jueves, 3 de marzo de 2016

Tips para la soledad.

Pasos útiles

Ya que la soledad es innegable y será experimentada por todo ser humano, pues en algún momento se tendrá la sensación de que "algo falta", es posible llevar a cabo algunas medidas para mejorar el estado anímico:
  • Ser muy sincero y buscar dentro de uno mismo qué tipo de soledad es la que se sufre y a qué circunstancias se deben.
  • Perder el miedo a mirar dentro de nosotros, y afrontar la necesidad de saber cómo somos: nuestras ilusiones y ambiciones, limitaciones y miedos, además de evaluar honestamente la autoimagen.
  • Tomar la iniciativa para entablar nuevas relaciones; se puede determinar qué personas nos interesan, y luego elaborar una estrategia para contactarlas.
  • Considerar que no hay nada qué perder y que el miedo al rechazo es un freno para entablar nuevas amistades o amores.
  • Hacer a un lado la actitud de víctima, pues aunque el mundo resulta en ocasiones cruel y materialista, seguro que hay personas que desean conocer a alguien como nosotros.
  • Evitar encerrarse en uno mismo cuando se tenga fuerte sensación de soledad, ya que puede generarse mayor daño. Es mejor contar con quién hablar e intimar y a quién querer.
  • Pensar que no somos tan raros como pensamos; para comprobarlo no hay más que hablar a profundidad y confianza con alguien. Tenemos la capacidad de "llenar" a más gente de la que creemos, y nos pueden resultar atractivas muchas personas que tenemos muy cerca.
  • Iniciar o retomar alguna actividad deportiva o artística también suele ayudar a mejorar el estado de ánimo, además de que facilita la convivencia con quienes poseen aficiones similares.
La sensación de soledad es una situación que puede convertirse en momentánea y que no es forzosamente mala, ya que es posible transformarla en un espacio de reflexión para conocernos a fondo y encontrar sinceramente nuestra propia identidad.
Existe un tiempo para comunicarse con los demás y otro para establecer contacto con lo más profundo de nosotros mismos, en el que la soledad es indispensable; ahí podemos "hablar" con nuestros miedos, a los que no podemos ignorar.
Finalmente, queda señalar que si a pesar de todo no se tienen fuerzas ni tranquilidad para afrontar el problema, no hay que dudar en consultar a un psicólogo o psiquiatra a fin de que ayude a un benéfico reencuentro con uno mismo para, posteriormente, poder comunicarnos adecuadamente con nuestros semejantes.

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