jueves, 22 de septiembre de 2011

COMO TE SIENTES EN LA 3 RA EDAD

He decidido que la tercera edad, es un regalo.
Probablemente por primera vez en mi vida, es ahora cuando soy la persona que siempre quise ser.
A veces me desespera mi cuerpo, los achaques de la edad, el cabello blanco, la piel arrugada y reconozco que con frecuencia me sorprende esa persona que veo reflejada en mi espejo, pero aunque me veo cada día más viejo, no me echo a llorar.
Al envejecer me he vuelto más amable y menos crítico conmigo y los demás. Me he dado cuenta de que tengo más amigos.
He visto a muchos seres queridos partir de este mundo antes de entender la libertad que proporciona la vejez, será por eso que ahora me siento con derecho a comer de más y a ser un poco más desordenado y extravagante.
¿A quién le importa si me dan ganas de leer o jugar en la computadora hasta las cuatro de la mañana y luego dormir hasta el mediodía?… O si bailo con los brazos cruzados esas maravillosas melodías de los años sesenta mientras rueda por mi mejilla una lágrima por un amor que creía olvidado… O si recorro la playa en traje de baño y me zambullo en las olas a pesar de las miradas de las jovencitas… Ellas también, si Dios se lo permite, estarán algún día atravesando esta etapa de la vida.
Me he vuelto olvidadizo y me doy cuenta de que en la vejez, es más lo que olvidamos que lo que recordamos, pero gracias a Dios me las arreglo para no olvidar lo verdaderamente importante.
A través de los años mi corazón se ha partido muchas veces por la pérdida de un ser querido o por ver sufrir a uno de mis hijos.
Pero también sé, que las cicatrices del corazón son las que nos dan entereza, ánimo y fortaleza.
Dios me ha bendecido con una vida lo suficientemente larga como para ver mis canas y para darme cuenta de que llegar a esta etapa no es tan malo como quizás pensamos cuando somos jóvenes.
Si sabemos aprovechar el poco tiempo que nos queda, cada día puede tener algo especial y además ya no tenemos esos compromisos rutinarios que nos impedían disfrutar de un amanecer o el canto de los pájaros.
“Por eso, mientras esté aquí, no voy a perder el tiempo lamentándome por quien pude haber sido o por lo que no pude hacer. Seguiré disfrutando, cada día y cada minuto, como si fueran los últimos”

miércoles, 21 de septiembre de 2011

NO COMBINE ANTIBIOTICOS CON ANTIH IPERTENSIVOS


Cuidado..!: No combine antibióticos y antihipertensivos

 Los adultos mayores que toman antihipertensivos que bloquean los canales de calcio podrían sufrir descensos peligrosos de la presión si reciben ciertos antibióticos.

Un equipo halló que en esos pacientes, que debían tomar además los antibióticos eritromicina (E-Mycin u otras marcas) o claritromicina (Biaxin), aumentaba el riesgo de necesitar internación por un descenso peligroso de los valores de la presión. Un tercer antibiótico de la misma clase, la azitromicina (Zithromax), no estuvo asociado con ese resultado. Para los investigadores, debería ser el de primera elección para los pacientes tratados con antagonistas de los canales de calcio.

Los tres antibióticos son lo que se conoce como macrólidos, la clase más recetada en el mundo. Sólo en Estados Unidos, en el 2008 se vendieron más de 66 millones de recetas. Los antagonistas de los canales de calcio son uno de los medicamentos de uso prolongado más recetados. Incluyen fármacos como amlodipina (Norvasc), felodipina (Plendil), nifedipina (Procardia, Adalat) y diltiazem (Cardizem, Dilacor, Tiazac).

"No es improbable que un paciente use un antagonista de los canales de calcio y un macrólido al mismo tiempo", dijo el doctor David M. Juurlink, del Instituto de Ciencias Clínicas Evaluativas de Toronto, y autor principal del estudio publicado en Canadian Medical Association Journal. Juurlink explicó que la eritromicina y la claritromicina inhiben una enzima vital para la metabolización de los antagonistas de los canales de calcio. Eso hace que aumenten súbitamente los niveles del antagonista en sangre y la presión descienda bruscamente. En cambio, la azitromicina no bloquea esa enzima.

El equipo de Juurlink analizó las historias clínicas de más de 999.000 habitantes de Ontario mayores de 66 años, que habían tomado un antagonista de los canales de calcio entre 1994 y el 2009. En ese período, 7.100 fueron hospitalizados por un descenso peligroso de la presión; 131 de ellos habían tomado un antibiótico macrólido la semana previa a la internación.

Los autores observaron que el uso de la eritromicina había sextuplicado el riesgo de necesitar internación por baja presión, mientras que la claritromicina lo había cuadruplicado. El diseño del estudio impidió que Juurlink pudiera aportar una cifra precisa del riesgo absoluto de desarrollar hipotensión grave por la combinación farmacológica, pero dijo que era "probablemente muy bajo".

Aun así, agregó que es un riesgo evitable. "Los médicos deberían tomar consciencia y de que existen alternativas. Si deben recetar un macrólido a un paciente que toma un antagonista de los canales de calcio, lo más sensato es indicar azitromicina", expresó. En cuanto a otras clases de antihipertensivos, como los inhibidores de la ECA y los betabloqueantes, el autor indicó que no serían sensibles a los efectos de los dos antibióticos.


El estudio se concentró en los adultos mayores porque son los más vulnerables a las consecuencias de la hipotensión: pueden marearse lo suficiente como para caerse y fracturarse la cadera o, en los casos más graves, sufrir un shock por la falta de irrigación adecuada de sangre y oxígeno y el daño potencialmente fatal de algunos órganos. "Los más jóvenes toleran mejor la hipotensión", dijo Juurlink, pero opinó que la azitromicina es la mejor elección también para los jóvenes usuarios de antagonistas de los canales de calcio.

LOS TRAUMAS DE LA INFANCIA EN EL ADULTO MAYOR

Así lo determinó un reciente estudio, según el que los adultos mayores que sufrieron abuso sexual o físico durante la infancia tienen peor salud mental y física que los que no lo padecieron.
"Los efectos del abuso infantil duran toda la vida. Se necesitan más estudios para comprender mejor las vías que conducen a esas nefastas consecuencias y los mecanismos para minimizar sus efectos de por vida", escribió el equipo dirigido por el doctor Brian Draper, de University of New South Wales, en Sydney.

Estudios previos hallaron una relación entre el abuso infantil y el deterioro de la salud física y mental en la edad adulta, pero existe poca información sobre cómo una historia de abuso puede afectar a los adultos mayores, comentó el equipo en el artículo publicado en Journal of the American Geriatrics Society.

Para investigarlo, los autores estudiaron a 21.000 hombres y mujeres de más de 60 años que participaban en un estudio sobre prevención del suicidio: el 6,7 por ciento de ellos había sufrido abuso físico infantil y el 6,5 por ciento abuso sexual.

Esos participantes eran un 35 por ciento más propensos a tener mala salud física y un 89 por ciento más riesgo de sufrir deterioro de la salud mental que los mayores sin antecedentes de abuso infantil.

Las personas que habían sufrido abuso sexual y físico durante la infancia eran un 60 por ciento más propensos a tener mala salud física y 2,4 veces más propensos a tener problemas mentales.

Las personas con antecedentes de abuso infantil eran más propensas a fumar, mientras que los que bebían excesivamente eran más propensos a haber sufrido algún tipo de abuso en la infancia.

El equipo halló también que las mujeres, pero no los hombres, que habían sufrido abusos durante la niñez, tenían más riesgo de tener problemas cardiovasculares.

"El control diagnóstico de rutina del abuso infantil en los adultos mayores mejora la salud, dado que existe evidencia a partir de estudios clínicos sobre mujeres con trastorno de estrés postraumático por abuso infantil de que la terapia cognitiva conductual puede aliviar el sufrimiento", destaca el equipo.

Según los investigadores, otras estrategias para mejorar la salud física y mental de adultos mayores que sufrieron abuso infantil son los programas comunitarios de educación, que demostraron reducir el sentimiento de soledad y el estrés.

También destacan los programas de modificación del estilo de vida hacia hábitos más saludables, como la cesación tabáquica, el ejercicio físico y la alimentación más sana.

martes, 20 de septiembre de 2011

EL AMOR EN EL OTOÑO DE LA VIDA

Dr. Andrés Flores Colombino. Médico especialista en Psiquiatría, Geriatría-Gerontología y Sexología Clínica.  Miembro del Consejo Asesor y del Comité Científico de la Asociación Mundial de Sexología (WAS).  Vicepresidente 2º del Comité Ejecutivo de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología y educación sexual (FLASSES)
¿Existe El Amor Otoñal?
¿Existe el amor después de la juventud, después de la adultez, en la adultez mayor, en la última edad de la vida? Recuerdo que un amigo psicogeriatra respondió a la misma pregunta con un sí rotundo. Pero agregó: "Siempre que conserve la capacidad reparatoria". Es decir, ofreció una argumentación kleiniana muy válida, no se conformó con el lugar común de "el amor no conoce edades". Pero la pregunta planteaba la duda, suponiendo que también podría tener una respuesta negativa, porque "Vejez con amor, no hay cosa peor" dice el aforismo popular.
La capacidad de amar y la capacidad de ser amados son las dos condiciones básicas de la calidad de vida del adulto mayor. No todos poseen capacidad de amar: no la han desarrollado o la han perdido. Sabemos que según esa concepción reparatoria de Melanie Klein y Joan Riviére (1976) el amor del niño que supera exitosamente su posición paranoide y se instala en la posición depresiva, adquiere la capacidad de amar cuando surge el deseo de brindar felicidad a los demás, ligado a un sentimiento de responsabilidad e interés por ellos, que se mantiene en forma de genuina simpatía y de capacidad de comprenderlos, tales y como son. Nosotros (Flores Colombino 2001B) simplificamos la idea kleiniana afirmando que quien ama es capaz de ver a la otra persona con sus partes buenas y malas, al mismo tiempo, aceptándola tal cual es, sin pretender cambiarla. Pues la simpatía genuina implica identificación con el otro, colocándonos en el papel de buen padre y de buen hijo, eliminando los motivos de nuestro odio y reparando nuestros agravios fantaseados.
La crisis de la mediana edad, por ejemplo, suele obedecer a la persistencia de la posición maníaca, no reparatoria del adulto, quien enfrentado a la posibilidad de la muerte, en lugar de enfrentarla integrativamente, se deprime profundamente y de paso niega su edad, adoptando ridículas posturas extravagantes o reivindicativas como la fuga o la desaparición, abandonos laborales, cambios en la manera de vestir por ropas juveniles y colores chillones, autos deportivos, motos, botas, camperas, lentes oscuros. Las mujeres en crisis acortan las polleras, se preocupan de la línea como nunca, se independizan y rebelan de sus maridos. Ambos pueden abandonar el hogar en aras de una nueva pareja, generalmente de menor rango social y cultural, y a veces de menor edad. O se entregan a actividades extramatrimoniales impensables en épocas anteriores de sus vidas (Flores Colombino, 2001A). Todo por no haber alcanzado la capacidad reparatoria.
Dice Klein (1976) "Este mecanismo de 'reparación' es, a mi juicio, un elemento fundamental en el amor y en todas las relaciones humanas". Si a estas consideraciones psicoanalíticas kleinianas sumamos las freudianas, que prevén la adquisición de la capacidad de advenir a una postura 'anaclítica' que supere el narcisismo primario y permita cargar catexialmente los objetos de amor con nuestra libido sin experimentar un vaciamiento angustiante, incorporamos la segunda condición básica para alcanzar el amor en el adulto mayor: manejo del narcisismo y capacidad reparatoria. No es raro que muchas personas mayores hagan un repliegue narcisista y que demanden afecto y atención, renunciando a su capacidad de dar amor. El resultado es que también pierden la capacidad de recibir el amor, pues temen crearse la obligación de responder, de devolver, de reparar, y utilizan mecanismos de negación y de encasillamiento con mayor frecuencia (Zinberg y Kaufman, 1976). Pero cada uno envejece diferente, se va dejando de ser joven poco a poco. La salud mental de cada uno es fundamental y marca la diferencia, aunque la salud física y social no son menos relevantes.
Las estadísticas son muy claras, y establecen que la mujer enviuda con mayor frecuencia que el varón, lo que implica que tanto en términos absolutos como relativos, hay más mujeres adultas mayores en estado de viudez que varones. La relación en el Uruguay es de 4 a 1. Y estos últimos se casan rápidamente, pues pareciera que toleran peor la viudez que las mujeres, además de tener una oferta mayor para componer una nueva pareja. Los Clubes de mayores suelen ser un ejemplo claro: la participación femenina es todavía mayor que 4 a 1 y suele llegar a cifras como de 30 a 1 y 50 a 1.
Por tanto, en el amor otoñal pueden darse situaciones muy variadas, pues hay una radical diferencia entre un/a adulto/a mayor y otro/a, si está casado/a o viudo/a o divorciado/a o separado/a o soltero/a. El amor entre adultos mayores comprende tantas variables posibles como en la juventud, pero señalaremos algunas variables típicas de esta época de la vida.
EL ENAMORAMIENTO OTOÑAL
Los cambios que produce el enamoramiento en una persona pueden obedecer a la presencia de sustancias químicas, como lo afirmara Liebowitz (1983), o a una reestructuración de la conciencia con fuertes mecanismos de idealización fantasiosa inspirada en un modelo de pareja preconcebido. Pero el resultado es el mismo. El individuo enamorado adquiere un estado de alerta, modifica sus patrones de sueño y alimentación, adopta una postura maníaca en que todo es posible, sus pensamientos grandiosos respecto a la pareja elegida le hacen adoptar compromisos exagerados y comportamientos muchas veces ridículos, como hablar horas por teléfono, hacer regalos caros o gastar en exceso, escribir poemas y canciones que antes despreciaban y despliegar actitudes impresionantes propias del cortejo y de acuerdo a las posibilidades de cada uno, que se ven aumentadas por lo general.
Del varón y la mujer adultas mayores se espera sensatez, mesura, realismo, serenidad, de acuerdo a los estereotipos vigentes en todas las épocas. Por tanto, el adulto mayor no tiene permiso para enamorarse, según sus hijos, nietos y amigos, y según la sociedad. Enamorarse estaría fuera de lugar. Esta fuerte tradición cultural se ha modificado, por suerte. Ha desaparecido la gerontofilia como desviación sexual, así como la sospecha de que todo anciano varón sobre todo, es más proclive a las parafilias y abusos de niños. Se reconoce que hay adultos mayores de ambos sexos, atractivos, seductores, amables.
No poseemos estadísticas sobre los niveles de feniletilamina y noradrenalina que segregan las personas mayores enamoradas, pero sabemos que hay personas enamoradizas a toda edad, aun en la vejez. Los terapeutas y geriatras suelen ser destinatarios de la transferencia positiva de sus pacientes añosas, casi tanto como de sus pacientes jóvenes, y ello constituye un indicativo de la persistencia de la capacidad de enamoramiento. Pero existe un prejuicio contra su manifestación pública, sobre todo si no se trata de su pareja estable. El mexicano Carlos Fuentes, con 73 años cumplidos protesta frente a una sugerencia de la entrevistadora (Barragan, 2001) sobre su famosa versatilidad en cuestiones amorosas. "No ando por ahí de cachondo por todos lados. Fui un donjuán en la juventud, que es justo cuando hay que serlo," -dice- "si no, uno corre el riesgo de serlo en la vejez y entonces uno se vuelve ridículo y un viejo verde". O como dicen los españoles, recordamos nosotros "Vejez enamorada, locura declarada".
Los amores secretos y unipolares, unilaterales, no son raros sin embargo, a esta edad, y suelen llenar los días y las fantasías de las personas mayores, que pueden transformar en amistades sus amores inconfesos o imposibles. Porque su amor heterosexual se deposita sobre una persona casada o comprometida, o es expresión de su orientación homosexual.La literatura nos ha dado con "El amor en los tiempos del cólera" de García Márquez uno de los más conmovedores y mágicos amores entre dos adultos mayores: Fermina Daza y Florentino Ariza. ¿Era solo enamoramiento? Duró toda una vida de Florentino, por lo menos. Cuando sus hijos se oponen a los nuevos amores de la viuda Fermina dice: "Hace un siglo me cagaron la vida con ese pobre hombre porque éramos demasiado jóvenes, y ahora nos la quieren repetir porque somos demasiado viejos". Y sentenció: "Que se vayan a la mierda. Si alguna ventaja tenemos las viudas es que ya no nos queda nadie que nos mande". Y subió al buque 'Nueva Fidelidad' para remontar una y otra vez el río Magdalena, con la bandera de cuarentena para preservar los amores de la indiscreción de los profanos. Al fin y al cabo su celoso hijo Urbino tenía razón cuando afirmaba: "Los viejos, entre viejos, son menos viejos".
LOS MATRIMONIOS SUPERVIVIENTES
Aunque parezca mentira, en los albores del siglo XXI hay personas que se han casado una sola vez y siguen juntos luego de 30, 40, 50 y más años de matrimonio. El individuo atraviesa por fases o periodos vitales, así como se han descrito diversas edades personales, que no analizaremos aquí. Pero es importante que esas crisis vitales -como la mediana edad, por ejemplo, o el climaterio masculino y femenino- sean exitosamente resueltas, que los proyectos existenciales se hayan alcanzado, que la convivencia con los hijos y nietos, las crisis del retiro laboral, las inevitables enfermedades y limitaciones concurrentes, sean bien llevadas. Pero sobre todo -lo recalcamos- el mantenimiento de un nivel de comunicación fluido y negociador de las nuevas situaciones que la convivencia prolongada va creando en la construcción de realidades cambiantes, aseguraría la sobrevivencia del amor en la adultez mayor.
Estas parejas son decididamente monógamas. ¿Héroes? ¿Víctimas? Los partidarios del matrimonio abierto de los 70s como James y Lynn Smith (1974) afirmaban que "el casamiento monógamo es, en su propio macabro modo, una forma legalizada y normatizada de esclavitud emocional y erótica... contraria a la naturaleza humana" y Albert Ellis (1974) que "la monogamia conduce a la monotonía, a la restricción, a la posesividad, a la inanición sexual, a la muerte del amor romántico y a otras muchas desgracias".
El conocido aburrimiento de la larga convivencia ("el matrimonio mata el amor"), no es un destino de todos. "Cabin fever" o "fiebre de la cabaña" es una vieja expresión inglesa que designa los problemas derivados de la sensación de asfixia, generada por el exceso de contigüidad (Frings Keyes, 1981). Pero no hay exceso cuando el amor está vivo. Todo es cuestión de encontrar la modalidad adecuada para la convivencia de acuerdo a los caracteres y a los intereses personales.
Nosotros (Flores Colombino, 2000B) describimos seis formas de ajuste de la pareja añosa: simbióticas, defensivas, dependientes, disociadas, románticas e integradas. Cada una encontró algún factor fundante y cohesionante: la interdependencia obligada, el blindaje paranoide, la adscripción pasiva a otro grupo familiar, la independencia mutua, el amor sentimental como eje del vínculo y la dinámica renegociación realista de la vida, integrando las tres dimensiones del tiempo: pasado rico, presente disfrutable y futuro lleno de sentido.
De alguna manera, el amor otoñal en cada tipo de las parejas mencionadas adquiere formas diversas: más afectuosa, más amistosa, más sexual, más tierna, más refinada, más espaciada, más profunda, más romántica. Pero por sobre todas las cosas, aunque pueda parecer insípido, el amor otoñal es realista, acepta las arrugas del otro, la sordera, las pequeñas manías, las depresiones peculiares, los gustos y preferencias, así como el manejo del dinero cada vez más restrictivo, incluso las infidelidades del pasado son finalmente elaboradas cuando existieron. Según estadísticas, el 50 % de las parejas que no son interrumpidas por la viudez, envejecen juntas sin problemas. La otra mitad convive en medio de un infierno pequeño, mediano o grande, con diversos grados de separación y divorcio, bajo el mismo o diferente techo. Una crisis matrimonial frecuente es la provocada por el llamado 'nido vacío' cuando los hijos ya adultos se van de la casa para formar un nuevo hogar, casados, unidos o por independizarse. Dice Boero (1999): "Se encuentran solos y con una fachada de matrimonio, que franqueada, solo muestra ruinas de una relación frustrante". Los gerontólogos y sexólogos señalamos que es la ocasión en que la presencia de los hijos como postergadora y catalizadora de los conflictos conyugales, ya no está, y los conflictos se desatan. Claro que un matrimonio sano los resuelve o ya los tiene resueltos de antemano.
La nueva realidad es la situación del "nido relleno", cuando los hijos divorciados, separados o incapaces de financiar su independencia, vuelven al hogar paterno que ya se reorganizó para procesar la ausencia de hijos, y ahora debe reestructurarse, no solo edilicia sino económicamente, lo que no es poco.
DIFERENCIAS DE EDAD EN EL AMOR OTOÑAL
Difícilmente se observan matrimonios en primeras nupcias con grandes diferencias de edad, aunque en todas las culturas, el varón es unos años mayor que la mujer. Históricamente el matrimonio en segundas nupcias de un varón añoso y poderoso con una mujer joven, hermosa y virgen, aunque pobre, era un derecho consagrado por la costumbre. Los árabes ricos, cualquiera fuera su edad, que practicaban y practican la poligamia normativa, se casaban con las mujeres más bellas y jóvenes de su comunidad y aun de lejanas tribus. En la baja Edad Media el 'derecho de pernada' de los nobles fue un ejemplo atenuado de esa costumbre.
Pero la estigmatización de la vejez ha predominado en todas las épocas, por más que era contrarrestada con oportunos reconocimiento de su valor.
Un ejemplo bíblico de parejas con gran diferencia de edad que trascendió a nuestros tiempos, fue el del Rey David, quien, cargado de años y triste, mejoraba con el calor de jóvenes mujeres que dormían con él, aunque no 'yacían' en sentido bíblico. Una de ellas, la más importante, Abisag, pertenecía a la tribu de Sunam, por lo que el Rey poseía una virgen concubina sunamita. No se trató realmente de un matrimonio, pero el 'sunamitismo' equivale hoy al efecto rejuvenecedor por cohabitar con jóvenes.
Hacia el siglo XII, Felipe de Novara decía que los viejos "deben evitar sobre todo casarse con mujeres jóvenes, porque serán engañados indefectiblemente; pero casarse con una vieja no es mucho más recomendable, pues 'dos carroñas en una cama no son apetitosas' (Minois, 1989). Geoffrey Chaucer en sus 'Cuentos de Canterbury' escrito entre 1385 y 1390 cuenta la historia de un viejo carpintero que se casa en segundas nupcias con una mujer de 18 años, a quien mantenía enjaulada por sus celos, pero igual es engañado y ridiculizado hasta pasar por loco. Bath, una mujer casada tres veces de sus cinco matrimonios con ancianos, relata así sus avatares con estos últimos:
Difícilmente podían rellenar  Los aparatos que los ataban a mí  (si comprendéis mi sonrisa).  ¡Dios me perdone! ¡Todavía me río al recordar como los hacía trabajar por la noche!  Y a mi vez, yo apenas gozaba:  Aquello no me proporcionaba ningún placer.  Ellos me habían dado su tesoro, Y por tanto yo no necesitaba en absoluto darme prisa  Para ganar su amor o mostrarles respeto.
Por la misma época, el Obispo de Avignon escribió 'Los quince gozos del matrimonio' donde critica duramente la diferencia de edad entre los esposos. Decía: "Considero completamente estúpido al anciano que quiere dárselas de guapo y se casa con una mujer joven. Imaginad cómo ella, que es tierna y de dulce aliento podrá soportar al que toserá, escupirá y se quejará toda la noche, ventoseará y estornudará: será un milagro que ella no se mate. Y él tiene el aliento agrio a causa de su hígado. Y cuando los jóvenes galanteadores vean a esa mujer bonita y alegre casada con ese pobre necio, echan cebo; porque piensan con acierto que ella caerá con más facilidad que otra que tenga marido joven y capaz. Y si por desgracia el anciano se vuelve impotente, todo se convierte en un infierno para él y para ella es más fácil la aventura".
En la misma obra, el Obispo no ahorra epítetos para el matrimonio en que la mujer es mayor, según Minois(1989). Si el joven se casa con una anciana, también él es la víctima. "Pues no hay nada más esclavo que un joven sencillo y de buen natural esté sometido y gobernado por una mujer viuda. El apetito y la lujuria de la fresca carne del joven la ha hecho glotona y celosa y querrá tenerlo siempre en sus brazos y asimismo querría sentirse siempre abrazada por él. Pero sabed que no hay nada que desagrade más a un joven que una mujer vieja, ni que le perjudique más su salud. Y si se da el caso de que una vieja se case con un joven, éste sólo lo hace por avaricia; por tanto, nunca llegará a amarla, y les pegan mucho, y malgastan lo que ellas tienen. Chaucer encuentra una sola ventaja en casarse con una mujer vieja: el marido joven nunca será engañado (Minois, 1989).
Sin embargo, el frecuente fallecimiento de las mujeres en el parto, hacía que el varón viudo se volviera a casar con mujeres más jóvenes. La diferencia de edad no se daba solo entre los cónyuges, sino entre padres e hijos. En el siglo XV y en Florencia, la diferencia media de edad entre los esposos es de catorce años entre los ricos y de o­nce años entre los pobres y la mitad de los niños de menos de un año tienen un padre de más de treinta y ocho años. Aun hoy, cuando un padre adulto mayor pasea con sus hijos pequeños, se fastidia cuando les dicen ¡qué lindos son sus nietos!
En el siglo XIX el escritor ruso Chéjov (1980) en su obra 'El tío Vania', hace decir a Yeliena, casada con un profesor retirado, enfermo y viejo. "¡Todo el mundo vitupera a mi marido, todos me miran compasivos: una mujer desdichada, casada con un viejo. Esa simpatía hacia mí. ¡oh, qué bien la comprendo!". Ella tiene 27 años, y es pretendida por el tío Vania quien también ha pasado los 50.
ESTADISTICAS Y EJEMPLOS
Sin remontarnos mucho en el tiempo, tenemos muchas historias de parejas amorosas de edades muy diferentes en todas las épocas. En el Uruguay y por tomar como ejemplo lo que ocurrió en un solo año: 1997, se casaron 56 varones mayores de 50 años con mujeres menores de 29 años. En detalle: 8 varones mayores con mujeres menores de 20 años; 20 varones mayores con mujeres entre 20 y 24 años y 28 varones mayores con mujeres de 25 a 29 años. En cuanto a las mujeres mayores de 50, 14 se casaron con varones menores de 29 años. Detalle: Ninguna se casó con varones menores de 20, 4 mujeres mayores de 50 se casaron con varones de 20 a 24 años y 8 con novios de 25 a 29 años (Flores Colombino, 2000A).
No pretendemos hacer un catálogo de los casos contemporáneos de matrimonios de edades muy diferentes. La Argentina tiene al ex Presidente de la República de 72 años que se casó recientemente con una joven chilena de 35, el actual Presidente de México también lo hizo en segundas nupcias con una mujer joven, siguiendo el camino del ex Primer Ministro Canadiense. El Presidente Perón casi doblaba en edad a Eva cuando contrajeron nupcias. Y mujeres argentinas famosas como Susana Giménez, Moria Casan, Graciela Alfano tienen parejas masculinas jóvenes. Tita Merello tenía 17 años cuando aprendió a leer con su amante sesentón. Solo mencionemos muy someramente algunas parejas no del todo conocidas.
Pablo Picasso tenía 46 años cuando conoció a Marie-Thèrese Walter de 17, y 61 años cuando pasó a convivir con Françoise Guilot de 21 años. Con ambas tuvo hijos (Stassinopoulos Huftington, 1988).
Charles Spencer Chaplin se casa por primera vez a los 35 años con Lillita McMurray que contaba con 16 años. A los 54 años se casa con Oona O'Neill de 18 años. A los 73 años, nace su 10º hijo. (Tichy, 1985)
Marguerite Duras, la novelista que se hizo famosa con el guión de "Hiroshima mon amour" y sus novelas 'El amante', 'El square', 'Moderato cantabile', tuvo un enamorado de 22 años quien solo la conocía por su obra. A los 27 años de él y a los 65 de ella, luego de 5 años de acoso epistolar, ella le concedió una cita en su casa y no se separaron más en los 16 años siguientes en que ella vivió su vejez. Yann Andréa escribió un libro sobre esos tres lustros de convivencia del joven con su vieja amante, que denominó 'Ese amor' (Andréa Y, 2000).
La misma Marguerite Duras en su novela 'El amante' escribió sobre las relaciones de una condiscípula jovencísima con un varón maduro, que mereció un premio Goncourt y fue llevado al cine. La película fue vista por la compañera que inspira la novela, ya mayor, quien se desmayó al ver reveladas las actividades sexuales que había confiado a su amiga que llegó a novelista (Loza Aguerrebere, 2001).
La también francesa Edith Piaff, pese a su artrosis deformante, vivió en su madurez el amor de su vida con un joven de 24 años, quien la acompañó hasta su muerte.
Las parejas 'desparejas' por razones de edad, han dejado de serlo. Dejemos a un lado la paidofilia que comprende a prepúberes. Pero la fascinación de los adultos mayores por los más jóvenes, sean varones o mujeres, no obedece tan solo a que el modelo de belleza es exclusivo de la juventud, sino porque los adultos mayores han alcanzado en los albores del siglo XXI un nuevo estatuto: se han podido renovar afectiva, intelectual y sexualmente. La conservación y hasta el perfeccionamiento del cuerpo gracias a la sustitución hormonal, las dietas, el ejercicio y la cosmética, solo dependen de un cambio de actitud mental. La prevención del deterioro intelectual mediante una renovada actividad y una preservación y enriquecimiento de los neurotransmisores mediante fármacos adecuados a cada caso, solo depende de la aceptación de que la naturaleza humana es antropológica y no sólo biológica. No podremos evitar la muerte, pero podemos vivir mejor antes que nos llegue.
SEXUALIDAD OTOÑAL
Por último, la sexualidad de la pareja otoñal puede expresase en toda su plenitud. La idea de Margaret Mead de que la primera etapa de matrimonio busca el sexo, la segunda los hijos y la tercera solo la compañía, está caduca, perimida. Hay nuevos paradigmas para el amor y la sexualidad del adulto mayor. Esta antropóloga tenía razón, sin embargo, cuando afirmaba que "No hay poder más grande en el mundo que el tesón de una mujer postmenopáusica". Dice Helen E. Fisher (1994) que las tendencias del mundo futuro con la nueva empresa y la globalización, favorecen a la mujer, pues se vuelve más segura y aplomada a medida que envejece, menos atada a las tareas del hogar y la crianza de los hijos y adquiere más poder en el terreno político, religioso, empresarial y social". Y en la capacidad de formar parejas.
En el aspecto sexual la mujer ha logrado su orgasmo gracias a los conocimientos de sus zonas erógenas y las técnicas de estimulación y autoestimulación, que pueden ser compartidas con sus parejas jóvenes o viejas, nuevas o antiguas. Además de la sustitución hormonal y los geles lubricantes, la mujer madura debe conservar, recuperar o desarrollar su poder de seducción como una cualidad social más. Y muchas lo han hecho siempre. Son las adultas mayores del grupo que se casan una y otra vez, cuando sus maridos abandonan este mundo. En los grupos de adultos mayores se sabe quienes son: "se casan siempre las mismas", se quejan con envidia las mujeres mayores más tímidas.
Los varones pasaron de los 'brebajes del amor' y el rejuvenecimiento que cazaba incautos con pretensiones mayores a sus fuerzas, a las hormonas que eran eficaces solo en caso de climaterio masculino comprobado, pasando por nutrientes y estimulantes generales, las prótesis peneanas cada vez más sofisticadas y aun vigentes para algunos casos de disfunción eréctil irreversible, hasta el citrato del sildenafil, la pastilla azul que en dos años cambió la cara de los desahuciados sexuales, para recuperar el falo rígido y llegamos al clorhidrato de apomorfina que facilita el ya establecido reflejo erectivo por estimulación directa del glande, eficaz en todas las edades, pero específica de las parejas adultas mayores desde hace décadas.
Nosotros (Flores Colombino, 1998) hemos estudiado la sexualidad cuando los adultos mayores se dementizan, sobre todo con la temida enfermedad de Alzheimer, y comprobamos que a las reticencias iniciales de las parejas sanas, pues temen abusar de la discapacidad mental de quienes buscan mantener relaciones sexuales con ellas, sigue un consentimiento que da nuevo sentido a la vida en pareja, en que la sexualidad "es el único terreno en el que podemos comunicarnos" según nos dijera una esposa "feliz de haber dado a mi marido una calidad de vida en sus últimos años, que me parecía imposible en esa enfermedad tan destructiva". No olvidemos los sexólogos que la sexualidad es terapéutica en muchos campos, hasta en la demencia. Debemos asentar que los amores homosexuales también tienen su lugar en la adultez mayor. Tal vez son menos conflictivas entre lesbianas que en varones. Y también en estos casos la elección de una pareja joven es muy frecuente.
EL AMOR INVERNAL
Este trabajo debería denominarse "El amor invernal", pues si aceptamos que la vida humana nace en primavera, crece en verano, madura en otoño y desfallece en invierno, la adultez mayor correspondería al invierno y no al otoño. Tal vez fuimos influidos por el cambio semántico que los propios adultos mayores han logrado para designar a esta etapa de la vida. Ya no vejez, ya no tercera edad, sino adultez mayor. En el Uruguay, un viejo profesor de la Facultad de Medicina y Decano de la de Humanidades escribió un libro que denominó "Vejentud, humano tesoro" (Tálice RV 1979). Vejentud es más parecida a juventud, que está glorificada. El drama de las siete edades de Shakespeare en "Como Gustéis" pasa por "la cincuentena como panzón, en los sesenta con apergaminadas pantorrillas y termina con la escena final de la regresión del hombre a la condición de un niño sin memoria, sin dientes, sin ojos, sin deseo, sin nada". Y remata en otra obra suya: "El peregrino apasionado" en que solo dice rotundamente: "Vejez, yo te aborrezco, y adoro a Juventud".
Pero el poeta francés del medioevo Agrippa d´Aubigné estimaba tanto la vejez que dice: "una rosa de otoño es más exquisita que ninguna otra" y se casa en segundas nupcias, a los 70 años, con una mujer de 50, aceptando que
"Todo lo puede el invierno, vejez afortunada,La estación del placer, no ya de los esfuerzos".
También se ha asimilado la vida humana a las etapas del día: mañana, mediodía, tarde y noche. El atardecer era la vejez. Y el escritor Somerset Maugham decía que "Nadie niega la belleza de la mañana y del mediodía radiante, pero sería un necio el individuo que corriera las cortinas y encendiera la luz para eliminar el atardecer apacible".
Dejemos al invierno áspero, seco, helado y obscuro, para quedarnos en el otoño, que al fin y al cabo, "tú no me dijiste que mayo fuera eterno", como dice Amado Nervo en su poema "En paz". Sin duda habrá de sobrevenir el invierno y el frío aun mayor de la muerte. Y es el temor básico a esta entidad la que niega que la vejez pueda ser la mejor etapa de la vida. Y llena de amor.
A Simone de Beauvoir (1970) siempre se le criticó duramente su pesimismo en su monumental libro "La vejez". Lo que ella denunció fue que el estado en que se encontraba la vejez en la época en que se ocupó del tema "denuncia el fracaso de toda nuestra civilización". "Lo que hay que rehacer es el hombre entero" -dice- ", hay que recrear todas las relaciones entre los hombres si se quiere que la condición del anciano sea aceptable". En esa sociedad utópica la vejez no existiría. Habría una 'edad postrera' diferente de la madurez y la juventud, "pero con su equilibrio propio y que deja abierta al individuo una amplia gama de posibilidades". Este desafío es para todos. ¿Qué diría la pareja de Simone? Dos gerontólogas argentinas, Haydeé Andrés y Liliana Gastrón (1998) investigaban sobre el bienestar de los adultos mayores y le preguntaron a una escritora mayor: "¿satisfecha en general por la forma como se le dio la vida?" "Bueno", les dijo la interrogada. Algo que tomaron como una verdadera lección de vida y una síntesis de muchas entrevistas realizadas. "Le voy a contestar con una frase de Sartre a quien admiro mucho: 'uno es lo que ha llegado a ser'"

lunes, 19 de septiembre de 2011

LA MENTE TIENE MUCHO PODER



19 de septiembre de 2011 4:08
TODO ES MENTAL, POR ESO, NADIE TE OFENDE

Las personas se pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que “alguien” les hizo.

La sorprendente revelación que te voy a hacer, va a cambiar tu vida…

¡Nadie, nunca jamás te ha ofendido!

Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren.

Y las expectativas tu las creas con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias.

Si tu esperabas que tus padres te dieran más amor, y no te lo dieron, no tienes porqué sentirte ofendido. Son tus expectativas de lo que “un padre ideal” debió hacer contigo, las que fueron violadas. Y tus ideas son las que te lastiman.

Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal y cual forma y no lo hizo… Tu pareja no te ha hecho nada. Es la diferencia entra las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te hieren. Nuevamente, eso está en tu imaginación.

¿Enojado con Dios? Son tus creencias de lo que debería hacer Dios, las que te lastiman. Dios jamás ofende y daña a nadie.

Un hábito requiere de todas sus partes para funcionar. Si pierde una, el hábito se desarma. El hábito de sentirte ofendido por lo que “te hacen otros” (en realidad nadie te hace nada) desaparecerá cuando conozcas mejor la fuente de las “ofensas”.

Cuando nacemos, somos auténticos. Pero nuestra verdadera naturaleza, es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que nuestros padres, la escuela, la sociedad y los medios nos enseñan.

Y crean una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y como “deben” de actuar los demás. Una novela que no tiene nada que ver con la realidad.

También, las otras personas son criaturas de inventario. A lo largo de su vida, coleccionan experiencias: padres, amigos, parejas, etc. y las almacenan en su inventario interior.

Las experiencias negativas dejan una huella más profunda en nosotros que las positivas. Y cuando una persona es “maltratada” (por no haber dicho o hecho lo que se esperaba de ella) por alguien, deja esa experiencia en su “inventario”. Cuando conoce a otro alguien, tiene miedo. Y trata de ver si la nueva persona repetirá las mismas actitudes que la que le hirieron, osea que se predispone. Saca una experiencia de su inventario negativo. Se pone los lentes de esa experiencia y ve a las nuevas personas y experiencias de su vida, con esos lentes, obviamente lo que teme lo provoca.

¿Resultado? Se duplican los mismos problemas y las mismas experiencias negativas.

Y el inventario negativo sigue creciendo. En realidad lo que hace es que te estorba. No te deja ser feliz. Y a medida que se avanza en años, se es menos feliz. Es porque el inventario negativo aumenta año con año.

¿Has visto a las personas de edad avanzada y a los matrimonios con muchos años? Su inventario es tan grande, que parece que la negatividad es su vida. Una y otra vez sacan experiencias de su inventario negativo ante cualquier circunstancia.

Una de las mayores fuentes de ofensas, es la de tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que “debe hacer” y te dice “no”, creas resentimientos por partida doble. Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías.
Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es.

Y es un círculo vicioso.

Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca.

Aprenderán de sus errores por sí mismos. Déjalos ser.

Además recuerda también, que nadie te pertenece. Cuando los colonos americanos querían comprarles sus tierras a los Pieles Rojas, estos les contestaron “¿Comprar nuestras tierras? ¡Si no nos pertenecen! Ni el fulgor de las aguas, ni el aire, ni nuestros hermanos los búfalos a los cuales solo cazamos para sobrevivir. Es una idea completamente desconocida para nosotros”.

Ni la naturaleza, ni tus padres, ni tus hermanos, ni tus hijos, tus amigos o parejas te pertenecen. Es como el fulgor de las aguas o el aire. No los puedes comprar. No los puedes separar. No son tuyos. Solo los puedes disfrutar como parte de la naturaleza. El cauce de un río no lo puedes atrapar. Solo puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas, y dejarlo seguir.

Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Ámalas, disfrútalas y déjalas ir.

Entonces ¿Cómo puedo perdonar?

1) Entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de “cómo deberían actuar las personas y Dios las que te hieren”. Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde tu infancia de forma inconsciente. Reconoce que la mayoría de las personas NUNCA van a cuadrar con esas ideas que tienes. Porque son ideas falsas.

2) Deja a las personas ser. Deja que guíen su vida como mejor les plazca. Es su responsabilidad. Dales consejos, SOLO SI TE LO SOLICITAN, pero permite que tomen sus decisiones. Es su derecho divino por nacimiento: el libre albedrío y la libertad.

3) Nadie te pertenece. Ni tus padres, amigos y parejas. Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. Ama y deja ser.

4) Deja de pensar demasiado. Ábrete a la posibilidad de nuevas experiencias. No utilices tu inventario. Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es. Cuando limpias tu visión de lentes oscuros y te los quitas, el resultado es la limpieza de visión.

5) La perfección no existe. Ni el padre, amigo, pareja o Dios perfecto. Es un concepto creado por la mente humana que ha un nivel intelectual puedes comprender, pero en la realidad NO EXISTE. Porque es un concepto imaginario. Un bosque perfecto serían puros árboles, Sol rico, no bichos… ¿existe? No. Para un pez, el mar perfecto sería aquel donde no hay depredadores ¿existe? No. Solo a un nivel intelectual. En la realidad JAMAS VA A EXISTIR. Naturalmente, al pez solo le queda disfrutar de la realidad. Cualquier frustración de que el mar no es como quiere que sea no tiene sentido. Deja de resistirte a que las personas no son como quieres. Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son.

6) Intoxícate con la vida. La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes del mundo. Me complacerá decírtelo por experiencia.

7) Imagina a esa persona que te ofendió en el pasado. Imagínate que ambos están cómodamente sentados. Dile porqué te ofendió. Escucha su explicación amorosa de porque lo hizo. Y perdónala. Si un ser querido ya no está en este mundo, utiliza esta dinámica para
decirle lo que quieres. Escucha su respuesta. Y dile adiós. Te dará una enorme paz.

8) A la luz del corto período de vida que tenemos, solo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices. Nuestra compañera la muerte en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos. Es superfluo gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros.
No puedes darte ese lujo.

9) Es natural pasar por un periodo de duelo al perdonar, deja que tu herida sane. Descárgate con alguien para dejar fluir el dolor. Vuelve a leer este artículo las veces necesarias y deja que los conceptos empiecen a sembrar semillas de conciencia en tu interior. Aprende con honestidad los errores que cometiste, prométete que no lo volverás a hacer y regresa a vivir la vida. Y como dirían los Beatles,

¡Let it be! Deja al mundo ser. Y déjate ser a ti también

sábado, 17 de septiembre de 2011

PARA SONREIR UN POQUITO


Un señor muy sordo, pero tambien muy rico, compra uno de esos novedosos aparatos ultra modernos para oir. Quince dias despues vuelve muy contento a la tienda donde efectuo su flamante adquisicion y se deshace en elogios para el mismo. Ahora oigo perfectamente bien, incluso lo que se habla en la pieza de al lado, comenta. Su familia, le dice el vendedor, debe estar muy contenta. No lo se, responde el viejo sordo, ya que no les he dicho de este aparato, pero ya he cambiado 4 veces mi testamento.

SERIA MUY BUENO

Reto de Mistura es lograr que ingreso cueste cada vez menos hasta llegar a ser gratuito

La empresaria gastronómica Isabel Álvarez afirmó hoy que el reto de Mistura es lograr que el monto de ingreso cueste cada vez menos, hasta llegar a ser gratuito, para que la población de todos los sectores pueda participar de esta fiesta gastronómica y no se crea que es un evento elitista.
 
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Sostuvo que para lograr ese objetivo debería haber mayor auspicio de la empresa privada y del Estado, a fin de cubrir los gastos que demanda la organización de una actividad como esta, considerada un referente para América Latina y el mundo.
“No hay que olvidar que la organización de Mistura, que constituye un ejemplo para el mundo, ofrece una infraestructura de primer nivel, seguridad para los asistentes y atención médica para casos de emergencia, lo cual se cubre en parte con el valor de la entrada, pero, en gran medida se solventa con auspicios de empresas”, anotó Álvarez en diálogo con la Agencia Andina.
En ese sentido consideró que si hubiese mayor patrocinio privado y del propio Estado en el objetivo de la inclusión social, se lograría que el valor del ingreso bajase cada vez más y, “por qué no, llegar a ser libre para todos”.
Señaló, por ejemplo, que las empresas mineras que ahora están dando mayores aportes al fisco podrían asimismo destinar recursos a la organización de Mistura.
En el caso de la participación del Estado, la también antropóloga e investigadora gastronómica destacó el trabajo que realizará el municipio metropolitano con la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega) para lograr que Lima sea la Capital Gastronómica de América.
Otro aspecto importante que consideró Álvarez para mejorar Mistura es conseguir que el patrocinio público-privado permita que participen más productores en la feria, cubriendo en gran medida el costo del alquiler de los módulos donde ofrecen sus cultivos y productos con valor añadido.
De igual manera promover cadenas de comercialización, para que los productores vendan todo lo que traen desde sus lejanos lugares de origen y obtengan algo con la venta.
“Sería excelente que, por ejemplo, se promueva más el consumo de papas nativas entre las pollerías y otros negocios donde se prepara este tubérculo y puedan ellas comprar directamente en la feria a los campesinos. Eso les ayudaría mucho para recuperar su inversión, el costo del traslado y generar un rendimiento a fin de volver la siguiente vez a Mistura”, anotó.