sábado, 15 de agosto de 2009

COMO RECONOCER Y SUPERAR LA DEPRECION

Si es que muchos tenemos sentimientos de nostalgia, alegría o pena durante las fiestas, el adulto mayor lo experimenta mucho más. Según el doctor River Cerso Bendezú, médico geriatra y subgerente de protección del adulto mayor de Essalud, señala que los síntomas de la depresión se agudizan en el adulto mayor.

La depresión en el adulto mayor es distinta a la que podría experimentar un joven o adulto. A medida que envejecen los órganos, el cerebro también envejece. La función misma de las neuronas se va perdiendo. Por lo tanto, de acuerdo con el experto, hay una predisposición a la depresión en el adulto mayor.

Sin embargo, el especialista aclara que un adulto mayor no es “sinónimo” de depresión, pues el entorno influye mucho. “La baja autoestima es producto del maltrato que se dan en la mayoría de hogares y que no se hace con intención, sino por desconocimiento”, explicó.

Asimismo añadió que “si los hijos, padres o nietos pueden modificar ese entorno, es muy probable que no se agudice el riesgo de depresión en estas personas”. Además, señala que es recomendable que el geriatra indique algunos medicamentos para tener a una persona activa, inteligente y lucida como muchos adultos mayores.

RECONOZCA LOS SÍNTOMAS. La familia tiene que observar cualquier cambio en el quehacer diario de la persona, por ejemplo en las rutinas de sueño, ingesta de alimentos, reacciones agresivas o de ansiedad podrían ser signos de depresión.

“Los nietos deben conversar a diario con el adulto mayor, los hijos deben estar involucrados con sus padres, y no solo en los días festivos”, advirtió el médico geriatra.

“A veces las familias tratan de darle mayor comodidad al adulto mayor con bienes materiales y prácticamente lo exoneran y le dicen que no hagan nada. En vez deberían darle roles importantes diarios en la casa y familia”.

SIN SOBRECARGARLOS. Además, insistió en la importancia de involucrar a los adultos mayores en lo ocurre en la casa, pero sin sobrecargarlos.

“Los hijos tienen que enfrentar sus propios problemas. Los padres y abuelos siempre serán los padres, pero podemos sobrecargarlos esperando que los solucionen. Sin embargo si podemos involucrarlos y comentarles las cosas que pasan a diario”, indicó.

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