domingo, 23 de febrero de 2014

Cuestión de actitud en los Adultos Mayores.

     La vejez marca el ingreso al mundo del tiempo libre como ruptura de las obligaciones.
    El tema se puede abordar desde una perspectiva múltiple: por el lado de las posibilidades y dificultades.
    Posibilidades, en cuanto uno piensa que la persona está en condiciones de hacer aquéllas actividades que deseó toda su vida pero que no tuvo oportunidades de concretar y Dificultades en tanto todo toma valor a partir de lo que uno produce económicamente.
    Si antes faltó tiempo, ahora sobra. Si antes sobró actividad, ahora falta.
    Detrás de cada conducta siempre hay una necesidad. Las necesidades mueven las conductas y son los aspectos din{amicos de la personalidad.
    Una vida con calidad significa para el adulto mayor, un encuentro entre el reconocimiento de sus necesidades y la búsqueda eficaz de su satisfacción.
    Las necesidades humanas son tanto las materiales básicas como el conjunto de necesidades no materiales tales como las de participación, creación, reflexión... y todas constituyen un sistema de modo que la satisfacción de unas y otras están mutuamente condicionadas.
    Todas estas necesidades se consideran necesidades objetivas; las necesidades subjetivas son el estado de carencia sentido por las personas. Esta diferencia entre necesidades objetivas y subjetivas permite decir que puede haber un estado de carencia o de necesidad no satisfecho, aún cuando las personas afectadas no sientan esta carencia.
    Comenzar a escuchar lo que quiero y necesito y no sólo lo que debo, lo que viene de adentro mío y lo que viene del contexto, produce modificaciones en la persona.
    La calidad de vida se expresa a través de las conductas que (el adulto mayor) tiene para sí mismo y para con la comunidad.
    El tiempo libre  como calidad de vida, es fundamentalmente el resultado de una actitud. Y estas actitudes, como los conocimientos, los hábitos o las habilidades, se aprenden.
    Aprendizaje: Es común creer que con la vejez decrecen todas las capacidades de aprendizaje y se deterioran las funciones intelectuales. Sin embargo, investigaciones posteriores demostraron que en el área intelectual, si el estado de salud es bueno, no hay declinación.

    Actividad física y salud.
    Concepto de salud. · Un estado completo de bienestar físico, mental y social.
    La salud no es simplemente ausencia de enfermedad, significa el estado de equilibrio de la persona o del conjunto de la sociedad, en donde los aspectos psicológicos son tenidos cada vez más en cuenta.
    La salud depende del cuidado que se dé el individuo a sí mismo y de la prevención y tratamiento de los problemas que pueden afectarla. Pero la salud depende de sistemas sociales de apoyo positivo y cambio o adaptación del medio que nos rodea.
    Para ser saludable, una actividad física debe pasar por distintos controles y ser referenciada directamente con la salud.
    En la adolescencia el hombre busca la salud para tener éxito en el deporte, en la adultez y entre los adulto mayores el hombre busca el deporte para triunfar en la salud.
    La salud mental es:
    · El conjunto de conocimientos que nos permiten vivir mejor.
    · Que nos permiten sacar más provecho de la vida.
    · Que nos permiten vivir de acuerdo a nosotros mismos.
    · Que nos permiten ser más fructíferos.
    La salud mental es el estado resultante de un adecuado uso del tiempo libre en forma ociosa, llevada la idea de “ocio” a su expresión positiva.
    Por lo general el adulto mayor dispone de mucho tiempo libre, el cual puede ser ocupado por un “ocio creativo”, generador de crecimiento y equilibrio personal.
    La inmensa mayoría de las personas que han cumplido entre 65 y 70 años han dejado de lado el trabajo profesional para ocuparse de actividades que antes eran “complementarias” y ahora pasan a ser casi “fundamentales “ en su vida.
    Parece, por lo tanto, importante un programa dirigido con propuestas en el ámbito de la actividad física y deportiva recreativa, adaptadas a todas las condiciones de su edad, como práctica y hábitos saludables desde el punto de vista psíquico y corporal, tanto como lo social, favoreciendo la integración de muchas personas, aumentando su nivel de autoestima y valoración personal y generando nuevos estímulos para cubrir las últimas y a veces largas etapas de la vida con una amplia referencia de calidad de vida. En el fondo, estos programas que combinan lo físico, lo psíquico y lo social, se enmarcan plenamente en la definición actual de “salud”.

    Aptitudes y actitudes, definición conceptual.
    * Aptitudes: son las habilidades significativas de las personas.
    * Actitudes: pertenecen al ámbito del sentimiento. La actitud como disposición a actuar.
    La adquisición de actitudes es tan importante como la ejercitación de las habilidades.
    La posibilidad de suscitar intencionalmente cambios de actitudes en el adulto mayor se encuentra en el territorio del juego.
    Existen actitudes que son perjudiciales para el desarrollo creativo: la rigidez; la crítica precoz; el conformismo; el aferrarse a normas, dogmas, procedimientos fijos; la desvalorización de lo desconocido o mal conocido; el sometimiento a la autoridad; el temor al cambio.
    La posibilidad de suscitar intencionalmente cambio de actitudes en los adultos mayores se encuentra en el territorio del juego, que permite suscitar la actitud lúdica y precisar sus puntos de arraigo en la existencia colectiva.
    El juego libera lo oculto y reorganiza la vida con formas infinitas.
    El juego es lo espontáneo, es la presencia de la creación frente a la sociedad estructurada.
    El juego es el ámbito de la libertad, la ruptura con nuestras propias cárceles, la posibilidad permanente de superar las mediocridades y frustraciones.
    Revalorizando nuestro tiempo, liberando la energía interior en actitudes compartidas y convertidas en juego desde la comunicación en la magia del encuentro: jugar, acompañarse.
    El juego ofrece la posibilidad de entrar en relación real o imaginaria con el prójimo; significa enfrentamiento y colaboración.  Es por esto que en el juego no existe la noción de derrota que existe en el deporte, donde la finalidad se encuentra fuera del mismo juego
    El juego también me plantea obstáculos, me pone frente a mis posibilidades y limitaciones.
    El juego es una actitud existencial, una manera concreta de abordar la vida que se puede aplicar a todo, sin corresponder específicamente a nada.
     
    El juego y el adulto mayor.
    El juego es una actitud frente a la vida que nos permite ser creativos.
    Esta actitud, es la que interesa preservar, acrecentar y/o rescatar en el adulto mayor. Será una actitud vital ante su tiempo,  ante su vida, contribuyendo a mejorar la calidad de ésta.
    El juego, rebasa la breve época de la niñez, en que se lo ha confinado, constituyendo experiencia de aprendizaje actitudinal.
    Lo que establece la pauta acerca del contenido lúdico de una actividad es la actitud de la persona que la está ejerciendo.
    Tanto Piaget, como Chateau, muestran cómo la actividad lúdica contribuye a la educación y proporciona fuerzas y actitudes que permiten hacerse a sí mismo en la sociedad. Prepara la entrada en la vida y el surgimiento de la personalidad, por eso la necesidad del mismo en todas las etapas, dentro del modo propio de cada una de ellas.
    Es juego todo aquéllo que enmarquemos voluntariamente como tal.
    Para introducir el juego en una organización recreativa, hace falta ciertas actitudes individuales tales como, creer en el valor del juego, no tenerle miedo, reconocer las oportunidades y comprender la importancia de generar esa actitud en el otro. No hay forma de imponer el juego a la fuerza.
    La creatividad contiene la realidad vital y vivencial del sujeto. Toda actividad lúdica no sólo da al niño la posibilidad de expresarse y descubrirse, esto también es válido para el adulto y el adulto mayor, que el juego le permita redescubrirse. Ciertas características que existen en la estructura de la personalidad del adulto se ven favorecidas por la creatividad y el juego, realzan la autonomía, el no conformismo para pensar y actuar, estar abierto a nuevas experiencias, conservar la capacidad de asombro, saber controlarse interiormente, resistir a los estereotipos con posibilidad de expresar sus emociones, fantasías, pensamientos.
    Para los adultos mayores, la configuración de un ámbito de empatía y reconocimiento, es esencial para la recuperación de un equilibrio narcisístico, la superación de duelos y las relibidinizaciones.
    El espacio lúdico permite jugar con las diversas precariedades objetivas o fantaseadas que acosan al adulto mayor. Es éste un momento privilegiado de la vida para jugar con las faltas y falencias en un espacio compartido.
    Respecto a la actividad creativa y sublimaciones, es conveniente establecer algunas discriminaciones:
    * Darle sentido a ese tiempo.
    * Estimular procesos de relibidinización objetal.
    * Levantar barreras en términos de represión y conciencia moral.
    * Canalización y recuperación de erotizaciones.
    * Facilitación al investimento de lo nuevo, en cuanto vivencias e identificaciones.
    * La apertura y sostén del espacio del reconocimiento por otro.

domingo, 16 de febrero de 2014

LA SOLEDAD EN EL ADULTO MAYOR

La soledad es uno de los grandes enemigos del bienestar de nuestros mayores. Por eso, aquí encontrarás vías de escape y entornos de apoyo para combatirla y recuperar las ganas de disfrutar la vida en compañía.

La soledad en la tercera edad es uno de los grandes enemigos del bienestar de nuestros mayores, un tema preocupante sin duda, ya que su calidad de vida no solo implica un buen estado físico, sino también emocional. La amargura y la tristeza roban las ganas de vivir a muchas personas mayores que se sienten solas. En este sentido, conviene tener en cuenta que la sociedad y el modelo de familia han dado un giro importante en las últimas décadas. Por ello, conviene hacer autocrítica. Con la modernidad hemos conseguido retos muy positivos, pero en la actualidad también tenemos una profunda crisis de valores. En este contexto, conviene recordar que cada persona, haciendo uso de su libertad, es capaz de ir más allá de las circunstancias sociales. Por ello, lo ideal es que los mayores tengan un protagonismo importante en el seno de la familia y no se sientan nunca solos.
 

Necesidades emocionales de las personas mayores

Las principales necesidades emocionales de las personas mayores son la necesidad de estima y reconocimiento. Necesitan sentir que forman parte de la sociedad y de su entorno cercano.
Para las personas mayores es muy gratificante rodearse de gente más joven porque se sienten más vivas y más alegres, y necesitan convivir con personas de edades diversas, que aportan formas de ver la vida y experiencias distintas a las suyas. Está claro que la alegría también se contagia, y en esto influyen detalles tan sencillos como la forma de vestir. Por suerte, en la actualidad las personas mayores pueden apostar por la moda y vestir de una forma juvenil y con colores animados, y es que el modo de vestir influye mucho en el estado de ánimo.
Sin embargo, es frecuente que algunas personas mayores puedan llegar a sentirse solas. El motivo es que no tienen familia, o sí la tienen, pero sus familiares actúan con indiferencia, lo que muchas veces es todavía peor. La soledad también puede surgir por los miedos y las inseguridades propias de la edad, o a causa de enfermedades crónicas que disminuyen su calidad de vida o les impiden desenvolverse por sí mismos.
En otros casos, existen personas que sufren mucho después de la Jubilación  ante el cambio que implica la falta de actividad profesional, y porque perciben su nueva situación como un aislamiento social por haber perdido también la relación que mantenían con sus compañeros de trabajo. Este cambio lo notan especialmente las personas que tenían un trabajo con el que eran realmente felices.

jueves, 13 de febrero de 2014

LA IMPORTANCIA DE LA AMISTAD EN LA TERCERA EDAD

Aprender de LA TERCERA EDAD Y LA IMPORTANCIA DE LA AMISTAD para personas mayores amigosEn su libro “Coping with Old Age” (Como asumir la Tercera Edad), Pat Blair escribe “Muchas veces cosas como sentirse querido, deseado y necesitado por otros hacen que seguir viviendo merezca la pena. Sin el contacto con otros seres humanos, los problemas pueden crecer, las enfermedades toman una nueva dimensión y no disponemos de un baremo que nos permita poner en perspectiva nuestros problemas”. Lo malo es que cuando uno envejece, ya no hay tantas personas a su alrededor con las que pueda entenderse y relacionarse. Algunos de nuestros amigos se han muerto. Tal vez has tenido que trasladarte del lugar donde antes vivías a otro. Además, a nuestra edad es más difícil hacer nuevas amistades: ya no tienes compañeros de trabajo, probablemente tengas una vida social menos activa que antes, y desde hace muchos años careces de foros de amistades tradicionales como por ejemplo la puerta del colegio de tus hijos. Por todo ello, en la tercera edad valoramos especialmente los viejos amigos, y nuestro lenguaje social e historia común nos unen más que nunca. En los últimos años, Internet nos permite localizar personas con las que hace años perdiste el contacto. También existen todo tipo de clubs, sociedades y asociaciones para la tercera edad en todos los lugares. En la ciudad donde yo vivo, hay tantos clubes de comida para gente mayor gestionados por las iglesias locales, que uno podría comer fuera en uno de ellos cada día de la semana si quisiera. En estos sitios la posibilidad de hacer amigos es tan importante como la calidad de la comida servida. Además, siempre existe cierta demanda para voluntarios en diversos sectores. En el hospital de mi ciudad, a veces uno no puede ni moverse por los pelotones de simpáticas personas mayores esperando para llevar a pacientes en sillas de rueda a su habitación, atender y ayudar en la cafetería gestionada por una sociedad de voluntarios llamado Hospital Friends, o ayudarte encontrar un rincón escondido del hospital que, sin su ayuda, te sería imposible encontrar. A través del proceso de ayudar a los demás, pueden surgir nuevas amistades. Un tipo de amistad muy especial es aquel que se forma traspasando generaciones. Abuelos y nietos comparten una afinidad tan especial que debe ser apreciada y celebrada, y si no gozas del privilegio de ser abuelo, tal vez podrías convertirte en “tío” o “tía” adoptiva de un niño. Los miembros de la tercera edad, con nuestras arrugas e historias de un lejano pasado, resultamos muy fascinantes para los niños. No existen unas reglas sobre cómo hacer amigos aplicables a todo el mundo. Todos somos diferentes, y algunos somos más tímidos que otros. Además, con la edad es cada vez más difícil para muchos de nosotros saber cómo “presentarnos” a otras personas. Estamos más inseguros sobre qué podemos ofrecer a una relación de amistad, y tenemos más miedo ante un posible rechazo. Tal vez sea difícil hacer amigos. Pero probablemente es más difícil todavía vivir sin ellos.

miércoles, 12 de febrero de 2014

EL AMOR EN LA TERCERA EDAD.

               Feliz dia de la Amistad y el Amor,para todos mis Lectores
de su Amiga de siempre.  Germania  Aspíllaga.

      
Cuando se arruga la piel y el cansancio de navegar por los años se refleja en los párpados, cuando la curva de la vida comienza a declinarse y miramos hacia atrás y vemos un largo camino recorrido, estamos cerca. Cuando notas que tu pelo está gris, que de repente la música está muy alta y que en tus manos el tiempo ha comenzado a dejar indiscutibles huellas de su paso, hemos llegado. Llegar a la tercera edad puede significar el fin de algunas cosas pero también la renovación o el comienzo de muchas otras. Muchas veces la palabra amor se asocia a juventud…. Y acaso ¿no se ama también en la tercera edad? ¿No es posible enamorarse como un adolescente a los sesenta o sentir cosquilleos en el estómago ante la presencia de la persona amada?

Quienes creen que las canas y las arrugas extinguen la llama de la pasión deberían pensarlo dos veces. La edad no constituye una barrera para llevar una vida sexual activa.

Si se ama a la tercera edad, la paradoja es que a esta edad es cuando más se necesita amar y ser amados. Las arrugas y el paso vacilante parecen indicar que falta el corazón. Nada más erróneo. El corazón salta dentro del pecho y sin embargo cualquier gesto, mirada o acción es considerada como la llama del amor que aún vive, donde los latidos de un corazón siente como un adolescente y que se cree que porque se llega a cierta edad el amor ya no forma parte de la vida.

Un estudio que se hizo recientemente comprobó que las personas que tienen más de 40 años están disfrutando tanto en su intimidad como sus homólogos más jóvenes, según un sondeo publicado por la compañía Pfizer, que produce diferentes fármacos, incluida la píldora Viagra para la impotencia.

Los españoles y los belgas mayores sobresalieron en el sondeo, ya que muchos reportaron más relaciones sexuales, al menos una vez al día, que los entrevistados de otras nacionalidades. A escala mundial, más del 80 por ciento de los hombres y el 60 por ciento de las mujeres entre los 40 y 80 años consideraron al sexo como una parte importante en su vida cuando respondieron a las preguntas del sondeo de Pfizer, llamado Estudio Global de Conductas y Actitudes Sexuales.

Es refrescante ver que no existe un final marcado para la necesidad de intimidad a medida que avanza la edad. Los hombres y mujeres del mundo permanecen sexualmente activos hasta los 70 años. Las relaciones sexuales frecuentes tienen sus beneficios, según el sondeo de 26,000 personas en 28 naciones.

Es que a medida que pasan los años el amor y la pasión en la tercera edad no se pierde, el hombre y la mujer son limitados y frágiles y cuando no falta una cualidad, sobra un defecto, pero afortunadamente existe el camino del espíritu, en donde todo es perfecto y duradero, allí podemos recurrir cuando estamos dispuestos a iniciar la gran aventura de compartir nuestra vida con la pareja.
  
Así, las parejas aparte de preocuparse por su físico, sus sentimientos y pensamientos, han cultivado el espíritu, saben que deben trabajar como si todo dependiera de ellos puesto que nunca podremos determinar cuándo termina nuestro trabajo y dónde empieza esa gracia como ingrediente indispensable de un matrimonio, la gracia sobrenatural, que las mujeres tienen la facultad de captar más fácilmente que los hombres.

El hombre o la mujer de 60 ó más años, han tenido más tiempo y oportunidades que los jóvenes para aprender a amar de verdad, con un amor completo. Durante la juventud en realidad casi nunca se sabe lo que es amar de verdad; suele más bien ser enamoramiento y pasión. Esto significa que en la mayoría de los casos ese pretendido amor recibe toda su fuerza del impulso instintivo. Más que amor es un deseo corporal o sentimental que busca al otro para sentirse feliz, pero casi nunca busca le felicidad de su pareja, sino la suya propia.

En cambia, pasada la juventud, en las personas de carácter sano, el amor suele volverse más maduro y ser capaz de amar de verdad a la persona que hemos escogido para compartir nuestra vida, porque entonces ya no es tan fácil que seamos dominados por la pasión ciega o el romanticismo exagerado.

Estas han aprendido a compartir también la enfermedad, los achaques, las despedidas de los hijos, la muerte de amigos, en fin, su paulatina disminución de actividad e incluso de fuerza, para apoyarse mutuamente y poder decirse: "aquí estoy viejito, cuenta conmigo", "te ayudo, viejita, no cargues eso que está muy pesado."

Es en la edad avanzada, cuando la pareja se vuelve realmente hermana, cuando su comunión es total, porque han quedado atrás egoísmos, vanidades, superficialidades, competencias inútiles, pleitos y malos entendidos...