Aprender de LA TERCERA EDAD Y LA IMPORTANCIA DE LA AMISTAD para personas mayores
En
su libro “Coping with Old Age” (Como asumir la Tercera Edad), Pat Blair
escribe “Muchas veces cosas como sentirse querido, deseado y necesitado
por otros hacen que seguir viviendo merezca la pena. Sin el contacto
con otros seres humanos, los problemas pueden crecer, las enfermedades
toman una nueva dimensión y no disponemos de un baremo que nos permita
poner en perspectiva nuestros problemas”.
Lo malo es que cuando uno envejece, ya no hay tantas personas a su
alrededor con las que pueda entenderse y relacionarse. Algunos de
nuestros amigos se han muerto. Tal vez has tenido que trasladarte del
lugar donde antes vivías a otro. Además, a nuestra edad es más difícil
hacer nuevas amistades: ya no tienes compañeros de trabajo,
probablemente tengas una vida social menos activa que antes, y desde
hace muchos años careces de foros de amistades tradicionales como por
ejemplo la puerta del colegio de tus hijos.
Por todo ello, en la tercera edad valoramos especialmente los viejos
amigos, y nuestro lenguaje social e historia común nos unen más que
nunca.
En los últimos años, Internet nos permite localizar personas con las
que hace años perdiste el contacto. También existen todo tipo de clubs,
sociedades y asociaciones para la tercera edad en todos los lugares. En
la ciudad donde yo vivo, hay tantos clubes de comida para gente mayor
gestionados por las iglesias locales, que uno podría comer fuera en uno
de ellos cada día de la semana si quisiera. En estos sitios la
posibilidad de hacer amigos es tan importante como la calidad de la
comida servida.
Además, siempre existe cierta demanda para voluntarios en diversos
sectores. En el hospital de mi ciudad, a veces uno no puede ni moverse
por los pelotones de simpáticas personas mayores esperando para llevar a
pacientes en sillas de rueda a su habitación, atender y ayudar en la
cafetería gestionada por una sociedad de voluntarios llamado Hospital
Friends, o ayudarte encontrar un rincón escondido del hospital que, sin
su ayuda, te sería imposible encontrar. A través del proceso de ayudar a
los demás, pueden surgir nuevas amistades.
Un tipo de amistad muy especial es aquel que se forma traspasando
generaciones. Abuelos y nietos comparten una afinidad tan especial que
debe ser apreciada y celebrada, y si no gozas del privilegio de ser
abuelo, tal vez podrías convertirte en “tío” o “tía” adoptiva de un
niño. Los miembros de la tercera edad, con nuestras arrugas e historias
de un lejano pasado, resultamos muy fascinantes para los niños.
No existen unas reglas sobre cómo hacer amigos aplicables a todo el
mundo. Todos somos diferentes, y algunos somos más tímidos que otros.
Además, con la edad es cada vez más difícil para muchos de nosotros
saber cómo “presentarnos” a otras personas. Estamos más inseguros sobre
qué podemos ofrecer a una relación de amistad, y tenemos más miedo ante
un posible rechazo.
Tal vez sea difícil hacer amigos. Pero probablemente es más difícil todavía vivir sin ellos.
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