domicilio
7 de enero de 2015 • Tecnologia para Diabeticos, dentro de telemedicina cuyo propósito es hacer un 
seguimiento de algunos parámetros biológicos del paciente desde su 
domicilio. En esencia es un proceso similar al que se hace en una Unidad
 de Cuidados Intensivos, donde el paciente tiene conectado un monitor y 
un profesional sanitario hace el seguimiento de unos parámetros: pulso, 
etc.
En el caso de la telemonitorización el 
paciente está en su casa y de forma periódica (diaria, semanal, etc) 
envía sus datos biológicos a un centro sanitario. Además de estos datos,
 el paciente responde a unos cuestionarios sobre su estado de salud. 
Cuando un parámetro presenta alguna anormalidad, el profesional 
sanitario se pone en contacto con el paciente, generalmente mediante 
teléfono, para indicar lo que tiene que hacer. Esta comunicación la 
inicia el profesional y el objetivo es actuar ante una alerta y por lo 
tanto no hay que confundirlo con una visita telefónica, que es otra 
fórmula diferente de telemedicina.
Muchas veces la telemonitorización se 
acompaña de instrucciones para el paciente sobre la forma de utilizar el
 equipo y a veces se aprovecha la oportunidad para hacer educación 
sanitaria sobre su enfermedad. La educación sanitaria es un buen 
complemento de la telemonitorización, y por sí misma es otra fórmula 
independiente de la telemedicina: educación a distancia del paciente.
La telemonitorización es una 
especialidad joven, se inició hace unos 20 años en EEUU, y desde 
entonces ha evolucionado rápidamente de acuerdo con el progreso de la 
tecnología. Al inicio fue una técnica hospitalaria, para pasar después a
 ser una herramienta del “managed care”, y llegar a ser en la 
actualidad un elemento clave de los planes de crónicos. La 
telemonitorización nació en el hospital tomando como modelo la que se 
hace en las Unidades de Cuidados Intensivos a los pacientes críticos. 
Algún servicio clínico, especialmente el de cardiología observó que al 
darles de alta a algunos pacientes, se reagudizaban y volvían a ingresar
 al hospital. La solución fue crear el hospital a domicilio, con el 
objetivo de seguir al paciente en su casa y evitar el reingreso a través
 de
urgencias. Este seguimiento a domicilio se hacía con personal propio del hospital que se desplazaba al domicilio con un coste importante. Una alternativa menos costosa fue enseñar al paciente a medir algunos parámetros biológicos y comunicarlos por teléfono al hospital. Un paso más en la tecnología fue el conectar el aparato de medición del paciente directamente a través de internet con el centro sanitario, de manera que el paciente no tuviera que introducir datos. La fórmula de la monitorización desde el hospital es la más utilizada en telemonitorización y es donde tenemos mayor número de estudios. Las especialidades que se han volcado más en esta fórmula son la cardiología y el aparato respiratorio y especialmente los pacientes de insuficiencia cardíaca y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
urgencias. Este seguimiento a domicilio se hacía con personal propio del hospital que se desplazaba al domicilio con un coste importante. Una alternativa menos costosa fue enseñar al paciente a medir algunos parámetros biológicos y comunicarlos por teléfono al hospital. Un paso más en la tecnología fue el conectar el aparato de medición del paciente directamente a través de internet con el centro sanitario, de manera que el paciente no tuviera que introducir datos. La fórmula de la monitorización desde el hospital es la más utilizada en telemonitorización y es donde tenemos mayor número de estudios. Las especialidades que se han volcado más en esta fórmula son la cardiología y el aparato respiratorio y especialmente los pacientes de insuficiencia cardíaca y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El paso siguiente de la historia fue la 
adopción de la telemonitorización por parte del “managed care” 
o cuidados gestionados. Esta fórmula típicamente americana consistió en 
hacer un seguimiento del paciente mediante un “call centre” atendido por
 personal de enfermería. El objetivo era aplicar protocolos y guías 
de práctica clínica y hacer un seguimiento del proceso del paciente para
 evitar costes. Algunos de los estudios más importantes sobre 
telemonitorización se realizaron en el marco del “managed care” por 
parte de las instituciones pioneras de esta fórmula en los EEUU, Kaiser 
Permanente y la Administración de Veteranos.
En España la telemonitorización la 
adoptaron los planes para el cuidado de los pacientes crónicos. 
Un ejemplo notable de esta fase es la creación del programa OSAREAN en 
el país Vasco. El modelo de OSAREAN se basó en un “call centre” atendido
 por personal de enfermería. Este modelo crea un centro de servicios 
“adicional”, independiente del hospital y de la atención primaria. En 
otras CCAA se ha preferido integrar la telemonitorización en la atención
 primaria cuyo primer exponente fue el programa valenciano VALCRONIC, 
seguido por el TELEMAC del Institut Català de la Salut. El Programa 
Palante de la Unión Europea agrupa diferentes experiencias en varios 
países europeos y el programa que se desarrolla en Andalucía es 
precisamente el de diabetes. En Bilbao se lleva a cabo un programa 
denominado TelBil de monitorización a domicilio.
En este momento en España coexisten los 
tres modelos de telemonitorización, es decir 1) la extensión 
del hospital, con programas en varios hospitales, por ejemplo el 
Hospital Clinic de Barcelona en EPOC, el del Hospital del Mar también de
 Barcelona en cardiología y el de Hospitalización a domicilio de La Fe 
de Valencia 2) el modelo de “call centre” en el programa OSAREAN del 
País Vasco y 3) finalmente el programa integrado en la primaria: 
programas  
Un estudio americano reciente calcula 
que hay 3 millones de pacientes telemonitorizados en EEUU, de los cuales
 dos tercios monitorizan el ritmo cardíaco. O sea que dos millones de 
americanos tienen algún aparato en su casa que monitoriza el 
funcionamiento del corazón, lo cual hace de la enfermedad cardíaca la 
,que más utiliza este servicio. En paralelo a la ampliación del campo de
 utilización de la telemonitorización, ha evolucionado la 
tecnología para recoger y trasmitir datos. Al principio el sistema 
consistía en que el paciente se medía unos parámetros determinados y 
llamaba por teléfono al centro sanitario para informar de los datos 
recogidos. Posteriormente se empezó a utilizar el internet como medio de
 envío de datos, y recientemente con el desarrollo de los teléfonos 
móviles y las tabletas se utiliza la mHealth.
La mayoría de aplicaciones de 
telemonitorización se orientan a una sola enfermedad, tanto en la 
fase hospitalaria como en el “managed care”. En cambio en los pacientes 
crónicos, el enfoque es
pluripatológico, y el seguimiento se hace de varias enfermedades. Desde el punto de vista tecnológico este planteamiento ha facilitado el uso de plataformas que permitían agrupar las mediciones de varios sensores o aparatos, por ejemplo las balanzas, el glucómetro, el pulsioximetro, etc. Este enfoque ha facilitado la entrada en este sector de compañías tecnológicas que aportan capacidades de interconexión y manejo de información, como es el caso de Telefónica. Cuando el paciente además de pluripatológico es un anciano frágil y dependiente, la intervención debería ser coordinada con servicios sociales. Este es el caso del Programa “PITES T ayuda” desarrollado por el Hospital de Barbastro juntamente con la Cruz Roja.
pluripatológico, y el seguimiento se hace de varias enfermedades. Desde el punto de vista tecnológico este planteamiento ha facilitado el uso de plataformas que permitían agrupar las mediciones de varios sensores o aparatos, por ejemplo las balanzas, el glucómetro, el pulsioximetro, etc. Este enfoque ha facilitado la entrada en este sector de compañías tecnológicas que aportan capacidades de interconexión y manejo de información, como es el caso de Telefónica. Cuando el paciente además de pluripatológico es un anciano frágil y dependiente, la intervención debería ser coordinada con servicios sociales. Este es el caso del Programa “PITES T ayuda” desarrollado por el Hospital de Barbastro juntamente con la Cruz Roja.
Objetivos
El primer objetivo de la hospitalización
 a domicilio y de la telemonitorización fue acortar la 
estancia hospitalaria del paciente, y evitar las rehospitalizaciones. A 
un paciente se le podía dar antes de alta porque había un seguimiento en
 el domicilio y este seguimiento evitaba que el paciente, al tener 
una reagudización, acudiera a urgencias y fuera hospitalizado. En 
general estos objetivos se han alcanzado y la mayoría de estudios lo 
constatan. Cuando la telemonitorización pasó al “managed care” el 
objetivo fue reducir los costes, es decir que el sobrecoste del programa
 de monitorización se recuperara evitando costes de hospitalización. 
Este objetivo se ha logrado en muy pocas ocasiones. También hay que 
reconocer que en muchos estudios que evalúan la telemonitorización no se
 calculan los costes. Un estudio muy amplio de telemonitorización es el 
Whole System Demonstrator que durante un año monitorizó a más de mil 
pacientes en el Reino Unido. Este programa redujo la mortalidad y evitó 
hospitalizaciones, pero a pesar de esto, sus costes fueron superiores a 
los ahorros.
Finalmente dentro del terreno de la 
atención a crónicos se le añadieron otros objetivos: mejorar 
la adherencia del paciente al tratamiento, mejorar la calidad de vida 
del paciente y empoderarlo. Estos objetivos se empiezan a medir ahora.
Proceso asistencial
Un aspecto fundamental de la 
telemonitorización es integrarla dentro el proceso asistencial y no 
convertirla en otro proceso paralelo. Esta integración ha sido fácil 
cuando el origen fue en el hospital, porque este se hacía cargo del 
paciente durante su estancia y mantenía esta responsabilidad cuando el 
paciente se encontraba en su casa. Además los incentivos de evitar que 
el paciente ingresara eran directamente para el hospital. El caso es más
 complicado en la atención primaria, pues normalmente la 
telemonitorización supone una carga asistencial añadida, y en cambio los
 beneficios no los recibe la primaria sino el hospital que evita 
ingresos y estancias.
Para integrar la telemonitorización 
dentro el proceso asistencial hay que definir con precisión qué tipo 
de pacientes pueden beneficiarse de ella: jóvenes, adultos, ancianos 
dependientes, embarazadas, etc.. También hay que definir con precisión 
en que momento del proceso hay que aplicarla: post-alta hospitalaria y 
en agudizaciones, etc.. En el caso de un paciente crónico, hay que 
valorar si el programa será para toda su vida o solamente en momentos 
excepcionales.
La mayoría de estudios o pruebas piloto 
que he analizado creaban un programa específico y único con algunos 
elementos especiales y muy difíciles de comparar con otros programas. A 
falta de una estandarización de los programas propongo responder a una 
serie de preguntas para saber cuál es su contenido. Estas preguntas 
serian sobre:
· Quién se responsabiliza del programa: Hospital, Atención Primaria o call center
· Qué parámetros se transmiten
o Biológicos
o Síntomas mediante cuestionarios
o Medicación tomada
· Con qué frecuencia se transmiten los parámetros ( diaria, mensual, quincenal). La frecuencia tiene que ser coherente con el objetivo y el proceso asistencial
· Qué cosas puede hacer el responsable del programa (cambiar medicación, enviar el paciente a urgencias, enviar ayuda domiciliaria, etc.)
· Si hay alertas que evitan la inundación de datos
· Duración del programa (siempre, solo en un momento del proceso asistencial)
· Cuando el paciente es pluripatológico, si se puede monitorizar solo una o varias enfermedades, con objetivos diferentes para cada enfermedad. Cuando es un anciano frágil, si interviene servicios sociales
· Quién se responsabiliza del programa: Hospital, Atención Primaria o call center
· Qué parámetros se transmiten
o Biológicos
o Síntomas mediante cuestionarios
o Medicación tomada
· Con qué frecuencia se transmiten los parámetros ( diaria, mensual, quincenal). La frecuencia tiene que ser coherente con el objetivo y el proceso asistencial
· Qué cosas puede hacer el responsable del programa (cambiar medicación, enviar el paciente a urgencias, enviar ayuda domiciliaria, etc.)
· Si hay alertas que evitan la inundación de datos
· Duración del programa (siempre, solo en un momento del proceso asistencial)
· Cuando el paciente es pluripatológico, si se puede monitorizar solo una o varias enfermedades, con objetivos diferentes para cada enfermedad. Cuando es un anciano frágil, si interviene servicios sociales
Teniendo en cuenta que un programa de 
telemonitorización es costoso habría que evaluar el coste-eficacia del 
mismo. Los estudios deben comparar la atención en telemonitorización con
 los cuidados habituales, pero es básico indicar cuales son los cuidados
 habituales. Si estos son en el hospital, el coste y los recursos son 
diferentes de la atención primaria. Un punto importante en la 
telemonitorización es que aumenta el tiempo que el profesional sanitario
 pasa con el paciente, pues este recibe los cuidados tradicionales 
además del tiempo que el profesional está observando los datos enviados 
por la monitorización y el tiempo que pasa llamando al paciente 
para indicarle lo que debe hacer. En un sistema público el paciente 
tiene visitas con el médico o con enfermería
muy cortas en tiempo, y la telemonitorización puede aumentar este tiempo de forma significativa, con lo cual, en vez de medir el efecto de la telemonitorización, podemos estar midiendo solamente el hecho que el profesional pasa más tiempo con el paciente.
muy cortas en tiempo, y la telemonitorización puede aumentar este tiempo de forma significativa, con lo cual, en vez de medir el efecto de la telemonitorización, podemos estar midiendo solamente el hecho que el profesional pasa más tiempo con el paciente.
El primer criterio de evaluación es si 
se han cumplido los objetivos previstos. Hay muchos estudios publicados 
donde no se precisa cual es el objetivo y por lo tanto es imposible 
saber si se ha logrado o no. El segundo criterio acostumbra a ser el uso
 de recursos sanitarios, es decir comprobar si la monitorización evita 
las visitas, urgencias, hospitalizaciones, estancias, etc Un tercer 
criterio de valoración es la satisfacción del paciente y del profesional
 sanitario con el sistema. El indicador clave es el número de pacientes 
que han dejado el programa, bien sea por cansancio, o bien por la poca 
usabilidad de los aparatos. En cuanto al profesional, ya he indicado 
antes que es diferente el profesional del hospital que ve una mejora del
 funcionamiento de su servicio gracias a la telemonitorización del 
profesional de primaria que ve como aumenta su carga de trabajo, 
mientras que los beneficios van al hospital.
El tema de la seguridad de la atención 
es importante porque el paciente está solo en casa o bien con 
su cuidador, y por lo tanto pueden darse fallos, que no deberían poner 
en peligro la salud del paciente. La evaluación económica es la que 
permitirá incorporar la telemonitorización dentro un sistema 
sanitario. Si los beneficios de la telemonitorización son superiores a 
sus costes se podrá generalizar, de lo contrario no es aconsejable. Por 
su importancia en la generalización del programa se debería contemplar 
siempre este tipo de evaluación.
Las versiones de atención primaria en 
España, el caso de VALCRONIC y su gemelo TELEMAC, escogieron las dos 
patologías hospitalarias: EPOC e insuficiencia cardíaca y le añadieron 
otras dos con mucha prevalencia en atención primaria: la hipertensión y 
la diabetes. Las evaluaciones de los dos programas apuntan también ,a 
una reducción de estancias y urgencias en insuficiencia cardíaca y EPOC,
 pero hubiera sido interesante contestar a la pregunta clave, de si es 
mejor la telemonitorización desde el hospital o desde la 
atención primaria para los pacientes con insuficiencia cardíaca y EPOC. 
Lo que supone preguntar, no si es efectiva la telemonitorización, sino 
cuál es el modelo más efectivo.
               Para  el  Adulto mayor.
1 comentario:
Emvejecer es como escalar una gran montaña mientras se sube las fuerzas dismuniyen pero la mirada es mas libre vista mas amplia y serena.
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