que permitían agrupar las mediciones de varios sensores o aparatos, por ejemplo las balanzas, el glucómetro, el pulsioximetro, etc. Este enfoque ha facilitado la entrada en este sector de compañías tecnológicas que aportan capacidades de interconexión y manejo de información, como es el caso de Telefónica. Cuando el paciente además de pluripatológico es un anciano frágil y dependiente, la intervención debería ser coordinada con servicios sociales. Este es el caso del Programa “PITES T ayuda” desarrollado por el Hospital de Barbastro juntamente con la Cruz Roja.
pluripatológico, y el seguimiento se hace de varias enfermedades. Desde el punto de vista tecnológico este planteamiento ha facilitado el uso de plataformas que permitían agrupar las mediciones de varios sensores o aparatos, por ejemplo las balanzas, el glucómetro, el pulsioximetro, etc. Este enfoque ha facilitado la entrada en este sector de compañías tecnológicas que aportan capacidades de interconexión y manejo de información, como es el caso de Telefónica. Cuando el paciente además de pluripatológico es un anciano frágil y dependiente, la intervención debería ser coordinada con servicios sociales. Este es el caso del Programa “PITES T ayuda” desarrollado por el Hospital de Barbastro juntamente con la Cruz Roja.
Objetivos
El primer objetivo de la hospitalización
a domicilio y de la telemonitorización fue acortar la
estancia hospitalaria del paciente, y evitar las rehospitalizaciones. A
un paciente se le podía dar antes de alta porque había un seguimiento en
el domicilio y este seguimiento evitaba que el paciente, al tener
una reagudización, acudiera a urgencias y fuera hospitalizado. En
general estos objetivos se han alcanzado y la mayoría de estudios lo
constatan. Cuando la telemonitorización pasó al “managed care” el
objetivo fue reducir los costes, es decir que el sobrecoste del programa
de monitorización se recuperara evitando costes de hospitalización.
Este objetivo se ha logrado en muy pocas ocasiones. También hay que
reconocer que en muchos estudios que evalúan la telemonitorización no se
calculan los costes. Un estudio muy amplio de telemonitorización es el
Whole System Demonstrator que durante un año monitorizó a más de mil
pacientes en el Reino Unido. Este programa redujo la mortalidad y evitó
hospitalizaciones, pero a pesar de esto, sus costes fueron superiores a
los ahorros.
Finalmente dentro del terreno de la
atención a crónicos se le añadieron otros objetivos: mejorar
la adherencia del paciente al tratamiento, mejorar la calidad de vida
del paciente y empoderarlo. Estos objetivos se empiezan a medir ahora.
Proceso asistencial
Un aspecto fundamental de la
telemonitorización es integrarla dentro el proceso asistencial y no
convertirla en otro proceso paralelo. Esta integración ha sido fácil
cuando el origen fue en el hospital, porque este se hacía cargo del
paciente durante su estancia y mantenía esta responsabilidad cuando el
paciente se encontraba en su casa. Además los incentivos de evitar que
el paciente ingresara eran directamente para el hospital. El caso es más
complicado en la atención primaria, pues normalmente la
telemonitorización supone una carga asistencial añadida, y en cambio los
beneficios no los recibe la primaria sino el hospital que evita
ingresos y estancias.
Para integrar la telemonitorización
dentro el proceso asistencial hay que definir con precisión qué tipo
de pacientes pueden beneficiarse de ella: jóvenes, adultos, ancianos
dependientes, embarazadas, etc.. También hay que definir con precisión
en que momento del proceso hay que aplicarla: post-alta hospitalaria y
en agudizaciones, etc.. En el caso de un paciente crónico, hay que
valorar si el programa será para toda su vida o solamente en momentos
excepcionales.
La mayoría de estudios o pruebas piloto
que he analizado creaban un programa específico y único con algunos
elementos especiales y muy difíciles de comparar con otros programas. A
falta de una estandarización de los programas propongo responder a una
serie de preguntas para saber cuál es su contenido. Estas preguntas
serian sobre:
· Quién se responsabiliza del programa: Hospital, Atención Primaria o call center
· Qué parámetros se transmiten
o Biológicos
o Síntomas mediante cuestionarios
o Medicación tomada
· Con qué frecuencia se transmiten los parámetros ( diaria, mensual, quincenal). La frecuencia tiene que ser coherente con el objetivo y el proceso asistencial
· Qué cosas puede hacer el responsable del programa (cambiar medicación, enviar el paciente a urgencias, enviar ayuda domiciliaria, etc.)
· Si hay alertas que evitan la inundación de datos
· Duración del programa (siempre, solo en un momento del proceso asistencial)
· Cuando el paciente es pluripatológico, si se puede monitorizar solo una o varias enfermedades, con objetivos diferentes para cada enfermedad. Cuando es un anciano frágil, si interviene servicios sociales
· Quién se responsabiliza del programa: Hospital, Atención Primaria o call center
· Qué parámetros se transmiten
o Biológicos
o Síntomas mediante cuestionarios
o Medicación tomada
· Con qué frecuencia se transmiten los parámetros ( diaria, mensual, quincenal). La frecuencia tiene que ser coherente con el objetivo y el proceso asistencial
· Qué cosas puede hacer el responsable del programa (cambiar medicación, enviar el paciente a urgencias, enviar ayuda domiciliaria, etc.)
· Si hay alertas que evitan la inundación de datos
· Duración del programa (siempre, solo en un momento del proceso asistencial)
· Cuando el paciente es pluripatológico, si se puede monitorizar solo una o varias enfermedades, con objetivos diferentes para cada enfermedad. Cuando es un anciano frágil, si interviene servicios sociales
Teniendo en cuenta que un programa de
telemonitorización es costoso habría que evaluar el coste-eficacia del
mismo. Los estudios deben comparar la atención en telemonitorización con
los cuidados habituales, pero es básico indicar cuales son los cuidados
habituales. Si estos son en el hospital, el coste y los recursos son
diferentes de la atención primaria. Un punto importante en la
telemonitorización es que aumenta el tiempo que el profesional sanitario
pasa con el paciente, pues este recibe los cuidados tradicionales
además del tiempo que el profesional está observando los datos enviados
por la monitorización y el tiempo que pasa llamando al paciente
para indicarle lo que debe hacer. En un sistema público el paciente
tiene visitas con el médico o con enfermería
muy cortas en tiempo, y la telemonitorización puede aumentar este tiempo de forma significativa, con lo cual, en vez de medir el efecto de la telemonitorización, podemos estar midiendo solamente el hecho que el profesional pasa más tiempo con el paciente.
muy cortas en tiempo, y la telemonitorización puede aumentar este tiempo de forma significativa, con lo cual, en vez de medir el efecto de la telemonitorización, podemos estar midiendo solamente el hecho que el profesional pasa más tiempo con el paciente.
El primer criterio de evaluación es si
se han cumplido los objetivos previstos. Hay muchos estudios publicados
donde no se precisa cual es el objetivo y por lo tanto es imposible
saber si se ha logrado o no. El segundo criterio acostumbra a ser el uso
de recursos sanitarios, es decir comprobar si la monitorización evita
las visitas, urgencias, hospitalizaciones, estancias, etc Un tercer
criterio de valoración es la satisfacción del paciente y del profesional
sanitario con el sistema. El indicador clave es el número de pacientes
que han dejado el programa, bien sea por cansancio, o bien por la poca
usabilidad de los aparatos. En cuanto al profesional, ya he indicado
antes que es diferente el profesional del hospital que ve una mejora del
funcionamiento de su servicio gracias a la telemonitorización del
profesional de primaria que ve como aumenta su carga de trabajo,
mientras que los beneficios van al hospital.
El tema de la seguridad de la atención
es importante porque el paciente está solo en casa o bien con
su cuidador, y por lo tanto pueden darse fallos, que no deberían poner
en peligro la salud del paciente. La evaluación económica es la que
permitirá incorporar la telemonitorización dentro un sistema
sanitario. Si los beneficios de la telemonitorización son superiores a
sus costes se podrá generalizar, de lo contrario no es aconsejable. Por
su importancia en la generalización del programa se debería contemplar
siempre este tipo de evaluación.
Las versiones de atención primaria en
España, el caso de VALCRONIC y su gemelo TELEMAC, escogieron las dos
patologías hospitalarias: EPOC e insuficiencia cardíaca y le añadieron
otras dos con mucha prevalencia en atención primaria: la hipertensión y
la diabetes. Las evaluaciones de los dos programas apuntan también ,a
una reducción de estancias y urgencias en insuficiencia cardíaca y EPOC,
pero hubiera sido interesante contestar a la pregunta clave, de si es
mejor la telemonitorización desde el hospital o desde la
atención primaria para los pacientes con insuficiencia cardíaca y EPOC.
Lo que supone preguntar, no si es efectiva la telemonitorización, sino
cuál es el modelo más efectivo.
Para el Adulto mayor.
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