viernes, 18 de junio de 2010

EL PADRE

Muy a menudo nos sentimos solos.
Pero siempre hay alguien dispuesto a tomarnos de la mano.
Hay una hermosa historia de una enfermera con exceso de trabajo que escoltaba a un cansado joven a la cama de su paciente.
Inclinándose y hablándole alto al anciano paciente, ella dijo: "Su hijo está aquí".
Con gran esfuerzo, abrió sus desenfocados ojos, luego lentamente los volvió a cerrar.
El joven apretó la envejecida mano en la suya y se sentó junto a la cama. Durante toda la noche estuvo sentado allí, tomando la mano del anciano y susurrando palabras de ánimo.
Para cuando amaneció, el paciente había muerto. En instantes, el personal del hospital llenó la habitación para apagar equipos y remover agujas.
La enfermera se puso al lado del joven y comenzó a ofrecerle sus condolencias, pero él la interrumpió.
"¿Quién era ese hombre?" preguntó.
La asombrada enfermera contestó: "¡Pensé que era su padre!" "No, él no era mi padre", contestó él. "Nunca lo había visto en mi vida".
"Entonces, ¿por qué no dijo nada cuando le traje a verle?"
"Me di cuenta de que necesitaba a su hijo y que su hijo no estaba aquí", explicó el hombre. "Y ya que estaba demasiado enfermo para reconocer que yo no era su hijo, supe que me necesitaba".
La Madre Teresa solía recordarnos que nadie debiera tener que morir solo. De igual manera, nadie debiera tener que sufrir o llorar solo tampoco. O reír solo o celebrar solo.
Somos hecho para transitar por el camino de la vida tomados de la mano. Hay alguien listo para tomarnos de la mano hoy. Y alguien anhela que nosotros tomemos la suya. ¡Recordemos aferrarnos los unos a los otros!

VEJEZ CUESTION DE ACTITUD

La mayoría de los cánceres son hereditarios.
Falso. Los cánceres causados por factores hereditarios sólo representan un 5 a 10% del total de los casos y se concentran, por lo general, en zonas como el colon, los senos y los ovarios. Así, los antecedentes familiares de ninguna manera aseguran que una persona va a contraer la enfermedad. Sólo, en ocasiones, generan cierta predisposición genética.
Un tratamiento quirúrgico de ninguna manera es aconsejable para los adultos mayores.
Depende. Aunque la edad del paciente no es por sí misma una razón para desestimar una intervención quirúrgica, se sabe que a partir de los 80 años, los riesgos aumentan considerablemente, debido, sobre todo, a estados anímicos y a la asociación con otros trastornos.
Usar teléfono celular aumenta el riesgo de padecer cáncer.
Falso. Pese a la enorme popularidad de este mito, hasta la fecha no se ha demostrado un vínculo real entre el uso regular de celulares y la aparición del cáncer. Lo que se sabe es que los teléfonos móviles despiden niveles de radiofrecuencia y energía electromagnética, los que, sin embargo, son demasiado bajos para inducir a problemas mayores de salud.
Las camas de bronceado provocan cáncer.
Verdadero. Las camas de bronceado son capaces de producir la misma radiación ultravioleta que el sol y, por lo tanto, causar daños irreparables a la piel. Incluso, en ciertos artículos publicados en la revista International Journal of Cancer se asegura que el uso de dichas máquinas antes de los 35 años eleva el riesgo de desarrollar melanoma, el tipo más grave y agresivo de cáncer de piel.
El tamaño de los senos guarda relación con las probabilidades de alojar un tumor.
Falso. Cualquier mujer, independientemente del tamaño de sus senos, puede ser víctima del cáncer. Las verdaderas causales se encuentran en los hábitos de vida, herencia familiar y ausencia de lactancia, entre otras. Asimismo, no existe evidencia real de que los sostenes ajustados o con implementos adicionales, propicien el desarrollo de la enfermedad.
El consumo de hierbas ayuda a combatir los estragos de la enfermedad.
No. Más allá de su aceptación entre los consumidores, las hierbas y los extractos derivados de éstas no sólo no favorecen la recuperación de un paciente, sino que además pueden llegar a ser perjudiciales para el sistema gastrointestinal o desestabilizar tratamientos, como el farmacológico.

HABLA EL ESPECIALISTA
Dr. Alfredo Aguilar Cartagena *

La población mundial está experimentando un proceso de envejecimiento progresivo. Actualmente, el 25% de los habitantes de los países más desarrollados del planeta son mayores de 70 años. Dentro de nuestra especialidad, esta estadística, en apariencia trivial, resulta importante dado que existe una clara relación entre la edad y el riesgo de padecer cáncer.
Aunque no existen datos clínicos sobre que el cáncer sea menos agresivo en el anciano que en el joven, su diagnóstico suele tomar más tiempo debido a la comorbilidad, que implica la existencia de dos o más trastornos independientes en un mismo paciente. En el anciano con cáncer se detecta la presencia de otra enfermedad hasta en el 60% de casos, y es frecuente que tanto el médico como el paciente no den importancia a la aparición de nuevos síntomas por atribuirlos a la vejez.
Como en cualquier otra enfermedad oncológica, el tratamiento se basa en cirugía, radioterapia, quimioterapia y hormonoterapia. Disciplinas de más reciente desarrollo, como la terapia biológica y la terapia paliativa, se han incorporado con éxito en el tratamiento de estos pacientes.
Otro dato importante es que, entre los años 2000 y 2004, las neoplasias malignas más frecuentes en el país en varones de entre 65 y 84 años de edad fueron próstata, estómago, bronquios-pulmón y piel; mientras en mujeres fueron útero, mama y estómago.
Finalmente hay que destacar que muchas veces el adulto mayor muestra una actitud fatalista ante la enfermedad y, por eso, abandona el tratamiento

jueves, 17 de junio de 2010

EL CIRCO

Cuando yo era adolescente, en cierta oportunidad estaba con mi padre haciendo fila para comprar entradas para el circo. Al final, solo quedaba una familia entre la ventanilla y nosotros. Esta familia me impresionó mucho. Eran ocho chicos, todos probablemente menores de doce años. Se veía que no tenían mucho dinero.
La ropa que llevaban no era cara, pero estaban limpios. Los chicos eran bien educados, todos hacían bien la fila, de a dos detrás de los padres, tomados de la mano. Hablaban con excitación de los payasos, los elefantes y otros números que verían esa noche. Se notaba que nunca antes habían ido al circo. Prometía ser un hecho saliente en su vida.
El padre y la madre estaban al frente del grupo, de pie, orgullosos. La madre, de la mano de su marido, lo miraba como diciendo: "Eres mi caballero de brillante armadura". Él sonreía, henchido de orgullo y mirándola como si respondiera: "Tienes razón" La empleada de la ventanilla preguntó al padre cuántas entradas quería. Él respondió con orgullo: "Por favor, deme ocho entradas para menores y dos de adultos, para poder traer a mi familia al circo." La empleada le indicó el precio. La mujer soltó la mano de su marido, ladeó su cabeza y el labio del hombre empezó a torcerse.
Este se acercó un poco más y preguntó: "¿Cuánto dijo?" La empleada volvió a repetirle el precio. ¿Cómo iba a darse vuelta y decirle a sus ocho hijos que no tenía suficiente dinero para llevarlos al circo? Viendo lo que pasaba, papá puso la mano en el bolsillo, sacó un billete de veinte dólares y lo tiró al suelo (nosotros no éramos ricos en absoluto). Mi padre se agachó, recogió el billete, palmeó al hombre en el hombro y le dijo: "Disculpe, señor, se le cayó esto del bolsillo."
El hombre se dio cuenta de lo que pasaba. No había pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situación desesperada, angustiosa e incomoda. Miró a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tomó la suya, apretó el billete de veinte dólares y con labios trémulos y una lágrima rodándole por la mejilla, replicó: "Gracias, gracias señor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para mi."
Papá y yo volvimos a nuestro auto y regresamos a casa. Esa noche no fuimos al circo. Pero no nos fuimos sin nada...
Hechos 20:35 "Más bienaventurada cosa es dar que recibir"
Proverbios 19:17 "A Dios presta el que da al pobre, Y él le dará su paga"
Proverbios 14:21 "Peca el que menosprecia a su prójimo: Mas el que tiene misericordia de los pobres, es bienaventurado

miércoles, 16 de junio de 2010

A SUS 100 AÑOS

Al verla denota ternura y en su rostro se ve su largo recorrido por la vida, aunque todavía espera seguir conociendo cosas y nuevas experiencias.
Doña "Cayita", como la conocen sus vecinos en Los Laureles de Comayagüela, es la bisabuela más querida de la colonia.
Doña María Arcadia Martínez Soto nació el 30 de abril de 1910 en la comunidad de Carpintero, Francisco Morazán. Tiene 100 años, ni más ni menos.
"Cayita" se levanta a las 5:00 de la mañana, iniciando el día con una oración en la que le da gracias a Dios por tenerla con vida y por darle la oportunidad de disfrutar de su familia.
Doña Arcadia tiene dos hijas, las cuales le han dado seis nietos, y estos la han obsequiado con siete bisnietos.
En su centenario de vida, la anciana dice que su secreto para vivir tanto tiempo es Dios.
"Dios me tiene con vida para acompañar a mis hijas y solo Dios sabe hasta cuándo voy a vivir".
Doña "Cayita" manifiesta que se siente feliz de que Dios le haya dado la oportunidad de ver crecer a toda su descendencia, oportunidad que no tuvo su esposo, quien murió hace 35 años.
Labores del hogarComo es de esperarse de las personas de épocas pasadas, no pueden estar tranquilas, ya que se acostumbraron a trabajar desde muy jóvenes.
Aunque sus hijas y nietos le dicen que no haga oficio, doña Arcadia toma la escoba y se pone a barrer (aunque ya esté limpio) o a lavar loza. "Es que me aburro sin hacer nada y como mi hija trabaja, pobrecita, yo le lavo los trastes para que ella no haga nada porque viene cansada".
Esto lo hace después de que su hija se va a trabajar, ya que cuando ella está en la casa no permite que doña Arcadia haga oficio.
En horas del mediodía la anciana disfruta barrer la acera de su casa, donde niños y grandes la saludan con un "¡hola, Cayita, cómo está hoy!"
La anciana dice que no sabe leer, pero la vista la tiene "buena" porque desde largo puede distinguir a cada uno de sus parientes; y los billetes los conoce muy bien, no se confunde con el vuelto, dijo uno de sus bisnietos.
Doña "Cayita" comparte el día con su lorita Lola, la cual la llena de alegría ya que repite cada una de sus palabras y cuando la anciana se mete a la casa la lora llama a su inseparable amiga.
"Esta Lola es tremenda, a veces se pone brava y me quiere morder, pero después se alegra", comentó con una sonrisa.
Bailarina de primera
El pasado domingo, doña "Cayita" celebró por todo lo alto su aniversario natal y para hoy sus hijas, nietos y bisnietos le han organizado otra fiesta en conmemoración al día de la madre.
En una autoconfesión, doña Arcadia dijo que la fiesta fue solicitada por ella misma; "en la fiesta de mi cumpleaños nadie me aguantó bailando y el domingo va a ser igual".
"Cayita" revela que en sus tiempos de juventud era bailarina: "me quedaba hasta el amanecer, hasta en la mañanita". A pesar de que era bailarina, asegura que nunca le gustó ingerir alcohol ni fumar, "eso sí que no, lo mío era bailar".
Durante una fiesta fue que conoció al padre de sus hijas, con el cual convivió por más de 50 años. "Mis hijas me cuidan mucho, como si yo fuera su hija y no su mamá", dijo la sonriente anciana.
La centenaria mujer también confesó que cuando está aburrida, después de haber terminado sus labores en el hogar, le pide a su nieto Darwin que la acompañe a bailar una canción de conjunto de cuerdas, ya que es la música que "me recuerda cuando iba a bailar con el papá de mis hijas".
Huérfana de padres
La vida de doña Arcadia no fue fácil, según sus propias palabras, ya que en el trabajo de parto su madre murió cuando ella apenas conocía la luz de la vida.
A su padre nunca lo conoció, ya que abandonó a su madre cuando estaba embarazada.
Con sus ojos humedecidos, "Cayita" recuerda que su abuela materna y sus tíos se encargaron de su crianza, pero que ella era un poco rebelde y no le gustaba estudiar, razón por la cual no aprendió a leer ni a escribir, ya que aunque la mandaban a la escuela, ella botaba los papeles (no había cuadernos) y prefería subirse a los árboles a comer frutas.
"Yo comencé a trabajar desde los 9 años, mi tía me llevó a trabajar de hacer limpieza: yo barría, trapeaba y lavaba ajeno", relató .
Con nostalgia, una sonrisa y al mismo tiempo reflejando tristeza en su mirada, doña "Cayita" recordó que su tía le enseñó a trabajar honradamente para que no tuviera que andarle pidiendo a nadie.
"Mi tía, que hace tiempo murió, me enseñó a trabajar desde que estaba chiquita; cuando ya estaba adulta trabajé durante 20 años lavando la ropa de un hotel que quedaba en el Guanacaste".
Doña "Cayita" aconsejó a los jóvenes que desean llegar a su edad que se acerquen a Dios, porque él es el que decide cuánto tiempo vamos a vivir

martes, 15 de junio de 2010

RECONOCER EL ALZHEIMER

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad trágica que roba a las víctimas y a sus familias años de felicidad, a causa de la lenta destrucción de la mente y de la personalidad de la persona afectada. Aunque no hay cura todavía, existen medicamentos disponibles para tratar los síntomas, y retrasar la progresión de la enfermedad de Alzheimer, si se diagnostica temprano. Una nueva prueba llamada un "bio-código de barras", que puede ser capaz de identificar una proteína específica, asociada con la enfermedad, dentro del líquido cefalorraquídeo, se está estudiando para determinar su utilidad en la detección precoz de la enfermedad. Se espera que esta prueba resulte ser una herramienta clave en el diagnóstico y tratamiento en el futuro próximo. Hasta entonces, aprender a conocer los primeros síntomas de Alzheimer, es la mejor manera de diagnosticarlo en sus primeras etapas.

    1. Observe la pérdida de memoria, ya que es uno de los primeros signos de la enfermedad. Si alguien tiene problemas para recordar dónde estacionó el coche, o lo que iba a coger cuando se acercaba a la despensa, es normal y puede ser simplemente una parte normal del envejecimiento. La pérdida de memoria asociada con la enfermedad de Alzheimer, afecta a principios de la memoria a corto plazo, las cosas que le han sucedido recientemente, como, por ejemplo, no recordar qué comida comieron hace una hora. Otro indicador, puede ser que sea cada vez más corriente perder objetos cotidianos como vasos o llaves. O poner cosas en lugares insólitos, como el refrigerador.
    Ellos olvidan comer, pero nosotros tenemos que 
estar seguros de que comen
  1. Escuche atentamente. La incapacidad para acordarse de una palabra en temas comunes, como una cuchara o un cepillo de dientes, también puede ocurrir. No hay que confundirlo con una pérdida momentánea de un término descriptivo para comunicar algo. El individuo enfermo ya no sabe como se llama el objeto, y puede utilizar otra palabra que suene o tenga un significado similar del objeto. La expresión y la comprensión son más lentas, y pueden perder el hilo de su pensamiento a mediados frase.
  2. Ellos nos olvidan, pero nosotros no debemos olvidarlos
    Ellos nos olvidan, pero nosotros no debemos olvidarlos
    Preste atención. la dificultad para aprender cosas nuevas, y tener nuevos recuerdos es otro indicador. El individuo solo tiene un corto lapso de tiempo de atención, y podrá hacer preguntas repetitivas, resistiéndose a cambiarlas. También tiene problemas para organizar sus pensamientos y pensar lógicamente. Esta pérdida de habilidades de procesamiento, podría ser evidente en la incapacidad de hacer cosas, como por ejemplo, calcular cuanto dinero le queda después de haber comprado una cosa.
  3. Pase el tiempo observando. Al ser incapaces de realizar tareas simples de la vida cotidiana sin esfuerzo, cuando antes no les costaban, es otro síntoma de Alzheimer leve. El individuo se toma más tiempo haciendo las cosas rutinarias, y se alteran si se les apresura un poco. También pueden perderse fácilmente, incluso en lugares conocidos, y la forma de dormir puede comenzar a ser perturbada.
  4. Sea consciente de los cambios de comportamiento. Uno de los primeros cambios podría ser una pérdida de interés en la vida, o de las cosas con las que en su momento disfrutaron. Pérdida de energía, falta de espontaneidad, y no provocar estallidos emocionales hostiles, son otros de los síntomas. La persona también puede experimentar una pérdida de la inhibición que causa su comportamiento, tales como desnudarse en público, o hacer comentarios inapropiados. La pérdida de la capacidad de juzgar el tiempo y el espacio, y qué es lo que está pasando alrededor de ellos, puede contribuir a un comportamiento paranoico.
  5. Otros signos podrían ser, por ejemplo, salir en camisón o pijama, descuidarse en la higiene y el aseo personal, y acusar a las personas de robar, quitar u ocultar sus pertenencias.



  • Las drogas existentes pueden tratar algunos de los síntomas de la enfermedad, como la mejora de la memoria y calmar la ansiedad. Es más probable que los síntomas responden a los tratamientos al comienzo de la enfermedad.
  • Comenzando el tratamiento lo más pronto posible, hará que el individuo afectado esté más confortable y sea capaz de realizar con independencia ciertas tareas personales durante más tiempo. Eso también hará las cosas más fáciles para el cuidador.
  • El diagnóstico precoz ofrece el paciente y su familia el tiempo necesario para tomar decisiones en todo lo concerniente al futuro, incluida la atención sanitaria, financiera y jurídica.


  • Los síntomas antes mencionados están relacionados con la etapa llamada leve o temprana de la enfermedad de Alzheimer. También podrían ser síntomas de otras enfermedades - incluyendo la deshidratación, deficiencia de vitaminas, problemas de tiroides y reacción a algunos medicamentos - que son tratables y reversibles. Si está preocupado por usted mismo, o por alguien que usted cuida, es importante buscar tratamiento médico tan pronto como sea posible.
  • El hecho de que se olvide de algunas cosas en su vida (las llaves del coche, la botella de agua, etc.) no significa que usted tenga la enfermedad de Alzheimer. En todo caso, consulte con un médico si usted piensa que puede tener Alzheimer

lunes, 14 de junio de 2010

LA VIEJA MAL HUMORADA

Cuando una viejita murió en la sección para el tratamiento de enfermedades de la vejez en una pequeña clínica cerca de Dundee, en Escocia, todos estaban convencidos de que ella no había dejado nada de valor. Después, cuando las enfermeras revisaron sus míseras pertenencias, encontraron una poesía. Su calidad y contenido impresionaron tanto al personal, que todas las enfermeras querían una copia de la misma.
Una de ellas se llevó la copia a Irlanda. La única herencia que esta viejita legó a sus sucesores se hizo pública en la emisión de Navidad de las Noticias de la Unión para la Salud Mental de Irlanda del Norte. Este poema, sencillo pero elocuente, se presentó también con diapositivas.
Así esta menuda viejita de Escocia, sin posesiones materiales que legarle a este mundo, es la autora de este poema “anónimo” que circula por Internet.



Qué ven hermanas? Qué ven? Qué piensan cuando me miran?
Una vieja malhumorada, no demasiado inteligente, de costumbres inciertas, con sus ojos soñadores fijos en la lejanía.
La vieja que escupe la comida y no contesta cuando tratan de convencerla “Dele, haga un pequeño esfuerzo”
La viejita, quien ustedes creen que no se da cuenta de las cosas que ustedes hacen y que continuamente pierde el guante o el zapato. La viejita, quien contra su voluntad, pero mansamente les permite que hagan lo que quieran, que la bañen y alimenten, sólo para que así pase el largo día.
Es esto lo que piensan? Es esto lo que ven? Si es así, abran los ojos, hermanas, porque esto que ustedes ven no soy yo!
Les voy a contar quién soy, cuando aquí estoy sentada tan tranquila, tal como me ordenan,
cuando como por orden de ustedes. Soy una niñita de diez años que tiene padre y madre, hermanos y hermanas, que se aman.
Soy una jovencita de dieciséis años, con alas en los pies, que sueña que pronto encontrará a su amado. Soy una novia a los veinte, mi corazón da brincos, cuando hago la promesa que me ata hasta el fin de mi vida. Ahora tengo veinticinco, tengo mis hijos, quienes necesitan que los guíe, tengo un hogar seguro y feliz.
Soy mujer a los treinta, los hijos crecen rápido, estamos unidos con lazos que deberían durar para siempre. Cuando cumplo cuarenta mis hijos ya crecieron y no están en casa, pero a mi lado está mi esposo que se ocupa de que yo no esté triste.
A los cincuenta, otra vez, sobre mis rodillas juegan los bebés, de nuevo conozco a los niños, a mis seres amados y a mí. Sobre mí se ciernen nubes oscuras, mi esposo ha muerto, cuando veo el futuro me erizo toda de terror.
Mis hijos se alejan, tienen a sus propios hijos, pienso en todos los años que pasaron y en el amor que conocí. Ahora soy una vieja. Qué cruel es la naturaleza! La vejez es una burla que convierte al ser humano en un alienado. El cuerpo se marchita, el atractivo y la fuerza desaparecen, allí, donde una vez tuve el corazón ahora hay una piedra.
Sin embargo, dentro de estas viejas ruinas todavía vive la jovencita. Mi fatigado corazón, de vez en cuando, todavía sabe rebosar de sentimientos.
Recuerdo los días felices y los tristes. En mi pensamiento vuelvo a amar y vuelvo a vivir mi pasado. Pienso en todos esos años que fueron demasiado pocos y pasaron demasiado rápido,
y acepto el hecho inevitable que nada puede durar para siempre.
Por eso, gente, abran sus ojos, abran sus ojos y vean! Ante ustedes no está una vieja malhumorada ante ustedes estoy YO!!

Recuerden este poema la próxima vez que se encuentren con una persona mayor y a quien tal vez esquiven, sin mirar primero su alma joven. Todos vamos a estar algún día en su lugar
Nunca se olviden de los viejos malhumorados

ABUSOS AL ADULTO MAYOR

Son aquellos maltratos psicológicos en modo de acción u omisión, que recibe la persona adulta mayor por parte de sus familiares o allegados (ver ley 26260) Las agresiones psicológicas suelen anteceder o acompañar a la violencia física. Algunas modalidades de violencia psicológica más comunes son:
• Gritarles cuando se les habla
• Insultos
• Indiferencia y descuido a sus necesidades
• Desvalorización, humillación, burlas
• Amenazas de daño o muerte a la persona adulta mayor
• Amenazas de botar de la casa
• Impedimento de recibir visitas
• Rechazo
• Abandono (ignorar por completo responsabilidades de atención y cuidados)
• Otras modalidades intencionales que causen daño psicológico.
 

Son los maltratos físicos, en modo de acción u omisión, dirigidas a la persona adulta mayor por parte de cualquier familiar o allegado (ver ley 26260). Entre las modalidades tenemos:

• Empujones
• Puntapiés o patadas
• Puñetazos
• Bofetadas
• Jalones de cabello
• Tirar al suelo
• Golpes con palos, leñas, maderas, bastones
• Ahorcamiento o intento de asfixia
• Latigazos, correazos, pegar con sogas
• Herir con arma punzo cortante o arma de fuego
• Golpes con otros objetos contundentes (piedras, fierros, botellas, herramientas)
• Otras agresiones físicas con el cuerpo (arañazos, mordeduras, rodillazos, cabezazos, pisotones etc) y otros.
• Negligencia : considerado así a todo aquel descuido o abandono que produzca daño o lesión física


Se considera así a la acción que obliga a una persona a mantener contacto sexualizado, físico o verbal, a participar en otras interacciones sexuales mediante el uso de la fuerza, intimidación, coerción, chantaje, soborno, manipulación, amenaza o cualquier otro mecanismo que anule o limite la voluntad personal. Igualmente se considerará violencia sexual al hecho de que la persona agresora obligue a la agredida a realizar alguno de estos actos con terceras personas. Entre las modalidades tenemos:

a) Chantaje sexual
b) Violación sexual (incluye todo tipo de penetración)
c) Sexo oral
d) Tocamientos
e) Sexo interfemoral o coito seco
f) Seducción
g) Besos íntimos
h) Exhibición premeditada de los genitales o exhibirse en actos masturbatorios
i) Explotación sexual
j) Otros

Existen también otras formas de violencia que no están tipificadas en la ley, pero no por eso dejan de ser comunes. Ahí tenemos la violencia y/o despojo economico-patrimonia