miércoles, 8 de abril de 2009

CUIDADO DE LA PIEL EN LA TERCERA EDAD

La piel del adulto mayor es distinta a la del joven: es más frágil, seca y menos elástica. Esto facilita la aparición de infecciones si el aseo es insuficiente. Por otra parte, su falta de lubricación la hace sensible frente al lavado exagerado.

Si existen rasguños o heridas superficiales de la piel, la cicatrización puede ser lenta. Debe realizarse aseo y aplicar algún desinfectante, de preferencia yodado.

Si aparecen áreas enrojecidas en los pliegues, con o sin escamas, debe consultar, para descartar una infección por hongos.

Existen tumores de la piel que son frecuentes en el adulto mayor. Por esta razón, cualquier lesión que crezca debe ser motivo de preocupación y se justifica una consulta. Los "lunares que crecen" y las "heridas que no cicatrizan" pueden corresponder a un cáncer.

Cuando aparecen manchas rojizas múltiples en todo el cuerpo debe sospecharse una alergia (a medicamentos, alimentos, sustancias químicas, metales, cosméticos, etc.),ya sea por contacto o ingesta.

La picazón puede deberse a muchas causas: diabetes mellitus, enfermedades del hígado, alergias, etc. En algunos adultos mayores aparece sin una causa precisa.

El aseo puede evitar las infecciones de la piel. Se recomienda baño diario con jabón neutro, secándose en forma prolija; el pelo debe lavarse por lo menos una vez a la semana.


Si aparecen manchas, bultos o heridas que no cicatrizan, debe consultar.

martes, 7 de abril de 2009

MOLESTIA EN LOS RIÑONES A LA TERCCERA EDAD

Los riñones filtran la sangre y ayudan a eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo. Estos órganos igualmente juegan un papel importante en el equilibrio químico del cuerpo y, de la misma manera que sucede con otros órganos, la función renal se puede reducir levemente con el envejecimiento.

Los riñones son parte del sistema urinario, el cual también abarca los uréteres y la vejiga. El control vesical puede verse afectado por los cambios musculares y los cambios en el aparato reproductor.

CAMBIOS POR EL ENVEJECIMIENTO

A medida que los riñones envejecen, se reduce el número de "unidades filtradoras" (nefronas), las cuales filtran el material de desecho de la sangre. La cantidad total de tejido renal también se reduce. Los vasos sanguíneos que irrigan el riñón se pueden endurecer y los riñones filtran la sangre más lentamente.

La pared de la vejiga cambia con la edad. El tejido elástico se vuelve duro y la vejiga se torna menos elástica. Los músculos se debilitan y es posible que la vejiga no se pueda vaciar completamente con la micción.

En los hombres, la uretra se puede obstruir por el agrandamiento de la glándula prostática. En las mujeres, el debilitamiento de los músculos puede permitir que la vejiga o la vagina se caigan de su posición (prolapso), lo cual puede bloquear la uretra.

EFECTO DE LOS CAMBIOS

Bajo condiciones normales, la función renal permanece normal en una persona que está envejeciendo, aunque en algunas ocasiones es más lenta que en una persona más joven. Sin embargo, la disminución de la eficiencia se presenta cuando los riñones se encuentran bajo un aumento de la carga de trabajo, debido a una enfermedad, medicamentos y otras condiciones.

Los cambios en los riñones pueden afectar la capacidad de una persona de edad avanzada para concentrar orina y contener el agua. La respuesta a los cambios en la ingesta de líquidos y electrolitos ingeridos disminuye. La deshidratación se presenta con más facilidad, debido a que las personas de edad frecuentemente experimentan menos sensaciones de sed.

La deshidratación también se puede agravar si una persona de edad avanzada reduce la ingesta de líquidos en un intento por disminuir los problemas de control vesical ( incontinencia urinaria ).

PROBLEMAS COMUNES

El envejecimiento aumenta el riesgo de trastornos urinarios como la insuficiencia renal aguda y la insuficiencia renal crónica . Las infecciones de la vejiga y otras infecciones urinarias son más comunes en los ancianos, en parte relacionado con el vaciado incompleto o también con los cambios del equilibrio químico de las membranas urinarias.

La retención urinaria o incapacidad para vaciar completamente la vejiga, que puede producir reflujo hacia los riñones y lesionarlos, es más común en los ancianos. Muchas personas de edad avanzada experimentan problemas con el control vesical o incontinencia urinaria.

Los cánceres del aparato urinario son más comunes en los ancianos, especialmente el cáncer de próstata (en los hombres) y el cáncer de vejiga.

Tanto en hombres como en mujeres, los cambios urinarios están estrechamente relacionados con cambios en el aparato reproductor. Por ejemplo, los hombres pueden experimentar problemas debido a un aumento de tamaño de la próstata ( hipertrofia prostática benigna ) y las mujeres pueden experimentar infecciones vaginales ( vaginitis ) e infecciones posteriores de la vejiga.

lunes, 6 de abril de 2009

EL CORAZON EN LA TERCERA EDAD

Desde los puntos de vista anatómico y funcional es muy difícil evaluar el corazón en los gerontes, al menos con la precisión necesaria para discriminar la repercusión funcional de una patología dada.
Las manifestaciones clínicas están representadas por los cambios propios del envejecimiento del aparato cardiovascular y los producidos por las enfermedades que lo afectan, dentro de un marco de deterioro cognitivo y emocional que torna la historia clínica dificultosa, siendo de capital importancia los trastornos de la memoria. El deterioro cognitivo nos afecta también indirectamente, poniendo en tela de juicio la validez o no de los consentimientos informados para las prácticas médicas, especialmente las invasivas. A estos elementos, debemos agregar que más del 30 % de los gerontes consume habitualmente 2 o más drogas, dentro de un organismo con excreción renal y metabolismo hepáticos disminuidos, con distribución plasmática variable, lo que aumenta las manifestaciones de toxicidad por fármacos y las interacciones entre drogas.

Generalmente, el corazón del anciano tiene hipertrofia ventricular izquierda moderada, relacionada con la compensación a la disminución del número de miocitos y al aumento de la rigidez vascular. Esto genera un soporte vascular inapropiado, en términos de milímetro cuadrado de superficie endotelial capilar por gramo de músculo cardíaco. El gran damnificado potencial es el subendo-cardio.

Estos cambios anatómicos coexisten con los cambios funcionales, tanto en reposo como en el esfuerzo.

Al aumento de la rigidez del miocardio y del pericardio, con un sustancial aumento de fibras colágenas, siguen cambios en la manera de desarrollar tensión por parte del miocardio. La capacidad de desarrollar tensión se mantiene por el aumento del espesor y del tiempo de contracción, disminuyendo las velocidades de acortamiento y de relajación, ambos fenómenos energéticamente activos. La respuesta al estímulo beta-adrenérgico, mediada por receptores, está disminuida, originando una disminución de las respuestas inotrópica, cronotrópica y vasodilatadora.

Mucho se ha investigado y escrito sobre las diferencias entre los parámetros de función cardíaca del anciano y de los jóvenes. Hoy sabemos que prácticamente no hay diferencias en los parámetros habitualmente medibles de la función de reposo, especialmente respecto al volumen minuto, volumen sistólico o fracción de eyección. También la velocidad media de acortamiento circunferencial se mantiene. Básicamente, la disminución de la elasticidad de los vasos obliga a un aumento de la presión arterial sistólica con alta diferencial, produciendo hipertrofia ventricular izquierda concéntrica que, a su vez, compensa el stress parietal. Todo esto dentro del marco de función diastólica caracterizada por una disminución de la velocidad de llenado, con un patrón heterogéneo.

En el esfuerzo, los cambios son correlativos con los hallazgos anatómicos y funcionales de la edad avanzada: los ancianos manejan especialmente volúmenes. Durante el esfuerzo, la frecuencia cardíaca aumenta poco, con marcado incremento de los volúmenes de fin de diástole y de fin de sístole, traduciéndose en escaso incremento de la fracción de eyección. Como muestra de la disminución de la respuesta al estímulo beta-adrenérgico, encontramos una elevada concentración de catecolaminas circulantes.

El corazón del anciano es, en resumen, un órgano donde coexisten habitualmente lesiones coronarias con hipertrofia ventricular izquierda moderada. Influyen también otros factores fisiopatológicamente decisivos, como ser la hipertensión arterial y la anemia.

Las lesiones obstructivas de las arterias coronarias guardan una distribución semejante a los individuos más jóvenes, pero tienen un elevado predominio de placas fibrosas y calcificadas, con un gran rol potencial ante los apremios pero reológicamente más estables, con poca proclividad a la fisura o ulceración espontánea o mediada por la inflamación. En la pared arterial coronaria se observa una capa media atrófica, que explica la baja prevalencia de espasmos severos o disbalances dinámicos con vasotono aumentado. Por otro lado, la larga evolución y estabilidad de las placas suele corresponderse con un marcado desarrollo de la circulación colateral, homo y heterocoronariana. Coexisten entonces la atrofia de la senescencia con la angioneogénesis; la involución y la persistencia de la capacidad de desarrollo ante el estímulo isquémico.

sábado, 4 de abril de 2009

Dietas sanas para el adulto mayor

Con el transcurrir de los años el organismo va sufriendo muchos cambios, especialmente en el aparato gastrointestinal. En la etapa de la vejez, se da una reducción en la producción de saliva, adelgazamiento y atrofia de las encías, disminución de las papilas gustativas y tendencia al reflujo, entre otros.
Es por ello que las personas seniles tienen que recibir una dieta que se adapte a la nueva condición de su sistema digestivo y que al mismo tiempo asegure una adecuada nutrición, que debe incluir o siguiente.
Una dieta con todo tipo de comidas, pero fáciles de digerir, y servidas en pequeñas porciones.

Deben beber suficiente líquido, sobre todo entre comidas.

Si no existe prescripción médica que lo prohíba o se tiene la costumbre, se puede incluir uno o dos vasitos de vino al día.

Los alimentos calóricos pero bajos en nutrientes como los dulces, la bollería, las sodas, etc, deben reducirse al mínimo.

Se debe cuidar la buena presentación de los alimentos para estimular el apetito y servirla en pequeños bocados que faciliten la masticación.

Observar una alimentación equilibrada y practicar ejercicio con regularidad , para mantener la buena salud, es importante, sea cual sea la edad.
Fuente¨:Dietas.com

viernes, 3 de abril de 2009

VARICES

Si padeces de várices, no esperes a que el problema se vuelva insoportable y consulta a un médico especializado en problemas vasculares, pues si no la tratas a tiempo, la varicosis tiende a empeorar, aumentando el dolor y el número de venas afectadas.

Cualquier cosa que incremente la presión de la sangre en las piernas, como estar de pie por muchas horas, aumenta el dolor. Por lo tanto, cualquier actividad que disminuya la presión sanguínea y contrarreste la gravedad, ayuda a aliviar el dolor varicoso, por eso sigue estas recomendaciones:

  • Aumenta la compresión. Usa medias elásticas con ajuste de compresión, que a diferencia de las medias comunes ayudan a evitar que la sangre se vaya hacia las venas más pequeñas y cercanas a la piel, y te dan un alivio considerable dependiendo de la gravedad de tu problema.
  • Mantenlas en alto. Las várices son venas debilitadas, sin la fuerza que tuvieron antes para devolver la sangre al corazón. Entonces, debes ayudarlas, elevándolas por encima del nivel de tus caderas y apoyándolas sobre un sillón o unos cojines.
  • Cambia de posición. Haz este sencillo ejercicio a lo largo del día tantas veces como te sea posible: ponte unas medias con soporte, acuéstate boca arriba, eleva las piernas y descánsalas sobre la pared. Mantén esta posición durante dos minutos para que la sangre fluya de las várices hacia el corazón.
  • Inclina tu cama. Coloca unas guías telefónicas bajo tu colchón al nivel de los pies, para mantener las piernas en alto mientras duermes. Pero si tienes problemas cardíacos o dificultades para respirar durante la noche, consulta a tu médico antes de ajustar tu colchón.
  • Practica yoga. El yoga ayuda a aliviar la incomodidad de las várices. Prueba este sencillo ejercicio: acuéstate boca arriba, eleva tus pies hasta el asiento de una silla, y respira lentamente por la nariz. Esto ayuda a que la fuerza de gravedad saque la sangre acumulada en las piernas.
  • Sumérgelas. Aplica una compresa de agua caliente sobre la zona afectada y sin presionar, a la máxima temperatura que puedas soportar, durante dos minutos. Después aplica otra de agua fría durante medio minuto. Alterna durante diez minutos, terminando con la compresa fría.
  • Date masajes. Pon los pies más elevados que el resto del cuerpo y en esta posición date un suave masaje y unos ligeros golpecitos desde el tobillo y hacia el tronco. No te des masajes fuertes, porque puedes dañar más las venas.
  • Mueve tus piernas. Las personas sedentarias tienen más posibilidades de sufrir várices que quienes llevan una vida activa. Si en tu trabajo estás sentada durante muchas horas, dedica dos minutos cada media hora a mover los dedos de los pies dentro de los zapatos, dobla y extiende las piernas, ponte de puntas cada vez que te sea posible, y levántate y camina un poco cada hora.
  • Practica ejercicio. Permanecer durante mucho tiempo sentada o de pie ocasiona que la sangre se acumule en las venas de las piernas. Un poco de ejercicio diario, sobre todo caminar, ayuda a que se contraigan las venas, se vacíen y se envíe la sangre hacia el corazón, contrarrestando las várices.

jueves, 2 de abril de 2009

Terapia de amor con mascotas

La Terapia con animales de compañía de Greyhound Friends es un programa en el cual un número de personas voluntarias llevan sus perros a un centro o residencia de salud, con el fin realizar un intercambio relacional con los residentes o pacientes del centro en cuestión. Nuestros voluntarios visitan a los residentes en las zonas de ocio en común y en sus habitaciones, donde asisten a sus terapeutas cuadrúpedos en su maravillosa y enriquecedora labor.
Artículo traducido por Isabel García
Trabajos de investigación han demostrado que uno de los problemas más graves que sufren las personas de edad avanzada, es la soledad. Por medio de la terapia con animales de compañía, nos proponemos aportar la compañía y el afecto de nuestros perros para disminuir el sentimiento de soledad y aislamiento.

Ventajas
Estudios realizados en los Estados Unidos han confirmado los efectos terapéuticos producidos por los animales sobre los seres humanos. Las visitas terapéuticas con animales de compañía crean una presencia calurosa y reconfortante, los pacientes reciben atención, se produce un paréntesis de relajación en los residentes de los centros de salud y de la tercera edad. Acariciar un perro puede producir relajamiento, lo cual disminuye la tensión y la ansiedad, reduciendo la presión sanguínea. El acariciar un animal también invita al movimiento de la mano y el brazo; para acariciar el pelo suave y cálido de nuestros perros, los pacientes deben estirarse y girar su cuerpo. Durante y después de la visita, los residentes se vuelven más activos y receptivos. Nuestras visitas ofrecen entretenimiento y una necesaria distracción del dolor, la depresión o de la rutina que les envuelve. Muy a menudo nos encontramos favoreciendo el renacimiento de una amistad o despertando la memoria de animales queridos.
La presencia de nuestros perros estimula la conversación entre residentes y empleados de los centros. Pacientes de comportamiento callado y sumiso, a menudo parecen volver a la vida en el momento en que cruzamos la puerta de la habitación, y tras nuestra partida siguen hablando largo y tendido sobre nosotros.

Terapia con perros
Los galgos son perros que se adaptan perfectamente a la terapia, debido a su naturaleza sociable y cordial, así como su disposición dócil y comportamiento tranquilo. Su altura corporal los hace fácilmente accesibles para las personas que mantienen cama y para los residentes en silla de ruedas. Durante la visita, el grupo de galgos se comporta como un equipo de profesionales, tranquilos y silenciosos, buscando jovialmente al próximo residente para ofrecerle su afecto. Su recompensa consiste en una caricia o rascarle detrás de la oreja o incluso, de vez en cuando, una galleta.

Responsabilidades de los cuidadores
Los representantes de Greyhounds Friends, ofrecen sus servicios a hospitales y otros centros residenciales para la salud. Éstos siguen siempre las normas establecidas por el centro en el que planee la visita. Siempre se mantiene confidencialidad total sobre el paciente. Los perros están vacunados y en regla con las normativas vigentes, los centros a visitar reciben siempre documentación al respecto. Los perros están siempre limpios y cepillados, libres de cualquier tipo de parásitos. El amable acercamiento a las personas, el comportamiento tranquilo entre la gente y entre otros perros, la calma, junto con la tolerancia y la afabilidad, son características que distinguen a los perros adecuados para la terapia. Tampoco tendrán miedo de entrar en lugares cerrados o de circular entre sillas de ruedas o entre otro tipo de material médico, deberán también poder hacer frente a movimientos inesperados y a voces y ruidos de alto nivel sonoro.
En Greensboro, Carolina del Norte (Estados Unidos), la asociación Greyhound Friends visita, con una frecuencia mensual, numerosos centros residenciales de salud. En algunas zonas se producen visitas semanales, como en una residencia en Winston Salem. Existe en los Estados Unidos un lugar web donde encontrar todo tipo de información al respecto.
A continuación sigue una carta dirigida a la asociación, escrita por la señora Mary Elks, residente de una residencia para la tercera edad en Greensboro, NC , Estados Unidos:
¡Qué maravilloso es saber de vosotros y poder compartir el afecto mutuo por nuestros queridos perros! Estáis haciendo una labor fabulosa. No sólo nos ofrecéis el poder disfrutar del amor de nuestros amigos animales, sino que además realizáis una verdadera terapia reduciendo la alta presión sanguínea, nos dais afecto sin pedir nada a cambio, el consuelo del toque suave de una nariz afectuosa y, lo que es más importante, el delicioso placer de ser simplemente amados.
Cuando alguien se decide retirarse a una residencia de ancianos, debe adaptarse de forma rápida, adaptarse, no romper con todo, porque es realmente un gran cambio pasar de ser el piloto de tu propia nave, por decirlo así, a esta situación.
Lo primero a lo que debemos renunciar generalmente es al amor de un animal querido. Esto lo comprendemos pero es difícil de soportar cuando se ha vivido siempre con el desinteresado y tierno afecto de un animal. Gracias a los esfuerzos considerados de personas como vosotros, podemos llenar este vacío en nuestras vidas, y es por ello que os queremos. La vida en su conjunto tiene muchas partes importantes, cuando debemos omitir algunas de ellas nos encontramos con un vacío del que desconocemos la procedencia. En nuestra calidad de adultos asumiendo de nuevo el papel de niños, estamos a menudo tan ocupados tratando de mantener nuestra cabeza fuera del agua, que no nos damos cuenta de la pérdida que significan nuestros animales queridos. Nuestro agradecimiento más profundo por traer a nuestras vidas estos perros tan afectuosos y apreciados. A veces nos es difícil expresarnos, pero creedme, siempre nos sentimos mucho mejor después de vuestra visita. Que Dios os bendiga por vuestra compasión y comprensión. Esto os ayudará a comprendernos mejor la próxima vez.
Afectuosos saludos a todos aquellos que dedican su tiempo a este proyecto. ¡Estáis realizando una labor maravillosa!

miércoles, 1 de abril de 2009

El calzado en la tercera edad

Caminar es uno de los ejercicios más sanos. Pero tener un simple callo en el pie o que aprieten los zapatos puede convertir el paseo en una pequeña tortura. Mantener unos pies sanos, libres de durezas y de deformaciones causadas por un calzado incómodo es simple. Basta con una higiene diaria, utilizar los zapatos adecuados y visitar al podólogo con regularidad. Unos pies en buen estado nos ayudarán a andar con seguridad, evitar caídas y mejorar nuestra movilidad.









Cobertura pública de la podología




















Los servicios de podología, con carácter general, no están recogidos, por el momento, en la sanidad pública, salvo en procesos quirúrgicos u hospitalarios muy determinados, o por parte de los servicios sociales, aunque en algunas comunidades facilitan el acceso al podólogo en residencias y centros de mayores a cambio de que el mayor pague una pequeña cantidad por cada sesión.
MUFACE, tal como se informa con mayor detalle en otras secciones de esta misma revista, incluye, o va a incluir, en 2007 dos posibilidades de cobertura de podología para aquella parte de su colectivo que más requiere este tipo de servicios:

• Para los pacientes diabéticos insulino-dependientes a través del nuevo concierto de asistencia sanitaria para 2007.
• Para las personas mayores de 70 años se está preparando una próxima convocatoria adicional de ayudas sociosanitarias que incluirá ayudas económicas para cubrir una parte del coste de las sesiones y un convenio con el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos que fijará un precio más económico de éstas.



Veintiocho huesos y 55 articulaciones se mueven en sincronía entre el pie y el tobillo cada vez que damos un paso. Los pies soportan nuestro peso a lo largo de toda la vida, nos permiten movernos y, sin embargo, no les damos la importancia y el cuidado que merecen. El calzado, ideado para protegerlos del suelo, se ha convertido en su peor enemigo. La estética y las modas han primado siempre por encima de llevar un zapato adecuado para nuestros pies. Las consecuencias: callos, durezas, juanetes, dedos en garra, entre otras patologías. “La piel es la primera barrera que tenemos en el cuerpo y es la primera que sufre. Un callo no es más que una defensa de la piel contra algo que le roza”, afirma Orlando Hernández Charro, podólogo de Clinipié.
Estos pequeños problemas, si no se atienden por un especialista, pueden llevar a adoptar posturas incorrectas para caminar que, a la larga, pueden perjudicar a nuestro cuerpo, nuestra movilidad y estabilidad. Aunque estas patologías de los miembros inferiores pueden aparecer a cualquier edad, son de especial relevancia en las personas de la tercera edad, puesto que estas afecciones se suman a la propia transformación que el cuerpo experimenta cuando va cumpliendo años. Con la edad, se pierde musculatura, las articulaciones se desgastan, la columna vertebral se encorva, las plantas de los pies no sienten como antes las irregularidades del suelo, el paso se hace lento y más corto y se tropieza con mayor frecuencia, ya que cuesta más levantar los pies del suelo. Si a esta merma de nuestro cuerpo le añadimos enfermedades como la artrosis, fracturas, descalcificación ósea, problemas vasculares, neurológicos o de diabetes, nuestros pies tendrán más dificultades para una correcta movilidad.

Movilidad
El sistema locomotor se atrofia a medida que lo dejamos de utilizar. Caminar, pasear, es vital para que las personas mayores se mantengan activas, ya que, en la mayoría de los casos, es el único ejercicio físico que pueden realizar a su edad. La movilidad les permite, además, ser más autónomos y depender menos de la familia. Por esta razón es tan importante vigilar nuestros pies y mantenerlos sanos.

El calzado
Utilizar un calzado adecuado para que los pies estén sanos es la primera premisa que hay que tener en cuenta. “En qué condiciones estén los pies depende generalmente de cómo los vestimos. El 90 por ciento de las patologías provienen del uso inadecuado de un zapato, sobre todo en las mujeres. Si son mayores, además, los problemas vienen también derivados del uso de ligas, fajas, ligueros, que presionan y estrangulan la circulación, provocando que la sangre no llegue hasta el pie”, afirma J. Hernández Charro. Antes de comprar unos zapatos conviene recordar que es mejor probárselos al final de la jornada, cuando el pie ya tiene la máxima dimensión de longitud y volumen. Un calzado adecuado nos debe permitir mover los dedos en su interior, tiene que tener un dedo de espacio por delante, el ancho debe ser el de nuestros juanetes y el talón debe quedar confortable y no apretado. No es conveniente llevar zapatos altos ni planos sino de una altura media. Si el calzado es para una persona mayor, es conveniente que tenga suelas antideslizantes y que tenga una buena sujeción, a ser posible con cordones.

La Higiene
Tan importante como llevar un calzado adecuado es mantener una correcta higiene. Hay que lavar los pies a diario con agua y jabón neutro, secar correctamente entre los dedos para no dejar humedad, hidratárselos con crema para no generar sequedades que provoquen agrietamiento en la piel, cambiarse de calcetines todos los días y evitar aquellos cuya composición nos haga sudar más.

La Prevención
La prevención es el mejor consejo para mantener unos pies sanos en todas las edades y circunstancias, pero especialmente en aquellas situaciones que aconsejan un mayor cuidado y que ha dado lugar a la especialización de los servicios de podología dependiendo del colectivo a la que se dirijan: podología pediátrica, geriátrica, pie diabético, ortoprotésica e incluso deportiva.
Generalmente, solemos visitar al podólogo –que es el actual profesional especialista en la materia reconocido por Sanidad– cuando ya no nos queda más remedio. Sin embargo, las callosidades no aparecen de la noche a la mañana sino que son procesos que necesitan tiempo para formarse “El primer síntoma es un enrojecimiento de la piel. Si no se hace caso, la piel se defiende de la rozadura y se va acumulando formando una callosidad o dureza que es luego lo que nos viene a molestar”, señala J. Hernández Charro. Las visitas regulares al especialista nos ayudan a mantener a raya cualquier dureza que se presente en el pie, evitaremos deformaciones y tratamientos posteriores más duros. Hay que abstenerse de quitarse uno mismo los callos o de utilizar productos de farmacia, que contienen elementos abrasivos, puesto que las consecuencias pueden ser peores.